Geopolítica, Habana y narcotráfico, en Cartagena
12 de abril de 2012La exclusión de Cuba en la VI Cumbre de las Américas en Cartagena de Indias por veto de Estados Unidos y la consiguiente no asistencia del presidente ecuatoriano Rafael Correa llama la atención a observadores europeos; algunos la entienden como un abismo entre Estados Unidos y el resto de las Américas; para otros, como el diario austríaco Die Presse, que del grupo Alba sólo Ecuador persevere en su negativa a la cumbre en solidaridad con La Habana se entiende como que “el frente de izquierda se desmorona”.
“Socios para la prosperidad”: el lema del encuentro americano encuentra poco eco en los comentarios europeos; por el contrario, sí se cuestiona el futuro de los dos grandes temas no oficiales: ¿Cuántas cumbres más habrá sin Cuba? ¿Se avanzará en la propuesta latinoamericana de la legalización de las drogas?
Como dos “dossiers ardientes” los califica el diario francés Les Echos, según el cual la cumbre en sí misma -aunque nunca llegue a resultados significativos- es “un termómetro de las relaciones entre Estados Unidos y América Latina”.
¿Temperatura de las relaciones?
“El tema Cuba sí ha sido un conflicto previo a la cumbre, pero al final el grupo Alba decidió participar”, puntualiza Susanne Gratius, investigadora senior del think tank europeo FRIDE. “En ese sentido ha sido un éxito de la diplomacia, incluyendo la de Estados Unidos. La reciente visita de Dilma Rousseff a Washington ha significado una distensión de estas relaciones”. Es decir, a pesar de los eslóganes antiimperialistas de Hugo Chávez y el persistente bloqueo de Washington a la isla caribeña, la temperatura podría ser agradable.
Alba y CELAC
“El grupo Alba se ve cada vez más debilitado porque se ha creado en torno al eje de Hugo Chávez. Más que una desarticulación, hay un debilitamiento: por su enfermedad y porque su modelo político no ha sido exportable a la región con excepción de alguna influencia que ha tenido en Nicaragua y un poco en Bolivia. Su atractivo ha sido bastante limitado. El eje Cuba-Venezuela sigue funcionando por el intercambio de médicos y expertos cubanos y petróleo (venezolano) a precios muy competitivos”, explica la especialista del FRIDE.
Por otro lado, la inclusión de Cuba en la CELAC, en cumbres como las iberoamericanas y las citas con la Unión Europea demuestra, en opinión de Gratius, que “el bloqueo es más una tradición que una política; una medida emotiva de cara al lobby cubano que todavía tiene un cierto poder (en Estados Unidos). Ni Obama ni Clinton se quieren meter en un tema complicado de cara a unas elecciones ante puertas”, afirma Gratius.
¿Y la no asistencia de Ecuador en solidaridad con Cuba? “Correa está jugando su propio juego y se está aislando en Sudamérica”, puntualiza Gratius, que ve palidecer la influencia tanto de Venezuela como de Estados Unidos, en un continente en el que “la potencia real es Brasil”. Y Colombia, el país anfitrión de la cumbre, una potencia emergente.
No adoptar la posición del avestruz
Tanto para Brasil –con graves problemas por el alto consumo- como para Colombia, queda claro que el narcotráfico es un tema que deberá ser tratado. Pero, ¿se debatirá sobre la legalización de las drogas como posible salida?
“Podemos esperar que se inicie una discusión”, ha subrayado repetidas veces el presidente colombiano Juan Manuel Santos, quien cree contraproducente “tomar la posición fácil del avestruz”.
“Legalizar todo el mercado, ése es el gran tema. En él, para Estados Unidos, el problema es México, ya no es Colombia”, afirma Gratius . “Si por un lado desarticular los carteles de la droga presentes ahora sobre todo en México le interesa a Washington, que Estados Unidos sea el principal vendedor de armas a su vecino es un elemento considerable en el conflicto”, explica.
Crisis y prohibición
Así, del encuentro el 14 y 15 de abril en la costa colombiana cabría esperar que “si la prohibición del alcohol se levantó después de la crisis financiera internacional de la década de 1930, ahora que estamos sumidos en otra crisis se inicie un debate que conduzca al cambio de óptica del narcotráfico: de un problema penal a uno de salud pública”, concluye Gratius. Para ello, esta cumbre a temperaturas caribeñas –lamentablemente sin Cuba y Ecuador- se presenta como una buena primera ocasión.
Autora: Mirra Banchón
Editor: Rosa Muñoz Lima