De Copenhague a Cochabamba
19 de abril de 2010Imagínese a Estados Unidos o a China en el banquillo de los acusados. La creación de un tribunal de “justicia climática” para sancionar a los países industrializados que incumplan los acuerdos para la reducción de los gases que generan el efecto invernadero es uno de los objetivos de la primera Conferencia Mundial de los Pueblos sobre el Cambio Climático y los Derechos de la Madre Tierra, que será inaugurada este martes (20.4.2010) en Cochabamba por el presidente boliviano, Evo Morales.
Los organizadores del encuentro –una suerte de cumbre climática alternativa– cuentan con la asistencia de los presidentes Rafael Correa, de Ecuador; Daniel Ortega, de Nicaragua; Fernando Lugo, de Paraguay; y Hugo Chávez, de Venezuela, para llegar a una posición de consenso defendible en la XVI Conferencia Internacional sobre el Cambio Climático a celebrarse en Cancún, México, en noviembre y diciembre. El evento se prolongará hasta este jueves (22.4.2010).
Invocando a la Madre Tierra
Pero el del tribunal para los infractores en materia ecológica es sólo uno de los temas por tratar en las 17 mesas de trabajo de la conferencia. La agenda incluye tópicos con títulos que van desde La armonía con la naturaleza y Los derechos de la Madre Tierra hasta Deuda climática y Agricultura y soberanía alimentaria, pasando por discusiones sobre el Protocolo de Kyoto, los peligros que supone el mercado del carbono y la migración atizada por los cambios climáticos.
“Este evento es una respuesta al fracaso de la XV Conferencia Internacional sobre el Cambio Climático de Copenhague; un llamado a no esconder la cabeza bajo la arena, a no rendirse y, mediante una nueva ronda de negociaciones, a ejercer presión sobre los gobiernos de los países industrializados”. Así describe Martin Kaiser, experto en materia climática de la sección alemana de Greenpeace, la conferencia de Cochabamba.
Forcejeo internacional
“En Copenhague, algunos de los países más poderosos querían establecer un pacto que iba en contra de los intereses de muchos otros y los presidentes invitados por Morales a la cumbre de Cochabamba están entre aquellos que se rehusaron a suscribir aquel pacto”, comenta Kaiser, trayendo a la memoria que Washington decidió negar ayuda para la protección climática a las naciones que, como el país andino, no firmaron el acuerdo de Copenhague.
“Por otro lado, un Estado como el venezolano, que depende económicamente de la exportación de petróleo, tiene intereses por defender muy distintos de la protección del medio ambiente”, agrega, señalando apenas una de las contradicciones que plagan las negociaciones para la firma de una declaración jurídicamente vinculante que sustituya al Protocolo de Kyoto, vigente hasta 2012.
Morales, blanco de críticas
La agencia de noticias dpa reporta que el propio gobierno de Evo Morales ha sido acusado de negarse a habilitar la “mesa 18” en la conferencia de Cochabamba para evitar que se discuta sobre la contaminación y otros daños ambientales generados por las empresas mineras en los poblados bolivianos de Corocoro, Liquimuni, San Cristóbal, La Joya, y en los ríos Lauca y Poopó. La acusación fue hecha por la organización indígena Conamaq, otrora aliada del líder aymara.
“Cada país tiene tareas pendientes en materia ecológica y Morales debería hacer las tareas que le corresponde en su país. A Morales le convendría hablar abiertamente sobre ese asunto; Greenpeace hablará seguramente sobre lo que ocurre en Bolivia”, apunta el experto de Greenpeace, organización que estará representada en el evento por su director ejecutivo internacional, Kurmi Naidoo.
Cambios climáticos, un asunto complejo
Si fuera usted quien redactara un artículo sobre esta cumbre, ¿en qué segmento lo publicaría? ¿Bajo la rúbrica de Ecología, bajo la de Política o la de Economía o la de Cultura? La decisión no es fácil. Después de todo, las negociaciones para frenar el proceso de calentamiento global propiciado por las actividades productivas humanas no obedecen solamente a ideales ecologistas, sino sobre todo a ambiciones industriales, expectativas económicas e intereses políticos difíciles de conciliar.
Hasta las organizaciones ambientalistas y sus activistas han perdido la inocencia en lo que al “rescate del planeta” se refiere. “Hace mucho tiempo que el debate en torno a los cambios climáticos dejó de ser un tema medioambiental. Ese es un asunto político candente que afecta las economías de cada uno de los países del mundo y por eso es tan polémico”, asegura Martin Kaiser.
El encuentro de Cochabamba será inaugurado con un acto a cargo de representantes de pueblos indígenas de cinco continentes, apelando a la noción de que las culturas de regiones no industrializadas tienen una relación menos destructiva con la tierra que les da de comer.
Autor: Evan Romero-Castillo / dpa
Editor: José Ospina Valencia