La ciudad verde despierta
8 de diciembre de 2010
Para los habitantes de Dortmund, su ciudad no es solamente un lugar de residencia, sino un sentimiento: rudos pero cariñosos, ellos son conocidos por su carácter cosmopolita. No es de extrañar que al comenzar la era de la industrialización numerosos inmigrantes del este de Europa se mudaran a Dortmund, seguidos por contingentes de italianos y turcos. La solidaridad entre los obreros marcó el clima tolerante de la ciudad. Los viejos moradores de Dortmund y las familias de inmigrantes conviven en armonía y se maravillan al comprobar cuánto ha cambiado su ciudad.
Ni hablar de aburrimiento
El hollín que en la era de los hornos cubrió a Dortmund de mugre, dándole un aspecto lúgubre, fue rascado de los frontones hace mucho tiempo. En el Kreuzviertel, un vecindario popular entre los estudiantes, los motivos Jugendstil de las viejas fachadas resplandecen con nuevo brillo, restaurantes y bares se codean, bajo árboles frondosos, dándole al barrio un aura casi mediterránea. La parte norte de la ciudad no es igual de glamorosa, pero es la zona epicentro del mundillo artístico alternativo.
En el corazón de Dortmund brotan por todos lados imponentes edificios de data reciente. En 2002 fue inaugurada la Konzerthaus, en donde estrellas internacionales se presentan con relativa frecuencia. Frente al edificio de vidrio de la sala de conciertos posa un rinoceronte alado – una de las decenas de esculturas que se consiguen en cada esquina y que han convertido al animal en la nueva mascota de los ciudadanos de Dortmund.
Aparte del longevo y mundialmente reconocido club de jazz Domicil, docenas de museos, una casa de la ópera, teatros clásicos y de variedades ofrecen a los visitantes diversidad en materia de entretenimiento. Otra buena noticia: casi todos venden entradas con atractivos descuentos para estudiantes. Para quienes se interesen por la historia de Dortmund como ciudad obrera, el “Pase del descubridor” brinda la posibilidad de explorar la llamada “Ruta de la cultura industrial” siguiendo los rastros del carbón y el acero.
Dortmund ofrece también opciones para ir de compras sin aterrarse con los precios o quedar en bancarrota: no en vano la Westenhellweg es considerada una de las zonas comerciales más populares de Alemania. Más de 600 tiendas se refugian en el interior de las murallas medievales; para hacer las necesarias pausas están las plazas, las tabernas y los numerosos cafés. Los jóvenes prefieren moverse por el recién acicalado Brückstraßenviertel, un barrio que exuda un aire alternativo.
Verde que te quiero verde
Quién lo habría pensado: la antigua metrópolis industrial de Dortmund es una de las grandes ciudades europeas con mayor número de áreas verdes. Casi la mitad de su superficie urbana está constituida por campos, prados y parques, entre los que destacan el Westfalenpark y el jardín botánico de Rombergpark. Justo en las afueras de la ciudad se encuentran las regiones de Sauerland y Münsterland, que invitan a esquiar, a hacer senderismo, a bañarse en el Stauseen. Con el boleto semestral de transporte público NRW se pueden explorar no solamente las ciudades vecinas en la cuenca del Ruhr, sino todo el estado federado de Renania del Norte-Westfalia.
Autor: Suzanne Cords/Rosa Macías Reyes
Editor: José Ospina Valencia