Cumbre del Teatro en Berlín
10 de mayo de 2011Publicidad
El mayor encuentro del teatro de 2011 en Europa empezó con tres catástrofes: “El quién”, “En bus” y “La caída”. Una satírica trilogía de la escritora y dramaturga austriaca Elfriede Jelinek en donde hombres y mujeres que han escogido la técnica como religión desaparecen en grietas de la corteza terrestre.
La obra “El quién” es una alusión a la masacre cometida durante la era nazi en los Alpes en la que cientos de esclavos fueron obligados a trabajos forzados en la construcción de la represa hidroeléctrica de Kaprun.
“En bus” se refiere Jelinek literalmente al bus que se fue a un “cráter” urbano cuando la vía se desplomó por la construcción del metro subterráneo de Múnich en 1994. Por último, “La caída” tiene que ver con otro accidente provocado por “descuido humano”: el desplome del archivo histórico de Colonia en 2009 tras la inundación del túnel para la construcción de una línea subterránea del tranvía municipal. Una trilogía alabada con superlativos por Karin Beier, la directora del Teatro de Colonia (Kölner Schauspielhaus).
“Genialmente malévolo”
La Cumbre del Teatro 2011 ha optado este año por obras “apasionantes” en su programa “genialmente malévolo” con obras que se salen de los cánones de la “política correcta”. Por su brillante sarcasmo, el más “malo” entre los malos es, esta vez, al renombrado actor y director Herbert Fritsch. Su genial puesta en escena de “La piel del castor” (Der Biberpelz) de Gerahrd Hauptmann y "Nora" de Ibsen le ha inyectado frescura a los escenarios desde Schwerin, en el Este, hasta Oberhausen en oeste.
A los éxitos de Fritsch se suma el brillo de los directores Stefan Bachmann y Stefan Pucher, de la más nueva generación. Pucher presenta en Berlín “La muerte de un viajante”, el clásico de Arthur Miller. Una obra del Teatro de Zúrich con excelentes actores y actrices.
Bachmann, por su parte, participa con “Los involucrados”, escenificada en el legendario Burgtheater de Viena. Un cuadro amargo de la sociedad mediatizada hasta los tuétanos que se muere de hambre de chismes y banalidades.
Más allá de los teatros estatales
"Alles anders, alles neu", Todo de otra forma, todo nuevo, es el lema de la edición número 48 de la Cumbre del Teatro de Berlín, recuerda su directora Iris Lauffenberg. Esta vez, las obras escogidas para ser presentadas en Berlín fueron escogidas también en los teatros de provincia. Una decisión que demuestra que también en Dresde, se es creativo a la hora de llevar a escena clásicos como Don Carlos, esta vez dirigido por Roger Vontobel.
Consecuente es también el hecho de que los organizadores no hayan escogido ninguna obra de los teatros estatales de Berlín. En su lugar están representadas obras de los teatros libres como "Verrücktes Blut", Sangre loca, de Nurkan Erpulats, una comedia sobre el choque de las culturas. "Testament", del grupo independiente "She She Pop" es otra de las obras fuera de las grandes luces de los teatros subvencionados. "El Testamento" es una escenificación basada en el Rey Lear de Shakespeare y fue concebida en el Teatro Hebbel de Berlín.
Hasta este 23 de mayo, Berlín se moverá en torno al teatro. El programa incluye 82 funciones, además de talleres, foros y lecturas de dramas de hoy. La Cumbre del Teatro será clausurada con la obra del fallecido dramaturgo alemán Christoph Schlingensief titulada "Via Intolleranza II".
Autora: Silke Bartlick/ JOV
Editora: Emilia Rojas
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