El Banco Central Europeo no tomará medidas ante una posible deflación al no considerar que esta vaya a tener lugar. Mientras, algunos economistas creen que esta posibilidad es real y que podría desencadenar un retroceso en la economía. Argumentan que ante la expectativa de una bajada en los precios, las empresas retrasarían sus inversiones y el consumo general disminuiría.