Ola migratoria, reto inmenso para México
8 de julio de 2019Andrés Manuel López Obrador ha tenido que distanciarse de su postura inicial de solidaridad con los migrantes, por la presión de su homólogo norteamericano, Donald Trump, que amenazó imponer un 5% de aranceles a todas las importaciones provenientes de México.
López Obrador ha endurecido su política migratoria e incluso ha militarizado la frontera. Según la organización Human Rights Watch, hasta el pasado 24 de junio, más de 15.000 solicitantes de asilo, principalmente de Honduras, Guatemala y El Salvador, fueron devueltos a Ciudad Juárez, Tijuana y Mexicali por las autoridades migratorias estadounidenses.
Desde enero pasado, el gobierno de EE.UU. comenzó a aplicar el llamado Protocolo de Protección a Migrantes (MPP, según sus siglas en inglés) en el que se ampara para realizar las llamadas "devoluciones" de migrantes centroamericanos a México. De acuerdo a este protocolo, los migrantes que llegaron a Estados Unidos, con o sin la documentación adecuada, podrán ser retornados a México durante la duración de sus juicios migratorios.
Christopher Gascon es desde 2014 jefe de la misión en México de la Organización Internacional para las Migraciones (OIM), un organismo de Naciones Unidas. En entrevista con DW, el experto, que tiene una trayectoria de más de dos décadas en la organización internacional, destaca que muchos migrantes han llegado impulsados por la falsa creencia de que tienen mejores posibilidades de entrar a Estados Unidos, cuando en realidad sucede todo lo contrario.
DW: El martes pasado (02.07.2019) salió de Ciudad Juárez, Chihuahua, un autobús con 69 migrantes centroamericanos con dirección a la frontera con Guatemala. Dichas personas se acogieron al Programa de Retorno Voluntario, organizado por la misión que usted encabeza, con el apoyo del Instituto Nacional de Migración (INM) ¿En qué consiste este programa?
Christopher Gascon: Es un programa que ofrecemos desde octubre pasado a las personas que quieran retornar a sus países de origen. (...) Llegando a distintos puntos del trayecto (de las caravanas de migrantes), algunas personas decidieron regresar a casa, así se empezó a ofrecer la posibilidad de retornar con el apoyo de la OIM. Sigue el mismo escenario y la ayuda sigue, ahora con personas que han llegado hasta la frontera norte. Muchos se encuentran bajo el Protocolo de Protección a Migrantes (MPP), entraron a Estados Unidos y fueron devueltos a México para esperar una fecha en la corte. Es muy importante aclarar que no se trata de deportaciones. Es un retorno voluntario de personas que están informadas sobre la situación en la que están, que acudieron a nuestra organización para pedir apoyo.
En el caso de las personas que salieron el martes pasado desde Ciudad Juárez, ¿estaban resueltos sus casos?
No, esas personas fueron devueltas bajo el mecanismo MPP, muchas personas cruzaron la frontera y fueron devueltas. No tenían ninguna otra intención que ir a Estados Unidos para trabajar. Todas esas 69 personas que retornaron el martes pasado nos dijeron que en ningún momento habían considerado pedir una solicitud de asilo en Estados Unidos. Querían ir para trabajar, para reunirse con familiares, pero no para pedir asilo, por lo que ni siquiera entraron al proceso de asilo.
Estas personas ¿decidieron voluntariamente volver a sus países de origen?
Sí, se acercaron al Instituto Nacional de Migración (INM) de México para buscar un apoyo. El INM los canalizó con nosotros para que revisaramos los casos de estas personas. Determinamos si corrían algún riesgo, cuando no es el caso, la podemos apoyar. Si percibimos que al regresar la persona podría enfrentar algún riesgo, entonces canalizamos el caso a la Comisión Mexicana de Ayuda a Refugiados (COMAR), o al Alto Comisionado de las Naciones Unidas para los Refugiados (ACNUR) o a alguna otra organización socia. Las 69 personas que retornaron el martes todas querían regresar y no se detectó ningún riesgo.
El número de 69 es relativamente pequeño considerando la gran cantidad de personas centroamericanas que se encuentran varadas en la frontera. ¿A cuántas personas esperan ustedes regresar a sus países?
Por ahora no lo sabemos. Este fue el primer retorno organizado en este momento. Muchos de los migrantes se encuentran dispersos, los que desean ese retorno irán acercándose a distintas organizaciones socias y serán canalizados. Este primer traslado se organizó en dos días y a partir de entonces ha habido más personas que muestran interés en retornar a sus países. A medida que se pase la voz, irá aumentando el número de interesados.
El reporte publicado hace unos días por el Departamento de Seguridad Nacional (DNS) de Estados Unidos advirtió sobre un hacinamiento peligroso en distintos centros de detención temporales. ¿Serán algunas de las personas que se encuentran ahí devueltas a la frontera con México?
Generalmente las devoluciones son casi inmediatas, cuando se intercepta a alguna persona, entonces regresa bajo el mecanismo MPP, es un retorno inmediato. Las personas que se encuentran en centros de detención normalmente encaran otro procedimiento.
¿Cómo definiría usted la situación en la que se encuentra México por la enorme presión que significa la migración centroamericana?
México sigue siendo un corredor migratorio muy importante, hemos visto últimamente distintos patrones. La ola migratoria bajó en 2017 y comenzó a subir nuevamente en 2018 y 2019. La mala información ha jugado un papel importante. Los migrantes llegaron creyendo que tenían mejores posibilidades de entrar a Estados Unidos, cuando ocurre lo contrario. Hay muchas familias que están transitando ahora con la información de que tal vez entrando con niños va a ser más segura su solicitud de asilo. En la realidad estas familias se están poniendo en riesgo en este difícil trayecto, para encontrarse con una decisión negativa al presentar una solicitud de asilo, porque no es el hecho de tener niños lo que les va a garantizar mejores posibilidades. De manera ingenua, la gente se está lanzando a recorrer países para enfrentarse en la frontera con decisiones que no eran las que esperaban.
Esto significa una enorme carga financiera para México, mientras que países industrializados, como Estados Unidos, se desentienden.
Para México es una carga importante. Es una situación que requiere muchos recursos, mucha coordinación. El gobierno federal está destinando muchos recursos y está tratando de responder a este desafío, que también afecta a los diferentes estados en la frontera norte y también en la frontera sur del país, en donde las capacidades son escasas, pero están siendo utilizadas al máximo por parte del gobierno. La mala información ha provocado que este año registremos casi el doble de la migración habitual, que ha transitado por el país y que sigue llegando. La nueva política migratoria de México se pronunció de manera mucho más abierta en el apoyo a los migrantes, pero han llegado en números mucho más voluminosos de lo que se esperaba.
Dentro de este panorama, ¿cuál es el mayor desafío para México?
El volumen extraordinario de migrantes que ha estado llegando a México este año. México se abrió a Centroamérica y presentó una visión más solidaria hacia estos países. Crear oportunidades de empleo es prematuro porque los megaproyectos que están pensados en el sur del país, en donde la gente de Centroamérica podría contribuir, todavía no han arrancado, sin embargo han llegado migrantes de manera masiva, con la idea de seguir en grandes números hacia Estados Unidos. Eso para México es un reto inmenso. Y es un nuevo fenómeno porque nunca se había visto estos números tan fuertes. Desde la crisis de 2014 en Estados Unidos con la llegada de los niños no acompañados, no hemos registrado números similares. Desde fines del año pasado estamos viendo algo totalmente inesperado.
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