Cómo la pornografía en Internet pone en riesgo a los menores
4 de abril de 2023De acuerdo con un informe estadístico de la Policía alemana, un 41,1 por ciento de los menores de edad difunden en Internet contenidos de pornografía infantil y juvenil. A menudo, estos ni siquiera saben que podrían ser sancionados por compartir imágenes inapropiadas en WhatsApp, Instagram o Snapchat.
En primer lugar, hay que diferenciar que la llamada pornografía infantil y juvenil son imágenes que muestran violencia sexualizada y transgresiones de límites contra niños o adolescentes. Los expertos suelen hablar, por tanto, de imágenes de abusos a menores. En cualquiera caso está penado producirlas, distribuirlas o facilitar el acceso a ellas.
Por otro lado, la pornografía que muestra actos sexuales entre adultos es legal, pero hacer que ese material sea accesible a niños y jóvenes está penado por la ley.
A Tabea Freitag no le sorprenden estas nuevas cifras. Freitag es psicóloga y psicoterapeuta, y dirige el departamento de adicción a los medios en Hannover. Ella se refiere a la actual situación como el "fenómeno del iceberg". Porque el consumo, la distribución e, incluso, la difusión de los llamados contenidos pornográficos infantiles van precedidos de una desensibilización más prolongada a través del consumo masivo de la pornografía adulta convencional. Y ello, a pesar de que el artículo 184 del Código Penal alemán prohíbe hacer accesibles contenidos pornográficos a usuarios menores de 18 años.
"Los niños entran en contacto con la pornografía por primera vez a una edad promedio de alrededor de once años, muchas veces porque ya tienen su propio teléfono inteligente, y generalmente se les deja solos en la red", afirma Freitag. "Tenemos un problema de abuso enorme, pero es un tabú en la sociedad, porque confrontar a los niños con la pornografía es una forma de abuso sexual. Tiene un impacto masivo en su desarrollo psicosocial y sexual", agrega.
La pornografía crea imagen distorsionada del sexo
La experta Freitag relata casos de familias en las que el contenido pornográfico se recrea en la hermana. También recuerda cómo, en tiempos de coronavirus, la llamaban padres de familia o trabajadores sociales diciendo que niñas, después de meses de consumo de pornografía, se ofrecían como objetos sexuales enviando fotos o videos suyos a hombres. Asimismo, niñas y mujeres jóvenes le han contado que experimentan cada vez más violencia en las relaciones sexuales, y que, al mismo tiempo, sienten una enorme presión para que su imagen se parezca cada vez más a la de las estrellas del porno.
"La pornografía está hecha principalmente para hombres. La experiencia demuestra que la visión de los niños sobre las niñas cambia y que las compañeras de clase se perciben cada vez más como objetos sexualizados", señala Freitag. "Y las chicas creen que tienen que ser partícipes, aunque les parezca totalmente doloroso y repugnante. Porque piensan que eso es lo que se espera de ellas y tienen miedo de ser vistas como mojigatas o tal vez pierdan la relación", comenta la experta.
Según un estudio realizado por el Comisionado para la Infancia de Inglaterra, el 47 por ciento de los jóvenes de 18 a 21 años de todos los géneros han sufrido violencia durante las relaciones sexuales, las chicas con mucha más frecuencia que los chicos. El 42 por ciento de los encuestados, incluso cree que a las chicas les gusta. Otra encuesta en Estados Unidos arrojó que el 13 por ciento de las niñas sexualmente activas entre 14 y 17 años dijeron haber sido "ahogadas" durante las relaciones sexuales, porque la pornografía a menudo transmite la imagen de que esto es parte de tener relaciones sexuales.
Controlar el uso de medios
Ante esta alarmante situación, algunos expertos piden que se prohíba el uso de celulares a menores de 14 años. Otros promueven campañas de concientización en las redes sociales, la radio y la televisión. Y otros especialistas abogan por reforzar las habilidades mediáticas de los niños y jóvenes a fin de prepararlos mejor ante la pornografía en la red.
Freitag no cree que los menores estén mejor protegidos de contenidos pornográficos en el futuro. Según ella, la pandemia habría demostrado que el bienestar de los niños tiene muy poca prioridad. Y que, sobre todo, el tema es tabú. La experta alude, por último, a los estudios que han evidenciado que los adultos que consumen pornografía se interesan menos por la protección de los niños.
(ct/ms)