1. Ir al contenido
  2. Ir al menú principal
  3. Ir a más sitios de DW

Europa en crisis

13 de septiembre de 2011

¿Qué significaría para el sur de Europa la bancarrota de Grecia? ¿Podría ser el primer país entre otros en despedirse del euro? Las turbulencias financieras generan preguntas. El economista español Josep Oliver responde.

https://p.dw.com/p/12YfK
Zerfallender Euro und EU-Fahne, Schuldenkrise in Europa Keine Weitergabe an Drittverwerter.
Imagen: picture alliance / Bildagentur-online/Ohde
Los teléfonos vuelven a sonar en el Viejo Continente. La canciller alemana, Angela Merkel, habría hablado con el presidente francés, Nicolas Sarkozy, y ambos tendrían planeado llamar este miércoles al primer ministro griego, Georgios Papandreu, para conversar acerca de la situación económica de su país. El segundo paquete de ayuda a Grecia genera acalorados debates, y en los últimos días ganan eco las voces que piden un proceso de insolvencia para el Estado griego e incluso su salida de la eurozona.
 
Ante el enésimo capítulo de esta crisis, el sur de Europa contempla temeroso. Acerca de cómo se perciben allí los acontecimientos le preguntamos a Josep Oliver, catedrático de Economía de la Universidad Autónoma de Barcelona.
 
Bundeswirtschaftsminister und Vizekanzler Philipp Roesler (FDP) sitzt am Mittwoch (27.07.11) in Berlin im Bundeswirtschaftsminsterium zu Beginn des Investitions-Gipfel auf seinem Platz. Roesler hat Vertreter von rund 20 Fachverbaenden zu der Konferenz eingeladen. Ziel des Treffens im Bundeswirtschaftsministerium sei es, "gemeinsam mit den Verbandsvertretern zu eroertern, welchen Beitrag Deutschland dazu leisten kann, dass Investitionen und Wachstum in Griechenland nachhaltig belebt werden", hiess es aus dem Wirtschaftsministerium. (zu dapd-Text) Foto: Michael Gottschalk/dapd
Philipp Rösler, el ministro de Economía alemán, es uno de los partidarios de la insolvencia ordenada de Grecia.Imagen: dapd
Deutsche Welle: ¿Qué consecuencias podría tener para un país como España la bancarrota de Grecia?
 
Josep Oliver: Yo no creo que encima de la mesa de los responsables de la Unión Europea y de la zona euro esté una bancarrota desordenada de Grecia, sino, en el peor de los casos -si Grecia se mostrara incapaz de cumplir con sus compromisos- una insolvencia ordenada.
 
Dado que tanto Irlanda como Portugal, España por descontado y ahora últimamente también Italia han puesto en marcha los ajustes que se les han pedido, yo diría que en ese contexto de una reestructuración ordenada el impacto debería ser relativamente modesto.
 
¿Y también estaría sobre la mesa el abandono de Grecia de la eurozona?
 
Para acabar con esta crisis, hay tres posibilidades. La primera es: nos mantenemos los 17 países [en la eurozona] y en un proceso lento y difícil avanzamos hacia una unidad económica más profunda que finalmente traería los eurobonos. Eso significaría que todos seguimos el modelo alemán, como ha hecho España.
 
En el otro extremo estaría la ruptura del euro que dejaría un área con una moneda única my fuerte, a la que pertenecerían probablemente Francia, los países del Benelux y Holanda, Alemania, Austria y Finlandia. Esta alternativa me parece la menos probable de todas.
 
En medio está la opción de un área a 16. Es decir, que Grecia abandonara el euro transitoriamente. Incluso en esta hipótesis yo creo que lo que se plantearía sería un proceso ordenado, pactado, asegurando la estabilidad del sistema financiero, que en Europa está muy interconectado. La salida precipitada sin acuerdos ni compromisos no me parece posible.
 
¿Le serviría a Grecia abandonar el euro?
 
Honestamente, yo creo que no. Hoy por hoy, sería un suicidio. ¿Qué harían los griegos nada más intuir una posible salida del euro? Pues lo que todo hijo de vecino: coger sus ahorros e irse de Grecia. Con la fuga de capitales y la desconfianza que generaría todo esto, los tipos de interés de las familias -que ahora están en el 2,5 %- se situarían probablemente en el 18 o el 20 %, como en España antes del euro.
 
Aunque devaluasen el dracma para ser más competitivos, con esos tipos de interés, y con la deuda que tienen los griegos en euros –que la continuarían teniendo en euros aunque abandonaran la moneda única- habría que trabajar mucho para devolverla. ¿Y qué pasaría con la inflación? Se dispararía al 12, 15 %. Todo el beneficio de la devaluación se lo comerían en… ¿un año y medio?
 
No digo que la salida de Grecia del euro no sea posible, pero supondría una catástrofe y yo creo que antes de llegar a eso hay otras alternativas, como que Grecia cumpla con sus compromisos –cosa que debido a la ceguera de su clase política no ha hecho todavía- y Europa acuerde otra reestructuración de la deuda griega.
 
Los rumores de que Grecia podría abandonar el euro, ¿asustan en España?
 
Ciertamente, hay preocupación. Este verano asistimos a una escalada de la prima de la deuda española insólita para un país que está haciendo los deberes. Desde que Grecia fue intervenida en mayo del año pasado, España ha tomado medidas radicales: se le ha bajado el salario a los funcionarios, congelado las pensiones, reformado el mercado de trabajo y el sistema financiero, se ha alargado la edad de jubilación hasta los 67 años y la semana pasada se modificó la Constitución para ponerle un límite al déficit público. En 2009 teníamos un déficit del 11% del PIB, este año terminaremos al 6, el año que viene al 4 y en 2013-2014 estaremos por debajo del 3 %, que es lo que la UE nos ha pedido.
 
Que un país que ha practicado un ajuste como pocos en el mundo occidental viera elevada de tal manera su prima de riesgo sorprendió, aunque hay que decir que no se debía tanto a Grecia como a la situación italiana, que ha sido realmente kafkiana.
 
Protesters hold a banner reading ''Stop them'' and depicting, from left to right, European Central Bank president Jean-Claude Trichet, German Chancellor Angela Merkel, Greek Prime Minister George Papandreou and Greek Finance Minister George Papaconstantinou during a demonstration in Athens on Saturday, May 1, 2010. Tens of thousands of protesters gathered in central Athens and other Greek cities Saturday for May Day rallies fueled by anger at expected harsh austerity measures needed to secure rescue loans for near-bankrupt Greece. (AP Photo/Thanassis Stavrakis)
Al grito de ''stop them'' protestan los griegos contra las medidas que se les imponen desde Europa.Imagen: AP
Ahora se vuelve a hablar de la Europa de las dos velocidades, ¿tendremos en el futuro un continente separado por dos niveles de crecimiento y dos modelos sociales, dos estándares de vida?
 
Eso siempre ha sido así. Ha habido un proceso de convergencia importante, España ha recuperado muchas posiciones, nuestro nivel de renta por habitante no ha parado de aumentar con respecto a la media europea, pero todavía hay diferencias importantes.
 
De todas maneras, yo no hablaría de dos modelos sociales: en Europa existe el convencimiento de que el Estado del bienestar es irrenunciable. Otra cuestión es que ahora, en plena crisis, haya que hacer un alto en el camino, ordenar las finanzas, y después continuar. En España estamos asistiendo a caídas en el gasto público, pero la idea general es que una vez que se haya superado esta situación hay que volver al camino de acercamiento a los niveles de bienestar centroeuropeos.
 
Que Merkel y Sarkozy hablen tanto y dé la impresión de que todo se decide entre Berlín y París, ¿es bueno para la unidad europea?
 
Es la realidad. Si algo ha dejado claro esta crisis, es que la zona euro que salga de ella será una mucho más alemana. Tenemos que empezar a aceptar que el modelo germano se ha mostrado frente al anglosajón claramente superior, no ha cometido los errores de Gran Bretaña, Estados Unidos e incluso España. Es un modelo que tiene una gran competencia económica internacional y una justicia social y una distribución de la renta más que aceptable para los patrones del sur de Europa.
 
Yo la impresión que tengo es que de esta crisis, o salimos alemanes o no salimos, y personalmente no me parece mal.
 
Autora: Luna Bolívar Manaut
Editor: Pablo Kummetz