Autocrítica en Davos
22 de enero de 2010Proteger a la raza humana de sus propias tendencias autodestructivas parecía ser la consigna en la cumbre sobre cambios climáticos de Copenhague y la decena de encuentros celebrados desde finales de 2008 para responder a la crisis financiera global, pero ni siquiera eso animó a los participantes a negociar entre sí para reformar aquellos principios del sistema de producción industrial y del sistema económico internacional que son, además de poco éticos, nocivos para el medio ambiente y para sus propios intereses.
Entonces, ¿para qué querrá reunirse de nuevo en Davos la élite política, económica y empresarial del mundo si sus miembros acaban de verse las caras en vano durante todo 2009? Para seguir hablando sobre cómo salvar al mundo, parece ser la respuesta. Los organizadores del Foro Económico Mundial, que tendrá lugar del 27 al 31 de enero, no se han puesto como meta tomar decisiones concretas sobre temas de importancia; sin embargo, su programa para 2010 anuncia de antemano una actitud crítica de cara al capitalismo.
Autocrítica en Davos
"Se está reflexionando sobre cómo hacer las cosas de otra manera, pero estas reflexiones no son conclusivas todavía y casi nada ha sido llevado a la práctica; los primeros cambios se perciben a escala nacional en el ordenamiento jurídico, pero uno no puede decir que se esté estableciendo una nueva forma de regular los mercados financieros", sostiene Peter Wahl, miembro de Weed (World Economy, Ecology & Development), una organización no gubernamental que promueve la reforma del modelo de globalización vigente para desmontar los esquemas que perpetúan la pobreza y la destrucción del medio ambiente en todo el planeta.
"Yo espero que en Davos se articule un discurso sobre comportamiento ético y sobre la necesidad de cambiar las reglas de juego", dice Wahl. Después de todo, agrega, en las conferencias no sólo participan políticos, sino también los causantes de la crisis financiera, los banqueros y gerentes en cuyas empresas, por cierto, vuelve a imperar poco a poco una actitud despreocupada de cara al funcionamiento del sistema económico: los bancos centrales inundan los mercados financieros desde hace meses con dinero barato, los intereses están por el suelo y en las bolsas se vuelve a invertir y a ganar como si nada hubiera ocurrido.
A puertas cerradas
De ahí que en Davos se organicen ponencias con títulos como La nueva crisis y Los problemas de las burbujas especulativas, y se discuta sobre tópicos controversiales como los sueldos de los gerentes y el futuro de la economía de mercado. "Los masivos auxilios financieros estatales y la pérdida de confianza en las empresas exigen una revisión integral de la estructura y el espíritu del capitalismo", comentan los organizadores del Foro Económico Mundial en el cuaderno programático. Eso sí, las conferencias seguirán teniendo lugar a puertas cerradas.
"Yo creo que por lo menos a los políticos en la cima de la jerarquía les ha quedado claro que uno no puede sostener esa actitud de 'business as usual' que hasta ahora se tenía. Además, aparte de la crisis financiera, también el drama de los cambios climáticos de los últimos años ha puesto en movimiento un proceso de aprendizaje generalizado", señala Wahl, añadiendo, sin embargo, que el fracaso de las negociaciones de Copenhague demuestra lo lejos que está la élite política, económica y empresarial internacional de una verdadera toma de consciencia en materia ambiental que pueda traducirse en acciones concretas orientadas al cambio de paradigmas productivos.
Autor: Manfred Götzke/ Evan Romero-Castillo
Editora: Cristina Papaleo