Deutsche Bank: cambio en la cúspide
31 de mayo de 2012
Hay grandes cambios en la cúspide del Deutsche Bank. Josef Ackermann, que está desde hace diez años a la cabeza de esa institución, se retira, y hubiera preferido que su sucesor fuera Axel Weber. Pero en la cúspide habrá un doble liderazgo. Un británico de origen indio y un alemán serán quienes lleven las riendas del banco más importante de Alemania: Anshu Jain, de 49 años, y Jürgen Fitschen, de 63.
Sin cambios en el Consejo Supervisor
Josef Ackermann no será quien controle a sus sucesores, ya que tampoco se concretó su anhelo de presidir el Consejo Supervisor. Pero la nueva dirección tendrá bastante más que hacer que ocuparse de ese tipo de temas. Está visto que no tiene por qué ser un alemán el que dirija el Deutsche Bank, quien, por regla, es al mismo tiempo un interlocutor importante para el Gobierno de Alemania. Ese fue el rol de los antecesores del suizo Ackermann: Hermann-Josef Abs y Alfred Herrhausen. La propia canciller alemana, Angela Merkel, organizó una cena para festejar los 60 años de Ackermann, en 2008.
“Esa confianza hay que ganársela”, opina Christoph Schalas, de la Frankfurter School of Finance and Management. Ser discreto, no sacar ventaja para la propia institución de la tarea de asesor político, y probar que “como asesor se actúa de manera abierta y sincera. Los sucesores de Ackerman primero tienen que demostrar que también son capaces de eso”, subraya el experto.
Aumentar la cotización de las acciones
Pero una de las tarea más difícil que espera a Jürgen Fitschen y a Anshu Jain será lograr que las acciones del Deutsche Bank den dividendos. Mientras Ackermann estuvo a cargo del banco, eso no fue posible. Se produjeron grandes fluctuaciones: al comienzo del período Ackermann: una acción del Deutsche Bank costaba 76 euros; en mayo de 2007 subió a 118,51 euros, y en enero de 2009 volvió a bajar a 15,38 euros. En total, las acciones del Deutsche Bank perdieron casi un 60 por ciento de su valor en los últimos diez años. Mejor que a los accionistas de esa institución les fue a quienes depositaron su dinero en una libreta de ahorro.
Ese fracaso se relativizó únicamente por el hecho de que a otros bancos les fue peor. Pero, desde el punto de vista de la bolsa, es incluso así un fracaso. Y las raíces del mismo están en el modelo de negocios del Deutsche Bank, analiza Ekkerhard Wenger, profesor de Economía Crediticia y Bancaria de la Universidad de Wurzburgo. “Allí donde se ha llevado a cabo un negocio de banca de inversión de grandes magnitudes, el provecho que sacaron los accionistas siempre fue de mediano a muy bajo”, señala Wenger. “Por el contrario, aquellos bancos que operaron en base a inversiones elementales -es decir, hipotecando inmuebles y otorgando créditos de solvencia comprobable- atravesaron muy bien la crisis”.
Nuevas estrategias, ¿pero cuáles?
Anshu Jain es un experto en la banca de inversión, y está por verse si posee la necesaria comprensión por el negocio estable de los clientes privados y las empresas, y si demuestra esa comprensión dotando de capital a esas áreas del Deutsche Bank. En el pasado, el negocio de la banca de inversión fue el que produjo una gran parte de las ganancias de la institución, pero también el grueso de las pérdidas. También el Deutsche Bank se arriesgó y perdió durante la crisis financiera, o al menos se hizo corresponsable de las pérdidas sufridas por el sector al pasar de hacerse cargo del riesgo a negociar con él.
El balance entre la banca de inversión y los sectores estables del negocio bancario podría ser una exigencia que supere la capacidad del nuevo equipo de liderazgo y hasta es posible que se convierta en una pesada carga. “Hay que tener en cuenta, por ejemplo, que un crédito que, dependiendo de las condiciones, está relacionado con una gran cantidad de riesgos importantes”, dice Reinhard Schmidt, profesor de Economía Bancaria, que ve una posible alternativa en un compromiso de tipo estratégico. Si una constructora alemana de maquinaria vende una pieza a EE. UU., la producción se prefinancia con un crédito en euros, pero luego se paga con una suma en dólares. El constructor alemán está expuesto a un riesgo cambiario. Una posibilidad es que una el crédito a un producto de bolsa a término, es decir, con un producto de inversión bancaria para reducir el riesgo cambiario. “Es muy importante realizar ese tipo de combinaciones”, opina Schmidt.
¿Estará Anshu Jain pronto solo en la cúspide del Deutsche Bank?
Durante la era de Josef Ackermann se planeó generar la mitad de las ganancias en las transacciones de la banca de inversiones y la otra en el negocio bancario tradicional. Hasta ahora, la proporción siempre fue de 60 a 40. Y no se sabe si bajo el liderazgo de Jain el objetivo será llegar a una relación de 50 a 50. Jain es más joven que Fitschen, y es probable que pronto sea quien lleve la batuta en el Deutsche Bank. El ex director de Gestión de Riesgo de la filial alemana del banco suizo USB, Wieslaw Jurczenko, piensa que Jain no podrá escapar a su formación y a su experiencia profesional. “Si un sectpr de inversión es responsable de una parte tan grande de las ganancias de una institución, entonces también ejerce una influencia correspondiente en el sector operativo, es decir, en el sector estratégico”, señala el experto.
Las decisiones en cuanto a cambios en el personal en el Deutsche Bank reflejan un mayor poder para el banquero inversionista Jain. Las direcciones del departamento de Riesgo, de Tecnología Informática, de Personal y la jefatura económica de la institución son cargos ocupados por personas de confianza de Jain. Está por verse si la crisis de deuda europea le permite a Anshu Jain formular sus planes estratégicos y llevarlos a cabo con la tranquilidad necesaria. Esa es otra de las tantas cuestiones con final abierto en la nueva constelación del Deutsche Bank.
Autor: Michael Braun/ Cristina Papaleo
Editor: Pablo Kummetz