Derrame de crudo en Venezuela: amenaza de peores accidentes
19 de agosto de 2020Al igual que en el derrame de petróleo causado por un carguero en la Isla Mauricio, el vertido de hidrocarburos en la costa de Venezuela está afectando una zona de alta biodiversidad. "Son sistemas similares. Ambos son ecosistemas tropicales sensibles, altamente diversos, con arrecifes de coral y bosques de manglares”, indica el biólogo Eduardo Klein, en entrevista con DW.
El investigador del Laboratorio de Sensores Remotos de la Universidad Simón Bolívar, quien reside en Australia, advierte, sin embargo, sobre la magnitud de la catástrofe en Venezuela: "Si comparamos los incidentes, el barco que encalló y se partió en dos ha derramado unas mil toneladas de combustible, que son aproximadamente siete mil barriles, mientras que en Venezuela calculamos que el derrame es de unos 20 mil barriles, esto es, de dos a tres veces más grande”.
"Se sigue observando una gran mancha a un costado de la refinería El Palito, que ha tenido tres picos de desplazamiento: el 22 de julio se fue hacia el noroeste, hacia Parque Nacional Morrocoy; el 7 de agosto fue hacia el este, al Parque Nacional San Esteban, y el 10 nuevamente hay un desplazamiento del hidrocarburo hacia Morrocoy”, señala a DW Vilisa Morón, presidenta de la Sociedad Venezolana de Ecología (SVE).
El derrame de petróleo aumenta
Las semanas pasan, el derrame se esparce y su superficie aumenta. "El primer día se veía una mancha a un costado de la refinería, de una superficie de unos 8,4 km cuadrados, y al salir afuera alcanza una superficie en el agua de 350 km cuadrados. Una extensión enorme. Esa mancha es tan grande que con ella se puede cubrir la ciudad de Caracas y otras dos de las tres ciudades más grandes de Venezuela”, estima Klein.
El experto también lamenta que, a diferencia de Mauricio, donde el accidente fue inmediatamente informado y se tomaron medidas, en Venezuela ha faltado un pronunciamiento oficial más completo, y se supo del hecho gracias a las redes sociales.
Desde el primer derrame, las imágenes satelitales siguen mostrando presencia de petróleo proveniente de la refinería. Sin embargo, ni el gobierno ni la Empresa de Petróleos de Venezuela (PDVSA) han informado oficialmente sobre las causas del incidente, el volumen del derrame ni el tipo de hidrocarburo.
"Aparecieron especialistas del Ministerio de Ecosocialismo y de PDVSA para hacer labores de retiro del crudo, pero todavía no hay un pronunciamiento oficial sobre éste, ni acerca de lo que, aparentemente, es un segundo derrame”, indica Deborah Vigio, directora de la Fundación para la Defensa de la Naturaleza, FUDENA, en diálogo con DW.
En redes sociales, el Ministerio de Ecosocialismo y su titular, Oswaldo Barbera, han difundido fotos de trabajos de limpieza y, recientemente, colocación de barreras que realizan junto con personal de PDVSA y expertos. Aseguran que sanearon 4,5 km de playa en la Península de Paraguaná y recolectaron 60 toneladas de desechos contaminados. "Nuestro fondo marino está totalmente limpio, las costas del estado Falcón siguen siendo saneadas, pero el fondo de las playas están en perfecto estado”, indica el ministerio en su cuenta de Instagram.
Deficiencias en prevención, combate y restauración
El ingeniero Pánfilo Masciangioli, experto en temas de seguridad en la industria petrolera, trabajó casi 30 años en PDVSA y hoy reside en España. Consultado por DW, opina que los accidentes pueden ocurrir, pero critica fallas de prevención y respuesta temprana. "En la refinería El Palito hay cuatro lagunas gigantes de casi 100 por 100 metros y dos a tres metros de profundidad. Si una sola de estas lagunas libera sólo 20 cm del crudo, ya son 12 mil barriles. De tal manera que la estimación del derrame de alrededor de 20 mil barriles es bastante razonable”.
"Es muy importante el tiempo de respuesta. Una vez que sale de la zona hay que movilizar todos los equipos para impedir que la mancha se esparza, lo que ocurre muy rápido y cubre áreas muy grandes, y hace casi imposible recoger todo el petróleo”, apunta.
El especialista estima que se trata de un crudo mediano, "que tiene cierta toxicidad y persistencia en el tiempo”. Mientras antes se realice la limpieza, mejor, pues el hidrocarburo se va volviendo más viscoso y difícil de quitar con el tiempo. Si bien la limpieza de las playas es relativamente sencilla, retirar lo que se adhiere a los manglares es más complicado.
"Hemos visto imágenes de gente del ministerio limpiando los manglares con espátulas y paños, se ve que están manipulando. Pero la limpieza mecánica de los manglares no se recomienda porque respiran por las raíces. El hidrocarburo los sofoca y esta manipulación es dañina”, subraya Vilisa Morón. Lo más adecuado sería utilizar una bomba para limpiar con chorros de agua de mar, aporta Masciangioli.
"Recordemos que el Parque Nacional Morrocoy sufrió un evento de blanqueamiento a fines de los 90 y no se ha recuperado todavía. Aún hay zonas en que los arrecifes de coral están muertos, y ahora llega este derrame. Por eso es tan importante hacer un diagnóstico y saber si está llegando a las zonas que tienen arrecifes muertos o a zonas interiores del parque de manglar”, observa Morón.
El gobierno habla de un uno por ciento de zona afectada en el parque, sin embargo, los expertos de la sociedad civil desconfían de este diagnóstico. A voluntarios de organizaciones como FUDEMA se les ha negado el ingreso a la reserva, pero siguen trabajando otras zonas. "Estamos apoyando a las comunidades en labores de limpieza y remoción de los restos del derrame sobre todo en la zona arenosa y de playa de Chichiriviche. Hemos puesto a la orden nuestra experticia en términos de ecosistemas marinos trabajando en esa zona, pero hay negación por parte de las autoridades”, dice Deborah Vigio.
Riesgo de un desastre ambiental mayor
A pesar de la magnitud del derrame, Masciangioli advierte que "esto es nada para lo que puede ocurrir”. El experto explica los riesgos que incuba la decaída industria petrolera, en medio de la crisis política y económica que vive el país sudamericano: "Antes producía tres millones de barriles diarios; hoy sólo 300 mil, es decir, diez veces menos. Hay muchísimas tuberías que no llevan crudo o no lo hacen a la presión acostumbrada”.
Si esta presión aumenta, los riesgos son inminentes. El sistema tiene tuberías antiguas, que generan fugas, como ocurre en el lago de Maracaibo y otras zonas del país, denuncia el ingeniero: "Hay tuberías de 30 y 40 años, que no han sido reemplazadas y producen derrames todos los días”.
La falta de mantenimiento por no disponibilidad de especialistas, razones económicas y ahora el COVID-19, puede llevar a una situación peligrosa. Un caso preocupante es el del barco tanquero Nabarima, anclado desde 2008 en el Golfo de Paria y que además muestra cierta inclinación. "Tiene 1,2 millones de barriles de petróleo. No le han hecho mantenimiento, y si llega a derramar sería un desastre ecológico”, dice Masciangioli.
Con las sanciones de Estados Unidos y la caída en las ventas, el Nabarima tiene sus tanques llenos. "No puede vender ese petróleo y no tiene dónde almacenarlo”, comenta Masciangioli, quien alerta que, además, el barco tiene sólo tres tripulantes a bordo.
En el caso del reciente derrame en la costa, tampoco es sencillo movilizar ayuda. "Trasladarse hasta allá en pleno COVID-19 y llevar a los especialistas es muy complicado, además por el déficit de gasolina”, indica Morón.
La Sociedad Venezolana de Ecología, que reúne a 300 miembros de universidades, institutos de investigación y organizaciones no gubernamentales, ha ofrecido "evaluar en forma robusta y científica a la brevedad la magnitud del impacto del derrame a través de un diagnóstico de campo rápido”, así como apoyar en las labores de saneamiento y reparación. Sin embargo, no han sido incluidos por el gobierno.
(cp)
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