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"Cumbre en Kazajstán, símbolo de las dificultades de la OSCE"

2 de diciembre de 2010

La cumbre de la OSCE en Kazajstán y la necesidad de replantear el rol de esa organización, luego de que fracasara en la prevención de conflictos étnicos en Kirguistán son los temas de los editorialistas europeos.

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Logo de la cumbre de la OSCE en Kazajstán.


Aftenposten
, de Oslo: “A pesar del gran despliegue de personalidades políticas, la cumbre de la OSCE no goza de gran atención de parte de la comunidad internacional. Lo que se pone en duda, en principio, es que la OSCE haya contribuido en algo con la Europa del 2010. La organización misma está buscando algo que justifique su existencia. (…) El hecho de que Kazajstán sea el anfitrión es un símbolo de las grandes dificultades de la OSCE. Si lo que quiere es destacarse como adalid de la democracia y los derechos humanos, no llega a convencer a nadie con un representante como el autoritario presidente de Kazajstán, Nursultan Nasarbajev. El único provecho que resultará de esta reunión serán, como siempre, las conversaciones informales que siempre se producen en este tipo de encuentros.”


¿Fracasa la cumbre de la OSCE?

Neue Zürcher Zeitung, de Zúrich: “La Organización para la Seguridad y la Cooperación en Europa (OSCE) se ha ganado con razón su reputación de impulsora de la paz, la democracia y los derechos humanos. Especialmente Suiza cuenta con muchos logros gracias al marco de la OSCE. Pero Suiza y los otros países cuyo compromiso es la paz no están solos, ya que en el seno de la OSCE se han anidado algunos personajes desagradables cuyo concepto de paz y democracia son muy diferentes del nuestro. Entre ellos, están quienes detentan el poder en Kazajstán, indebidamente honrados con la cumbre de Astana. Si se piensa sólo en categorías puramente políticas y de poder se podría argumentar que hay que tolerar una cierta contaminación en los principios para obtener ciertos beneficios. Pero tampoco es seguro que esta actitud sea rentable, y el riesgo de que sea la OSCE la que salga perdiendo al finalizar esta cumbre es muy grande.”


"Meditar acerca de la disolución de la OSCE"

Märkische Oderzeitung, de Fráncfort del Oder: “El fracaso de la OSCE se vio claramente en Kirguistán, donde no se logró evitar el brote de graves conflictos étnicos. Hasta el momento, ni los EE. UU. ni Rusia han contribuido a reducir palpablemente las tensiones en la región. Ambas potencias se acechan mutuamente y vigilan más que nada la prosecución de su presencia militar en puntos estratégicos, en la cercanía de China, Afganistán y Pakistán. Por eso, cualquier tipo de llamamiento a reformar la OSCE será en vano. Falta la voluntad de arriesgar un nuevo comienzo basándose en valores comunes y en normas legales vinculantes. Sólo el hecho de que, luego de once años, se vuelva a realizar otra cumbre, da testimonio de la falta de interés de los países miembros de esa organización en cooperar. El actual forcejeo sobre futuras competencias revela, sobre todo, una profunda escisión, por lo cual sería consecuente reflexionar acerca de una posible disolución de la OSCE.”


"Dos caras de la misma moneda"

Neues Deutschland, de Berlín: “Si, como lo formuló el presidente ruso Medvédev, el foro multilateral de la OSCE vivió tiempos mejores, si se carece de normas claras, si el método de trabajo es obsoleto, es porque la OSCE es tan eficiente como lo son sus miembros. Sin embargo, se podrían lograr tantas cosas. La prevención de conflictos es un instrumento político muy potente. Durante la cumbre se habló mucho sobre la necesidad de modernizar la OSCE. Meditar sobre el nombre de la organización ya sería un buen comienzo: seguridad y cooperación son dos caras de la misma moneda.”

CP/ dpa
Editor: Enrique López Magallón