Dramático final en Copenhague con acuerdo de mínimos
19 de diciembre de 2009La Conferencia de la UNO sobre el Cambio Climático decidió en un final dramático el sábado (19.12.2009) por la mañana "tomar conocimiento" de una declaración política en relación con la protección del clima mundial.
Cada país puede ahora decidir por sí mismo si acepta el texto o no. De esa forma, la comunidad mundial evitó, en una batalla pírrica, que la cumbre terminara en un completo fracaso. Pero más, no.
Tras casi dos semanas de negociaciones, la Conferencia de la ONU sobre Cambio Climático ha finalizado en Copenhague con un acuerdo de mínimos que no satisface prácticamente a nadie. La declaración final de la cumbre no obtuvo el respaldo de todos los países presentes en la capital danesa.
Finalmente, y para evitar el bloqueo de la conferencia, los delegados del pleno renunciaron al procedimiento habitual de votar todos los puntos acordados y optaron por una fórmula descafeinada de "tomar conocimiento" del documento. Eso sí, en el acuerdo se hace constar que Venezuela, Cuba, Nicaragua, Bolivia y Sudán lo rechazan.
El texto, elaborado por un grupo de 28 países, entre ellos Estados Unidos, China, India y Brasil, incluye el objetivo de limitar a dos grados centígrados el calentamiento del planeta con respecto a los niveles de 1900, aunque no fija qué medidas se adoptarán para conseguirlo ni tampoco en qué plazo se llevará a cabo.
De hecho, el acuerdo ni siquiera es vinculante. Es decir, no obliga a los países a cumplirlo. Además, la decisión de reducir las emisiones de dióxido de carbono hasta el 2020 se ha pospuesto hasta el año que viene. Tampoco hay ninguna referencia a recortes en las emisiones en el horizonte de 2050.
Ayuda a países pobres
Respecto a otra de las cuestiones clave de la cumbre, la financiación que los países ricos destinarán a mitigar los efectos del cambio climático en los países en desarrollo, el documento fija cifras. En concreto, 30.000 millones de dólares entre 2010 y 2012. De esta cantidad, Estados Unidos aportará 3.600 millones, 10.600 la Unión Europea y Japón, 11.000 millones. Se fija, además, el objetivo de incrementar la dotación a 100.000 millones de dólares anuales a partir de 2020.
En lo esencial, sin embargo, el Acuerdo de Copenhague tan sólo pospone la toma de decisiones concretas. Según se recoge en un texto separado, se propone como plazo final 2010 para transformar los compromisos no vinculantes en un tratado legalmente vinculante. Así las cosas, pocos líderes políticos se han atrevido a hacer una valoración abiertamente positiva del acuerdo. Uno de ellos ha sido el presidente estadounidense, Barack Obama, quien ha hablado de "un avance sin precedentes y significativo".
Europa acepta reacia
Menos satisfacción transmitía la delegación europea en Copenhague. La canciller alemana, Angela Merkel, reconocía que su país "esperaba mucho más" de la cumbre en la capital danesa. También el presidente francés, Nicolas Sarkozy, dijo que el texto "no es perfecto". Eso sí, Sarkozy lo calificó de "vital" para incluir en un futuro a países como China, India y Estados Unidos en un tratado vinculante.
Por su parte, las organizaciones no gubernamentales y las ecologistas, que tantas esperanzas habían depositado en la cumbre, se van de Dinamarca completamente decepcionadas. Algunos, incluso, han protestado en el exterior del recinto de congresos donde las delegaciones internacionales debatieron el acuerdo. Aseguran que el texto finalmente aprobado no tiene ningún tipo de sustancia y que incluso supone un paso atrás respecto al Protocolo de Kyoto.
Autor: EV / dpa/reuters/ap
Editor: Pablo Kummetz