Deshielo del Ártico agilizará el transporte marítimo mundial
29 de junio de 2013Cada vez más embarcaciones navegan por las frías aguas del océano Ártico, que comunican a Europa con el lejano Oriente. El calentamiento global ha puesto en marcha un proceso de deshielo que comienza ha dejar huellas visibles al norte de Noruega y Rusia. Cuando llega el verano boreal, los buques petroleros surcan los mares de Barents y Kara, aprovechando que el camino hacia el estrecho de Bering sólo se verá obstaculizado por “hielo joven”, masas de apenas treinta centímetros de espesor.
“En 2012, la magnitud del decrecimiento de las capas de hielo estableció un nuevo récord. Y estimamos que ese fenómeno continuará en los próximos lustros”, dijo a DW el analista Eiji Sakai, de la Fundación para la Investigación de Políticas Oceánicas de Japón. En agosto de 2012, un barco cargado de gas natural en estado líquido llegó al puerto nipón de Yokohama, convirtiéndose en la primera nave de ese tipo en completar la ruta marítima del Norte –conocida también como “Paso del Noreste”– desde Noruega.
Esta hazaña es vista como algo significativo por el uso que se le pretende dar a estas aguas: ya se cuenta con que los cambios climáticos terminarán propiciando el transporte de recursos energéticos por el Paso del Noreste. De ahí que el tráfico dé señas de estarse intensificado. En 2012, un total de 46 barcos transitaron esa ruta. En 2011, sólo fueron 34. Y en 2010, apenas diez embarcaciones emprendieron esa aventura. No obstante, estas cifras son ínfimas en comparación con el número de barcos que toman otras vías.
¿Competencia para el Canal de Panamá?
Por el Canal de Suez –el camino tradicional para llegar al lejano Oriente desde Europa– pasan 19.000 naves al año. Por el Canal de Panamá pasan 15.000. Y las metas de quienes quieren participar en la construcción del Canal de Nicaragua son aún más ambiciosas. El Paso del Noreste sólo podrá competir a largo plazo con estas maravillas de la ingeniería si el deshielo del Ártico sigue el curso actual. “Eso es algo que no se deja predecir con exactitud”, aclara Sakai. De momento, la ruta marítima del Norte sigue despertando recelo entre las compañías navieras.
“Los barcos necesitan de la ayuda de rompehielos, el calado es muy limitado en algunas áreas y la ruta está bajo control de la Federación Rusa. En este instante hay un número muy reducido de rompehielos y de barcos aptos para transitar esta ruta. Los seguros para proteger a las naves y sus mercancías también son más caros. Y la vía sólo está abierta en verano. Todo esto preocupa a las empresas navieras”, explica Sakai. A esas inquietudes se suman las de índole ecológica.
El Ministerio de Exteriores del Reino Unido tiene su propia Unidad para la Región Polar. Desde allí se propuso imponer un código especial para el tránsito marítimo polar, con miras a minimizar el impacto ambiental del tráfico naviero en la región del Ártico. Está por verse si esta idea prospera y si tiene menos que ver con la preservación del ecosistema ártico que con la esperanza de restringir la competencia comercial en esa ruta marítima. Después de todo, las ventajas económicas del Paso del Noreste saltan a la vista.
Negocios a futuro
Se calcula que la ruta marítima del Norte puede reducir hasta la mitad del tiempo invertido actualmente para navegar entre las costas europeas y las de los países orientales. Un buque que navegue por el Ártico desde la ciudad rusa de Múrmansk hasta un puerto en China gastará un 40 por ciento menos de su combustible que si atravesara el Canal de Suez, asegura Yoshinori Miura, jefe de operaciones en Tokio de la firma noruega Det Norske Veritas (DNV). Se supone que también las emisiones contaminantes se reducen debido a la brevedad de los viajes.
En todo caso, los beneficios económicos que el deshielo en el Ártico ofrece son tales que a China, a Japón y a Corea del Sur se les ha concedido el estatus de Estado observador en el Consejo del Ártico, la organización que diseña políticas para la región.
Autor: Julian Ryall / Evan Romero-Castillo
Editor: José Ospina Valencia