Deje en paz a los bancos, Señor Scholz!
18 de marzo de 2019Un virus se ha propagado por el distrito gubernamental en Berlín. Continuamente se dicen tonterías sobre los "campeones” de la economía alemana. El turno ahora es para el Deutsche Bank. La institución financiera con sede en Frankfurt, en otras épocas el único banco alemán con reputación internacional, debería convertirse nuevamente en uno de esos campeones y fusionarse con su tradicional rival, el Commerzbank. Por lo menos así lo desearía Olaf Scholz, ministro federal de Finanzas.
Así hemos estado desde hace semanas. El ministro dice alguna frase, circulan rumores de que ambos bancos se habían sentado a la mesa y dialogado de manera informal. Este domingo finalmente se ha confirmado lo que era un secreto a voces: se han establecido contactos formales, con el propósito de determinar si la fusión sería útil.
Esto es puro diletantismo. Si ambas instituciones en verdad tuviesen un deseo sincero de asociarse, habrían negociado en secreto. Se habrían intercambiado emails encriptados, otorgado nombres en clave a la terminología y comunicado solo aquello que exigen los mercados: información concreta.
Comunicados escuetos
Sin embargo, ambos bancos cedieron a la presión de los políticos. Ambos lo comunicaron en la forma más escueta posible. Commerzbank en una nota de prensa de un solo renglón; Deutsche Bank en una de cuatro. Christian Sewing, jefe de este último, también se dirigió en una carta a sus empleados. Sin embargo, cada sílaba delata que Sewing en realidad no quiere esta fusión. "Hay que ocuparse de las oportunidades que se presentan”, sugiere en la misiva. ¿Es el Commerzbank solo eso?
Se habla de negociar "sin condiciones iniciales” y no se da por hecho que al final del camino se logre "una transacción”. Esta frase fue escrita quizás para el ministro federal de Finanzas, que, al parecer, es el más interesado en esta fusión.
¿Cuáles serían las verdaderas intenciones del Ministro socialdemócrata, también Vicecanciller Federal? Por un lado, al Gobierno Federal aún le pertenece el 15% de las acciones de Commerzbank, un legado de cuando se le rescató en la crisis financiera. ¿Por qué tuvo que ser rescatado? Porque previamente había comprado por nueve mil millones de euros al Dresdner Bank. Después de la crisis financiera, los círculos políticos (no solo alemanes) prometieron que nunca más un banco sería rescatado con dinero público. Esto no ha sido cumplido a cabalidad. Italia, no hace más que inyectar capital en sus desprestigiados bancos.
En caso de producirse la fusión entre Deutsche Bank y Commerzbank, el Estado alemán sería partícipe de la entidad con un 5% de las acciones. Esto podría interpretarse como una forma de protectorado. Sería el segundo banco más grande Europa por su balance general (solo detrás del francés BNP Paribas) y, naturalmente, el Estado alemán tendría que reflotarlo en caso de naufragar.
El verdadero sentido del asunto
Nadie puede explicar cuáles serían los beneficios de una fusión de tal envergadura. Ser el número 2 de Europa suena muy bien, sin embargo no significa nada. El valor de bolsa sería mucho menor. Ambos bancos dominan el sector de la financiación a la mediana empresa. En ese ámbito también hay preocupación al respecto. Muchos requieren interlocutores claros para su financiación. La fusión de ambos bancos, tal como la desea Scholz, generaría incertidumbre y falta de claridad.
Esta provocaría que el nuevo gran banco se ocupase sobre todo de sí mismo. Además, costaría millones y muchos empleados perderían sus puestos de trabajo. Por otro lado, ya Deutsche Bank está ya bastante ocupado tratando de integrar al Postbank, el mayor banco alemán exclusivamente dedicado a personas naturales, algo en lo que ya ha gastado millones. Y ahora, solo el hecho de plantear la fusión con otro banco, con procesos y sistemas diferentes, no es más que una locura.
La idea de Olaf Scholz de un gran "campeón bancario alemán” no es solo mala, es una tontería. Solo queda esperar que las conversaciones entre ambos bancos no sean interferidas por los discursos poco calificados que emanan de Berlín. Por lo demás solo queda añadir que Alemania ya tiene un "campeón bancario”. Las Sparkassen (cajas de ahorro), en gran parte en manos de los Ayuntamientos, calificadas a veces como burocráticas y costosas, tuvieron el año pasado utilidades conjuntas de dos mil millones de Euros. Fueron mucho más eficientes que el Deutsche Bank y el Commerzbank.
(mov/er)
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