Cuidado con OLAF
26 de noviembre de 2004
Trabajo nunca le va a faltar, dice Franz-Herman Brüner, el jefe de OLAF. Del 1 de julio de 2003 al 31 de julio de 2004, los eurosabuesos investigaron y cerraron 443 casos de fraude.
En el mismo periodo fueron abiertas 578 actas: un aumento del nueve por ciento. "Ello no es motivo para caer en pánico", dice, sin embargo, Brüner, porque si bien en la UE se registran casos de corrupción, la cosa no da para tanto como para hablar de una "UE corrupta".
Fraude en los países
OLAF persigue la mayoría de los casos no en la central, sino en los países miembros. La razón es muy sencilla: allí es donde se gasta la mayor parte de los dineros: en subvenciones, fondos estructurales y programas de fomento.
Lamentablemente llama la atención el número relativamente de causas abiertas en Alemania: 105 casos investiga OLAF en el país. En Italia son 115 y en Francia, sólo 56.
Con esos datos no se puede confeccionar, sin embargo, una lista de países más o menos corruptos, dice Brüner. "Siempre hay que considerar muchos factores para comparar un país con otro", agrega. Por ejemplo un papel importante desempeña la estructura administrativa de un país. Además hay que diferenciar entre fraude y corrupción.
¿Sólo memez?
OLAF también investiga el affaire en relación con la modernización del edificio de la UE en Bruselas. Todavía no está claro si se trata de corrupción o simplemente de memez administrativa. Al observador alerta tampoco le queda claro qué es peor.
A los burócratas se les fue verdaderamente la mano: la modernización del edificio en forma de cruz llamado Berlaymont costó 180 millones de euros más que lo originalmente planeado.
Una bonita suma, teniendo en cuenta que el cálculo inicial había sido de 370 millones. Ahora se trata desentrañar qué se hizo mal en la licitación.
OLAF sólo es responsable de investigar los antecedentes en las instituciones europeas. Y allí el resultado fue unívoco: "La cuestión era si los funcionarios había cometido dolo o no. Llegamos a la conclusión de que no era así", dice Brüner.
Ningún error estadístico
El caso más espectacular se registró, sin embargo, en la propia Bruselas. OLAF investigó varios meses a EUROSTAT, la oficina de estadísticas de la UE. El resultado: la oficina concedió encargos en forma dudosa. Además, su directorio defraudó varios millones de euros. Y ello no fue ningún error estadístico.
Los eurosabuesos lograron probar en el ejercicio pasado timos por 1500 millones de euros. En los cinco años de su existencia, OLAF ha probado ya fraudes por un total de 5000 millones de euros. El presupuesto de la propia OLAF es de 40 millones: es, sin duda, una suma bien invertida.