Deutsche Bank: ganancias récord
2 de febrero de 2006El primer banco alemán en activos, Deutsche Bank, se presenta con el pecho hinchado de orgullos y una fuerza económica sin precedentes. No es para menos. Descontando todos los gastos y costos, en 2005 el beneficio neto fue de 3.783 millones de euros (4.558 millones de dólares), es decir, un 53% más que en el año anterior. También mejoró los ingresos netos un 17%, hasta los 25.600 millones de euros (30.848 millones de dólares).
"Nuestro éxito es reflejo de nuestra posición competitiva", declaró el presidente de la entidad, el suizo Josef Ackermann. "Deutsche Bank registró unos resultados extraordinarios en 2005 con un comportamiento récord en las divisiones de banca para empresas, de inversión y privada, así como en la gestión de activos", agregó.
Algunos matices
Mirando el resultado de cerca, los analistas destacan que el Deutsche Bank confía demasiado en la banca de inversión, cuyo aporte al resultado final sigue creciendo mientras el de otros segmentos cae.
Asimismo, el rendimiento sobre el capital social antes de impuestos de 26%, levemente superior al objetivo del 25% fijado por Ackermann, sería en primer lugar resultado de "trucos contables", apuntó la revista financiera "manager magazín" hace poco.
Prometen nuevos empleos
Los resultados hubieran sido todavía más espectaculares si no hubieran sido lastrados por efectos extraordinarios de 1.200 millones de euros (1.446 millones de dólares), en gran parte debido a los costos por la reducción de empleos.
A finales de 2004 se había anunciado la eliminación de 2.300 puestos de trabajo en Alemania. Ante las protestas desatadas se prometió la creación de 380 puestos nuevos. A finales de 2005 el banco empleaba a 26.336 personas a tiempo completo. Ante las ganancias multimillonarias conformadas este jueves, Ackermann prometió ofrecer más empleos. "Sólo en Alemania vamos a crear 500 nuevos puestos de trabajo en sectores cercanos al cliente", anunció el director.
Escándalo sin consecuencias
Desde el ámbito financiero, así como de la opinión pública, se ha criticado la gestión del banquero suizo, marcada para muchos por su drástica reducción de empleos y su implicación en el llamado "caso Mannesmann".
En el caso Mannesmann, el ejecutivo es acusado de haber violado el derecho de sociedades anónimas con la concesión de primas y pensiones multimillonarias, junto con otros miembros del consejo de vigilancia de la operadora alemana, donde él también era consejero.
Los alrededor de 60 millones de euros (72 millones de dólares) repartidos entre un puñado de altos directivos, habrían lubricado la compra hostil de Mannesmann por parte de la operadora británica de telefonía celular Vodafone, en 2000.
Sin embargo, frente a los resultados operativos, y considerando que un fallo negativo en el caso Mannesmann no tendría consecuencias financieras para el Deutsche Bank, Ackermann ha recibido un fuerte espaldarazo del consejo de vigilancia del banco, que prolongó este miércoles el contrato del directivo durante cuatro años más, hasta 2010.
Asimismo se fortalece su posición, quien desde ahora también presidirá el comité ejecutivo de la entidad, de la que hasta ahora era sólo portavoz. Es la primera vez que se toma esta medida desde su fundación en 1870 y que demuestra la absoluta confianza que el gremio de supervisión tiene en su director.