Domingo sangriento en Siria
31 de julio de 2011Publicidad
Cientos de barricadas habían erigido los habitantes en las calles de Hama a lo largo de las últimas semanas. La ofensiva del ejército contra esta ciudad, feudo de la oposición al régimen de Bashar el Asad, no llegó de improvisto. Este lunes (01.08.2011) empieza el Ramadán, mes para el que se han anunciado protestas diarias en Siria, y que Damasco daría un golpe de fuerza era de prever.
Al final, el domingo fue sangriento. Unos 97 muertos y alrededor de 100 heridos calculan los activistas exiliados en Beirut como balance provisional, y eso sólo para Hama. En toda Siria más de una centena de fallecidos vendrían a aumentar el número de víctimas en un conflicto que sobrepasa ya la barrera de lo incómodo para el mundo occidental.
“Si el presidente el Asad no se muestra dispuesto a un cambio de rumbo, le impondremos junto con nuestros socios europeos más sanciones”, amenazó el ministro alemán de Exteriores, Guido Westerwelle. Pero su servicio secreto -el germano BND- no cree que el sistema implantado por los Asad tenga los días contados.
“Llovían granadas”
Ya de madrugada quedó interrumpido el abastecimiento de agua y electricidad en Hama. A primera hora de la mañana hacían en la ciudad acto de presencia los tanques, que arrasaban en pocos minutos las barreras protectoras levantadas, y se dejaban notar desde sus posiciones los francotiradores. “Llovían granadas, los soldados disparaban contra todo lo que se movía”, describe la oposición. Las víctimas aumentaban por minutos, asegura, y el ejército había acordonado los hospitales para evitar que se atendiera a los heridos.
En 1982, Hama vivió la matanza de los Hermanos Musulmanes. En aquella ocasión perecieron entre 10.000 y 30.000 personas y fue Hafez el Asad, padre del actual presidente, quien ordenó el acto. De esta complicada urbe para la familia en el poder emprendieron hace unas semanas sus tropas fieles la retirada, lo que dio si cabe aún más vuelo a las manifestaciones contra Damasco: una de las citas llegó a convocar a alrededor de medio millón de ciudadanos. Un día antes del Ramadán las fuerzas armadas han vuelto, y todo hace indicar que han logrado imponerse, al menos militarmente.
Porque el Gobierno sirio ha proscrito a la prensa internacional del país, quedan sólo el personal humanitario y los contrarios al régimen como fuentes de información ajenas a la oficial. La descripción que estos hacen, sin embargo, del duro proceder en Hama se considera creíble: ya se ha visto en otras ocasiones desde que se iniciaran las protestas, que han dejado, según organizaciones pro derechos humanos, 1.600 civiles asesinados y unos 26.000 detenidos, de los cuales 12.000 siguen en prisión.
“No veo un cambio de régimen”
Pero no sólo Hama fue objetivo militar este domingo: también las ciudades de Herak y Deir el Zor, y la localidad de Al-Moadimiya, cercana a la capital. “Lo que estamos viviendo en Siria nos indigna profundamente: el régimen de el Asad sigue disparando contra su propio pueblo”, constató Westerwelle.
La Unión Europea ha impuesto hasta ahora sanciones a 30 miembros del Gobierno sirio, incluida una prohibición de entrada al territorio comunitario que afecta al mismo presidente y la congelación de cuentas en Europa. Tras este fin de semana, se amenaza con más, y no sólo a nivel continental: “nuestro convencimiento es”, declaró el ministro alemán, “que el Consejo de Seguridad de Naciones Unidas tiene que reaccionar a la violencia”.
La gran pregunta es si la reacción bastará para impresionar a el Asad, cuando el mismo servicio secreto germano pone en duda que su puesto esté en peligro y que la oposición se encuentre en condiciones de organizar un traspaso del mando. “No veo que se vaya a producir un cambio de régimen”, dijo el presidente del BND, Ernst Uhrlau, en una entrevista concedida al diario berlinés Tagesspiegel.
Entonces, ¿qué? En marzo los manifestantes sirios pedían reformas. Ahora, la actitud del Ejecutivo los ha radicalizado y lo que exigen es su disolución. El Asad saca tanques, pero los descontentos no están dispuestos a callar: después de los sucesos en Hama se han apresurado a anunciar que volverán a la calle.
LB/ dpa/ afpd
Editora: Emilia Rojas Sasse
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