Trump, positivo de coronavirus: la realidad contraataca
2 de octubre de 2020Y ahora él también se ha contagiado. Durante meses, Donald Trump ha minimizado los peligros del COVID-19, se ha burlado de las personas que intentan protegerse con mascarillas, declaró a la enfermedad, potencialmente mortal, de invención demócrata, y afirmó que todo esto no era tan grave.
Aunque todavía es muy pronto para prever cómo evolucionará la salud de este hombre de 74 años, los efectos sobre la campaña política, a tan poco tiempo de las elecciones presidenciales, son desastrosos.
Plan económico sin futuro
Todos los intentos de desviar la atención de sus propios fracasos, de restar importancia al hecho de que no existe un plan nacional congruente para proteger a la gente, de haber dejado en la estacada a los gobernadores ante la pandemia, y de que más de 200.000 estadounidenses han muerto a causa del virus, ya no son válidos.
La realidad ha destrozado el tejido de mentiras del presidente. Él y su personal ya no podrán provocar más confusiones al intentar demostrar que los violentos disturbios en algunas ciudades son más peligrosos que el hecho de que fallezcan 1.000 personas diariamente en el país a causa del virus.
Con todas sus fuerzas, e independientemente de las consecuencias, Donald Trump ha tratado de reflotar la economía antes de las elecciones. Con el resultado del test de coronavirus, ese plan ya tampoco tiene futuro. Incluso los mayores negacionistas del virus ya no podrán dejar de admitir que es altamente contagioso cuando incluso puede afectar al hombre fuerte de la Casa Blanca. Este 2 de octubre, EE. UU. está más lejos que nunca de la normalización que Trump tan desesperadamente había esperado.
Comentarios maliciosos y teorías conspirativas
Inmediatamente después de haberse dado a conocer su contagio, una ola de comentarios maliciosos ha recaído sobre el presidente, también teorías conspirativas de que lo inventó todo para desviar la atención de los pésimos resultados de las encuestas.
El presidente estadounidense puede lidiar con todo eso, está acostumbrado a "hechos alternativos", pero no a la pérdida de su propia imagen de toro rebosante de fortaleza, porque entonces ya no le queda mucho.
De repente, Biden ya no es viejo, sino cauteloso
Después del primer debate televisivo, el principal argumento de los partidarios de Trump fue que este estaba mucho más en forma y, por lo tanto, que es más idóneo que su rival para el agotador cargo de presidente de Estados Unidos. A menos que Joe Biden se haya contagiado durante el debate, ese argumento ya no será válido, al menos, durante las próximas semanas. Ahora la vejez de Biden no está en el primer plano, sino la sabiduría alcanzada a su edad, y que expresa con la debida cautela.
Un presidente Trump sin fuerza tiene poco que ofrecer, y no es definitivamente la receta correcta para lidiar con la peligrosa e infecciosa enfermedad. Es razonable desearle a Donald Trump y a su esposa Melania todo lo mejor para los próximos días.
(rmr/cp)