Dresde - Estudiar en la ciudad
14 de diciembre de 2010
En Dresde se requiere cierto esfuerzo para imponer el criterio y las prioridades propias al margen de la política y la cultura. En los últimos años, la Universidad Técnica (TU) ha conseguido exactamente eso al dejar de ser un centro de estudios superiores limitado al ámbito de la técnica para convertirse en una Volluniversität – en una universidad cuyo programa educativo trasciende las ciencias naturales. En asociación con las otras siete escuelas universitarias de la ciudad, la TU procura transformarse en un centro de ciencias integrales.
Consecuentemente ampliada
Fundada en 1828 bajo el nombre de Instituto de Educación Técnica de Dresde, la TU se concentró en las ciencias naturales y las especialidades técnicas hasta la caída del Muro de Berlín en 1989. Desde entonces se han creado nuevas facultades y su programa académico se ha ampliado de manera notable. Además de las ciencias sociales y otras carreras humanísticas, también Medicina forma parte de su currículum. Con una oferta que supera las 120 especialidades en el primer semestre del período 2008/2009, la TU es una de las universidades alemanas mejor posicionadas. Los estudios de mayor demanda son los de Ingeniería, Medicina y Relaciones Internacionales.
En esta institución todo parece tener un sentido práctico. Los profesores se niegan a atrincherarse en una torre de marfil y se muestran abiertos al contacto con la gente, dentro y fuera del campus. La TU de Dresde apuesta por hallar el balance ideal entre la formación teórica y la aplicación práctica de lo aprendido. Especialmente fructífera ha sido la estrecha cooperación entre la casa de estudios y compañías como AMD o Volkswagen; ellas colaboran con la universidad desde hace años para asegurar la transferencia de conocimiento entre las facultades y las empresas.
La vida estudiantil es práctica
El sur y el este del campus colindan con el casco antiguo. Algunas facultades de la TU ocupan edificios cargados de historia y otras, construcciones con modernas fachadas de vidrio y hormigón. Como en la ciudad misma, en la universidad conviven armoniosamente lo antiguo y lo nuevo.
Pero el valor estético de su arquitectura no es el único aspecto interesante de esta ciudad – al menos no para los estudiantes. Dresde es también muy rentable: por un lado, allí no se pagan tasas universitarias; por otro, en el este de Alemania el costo de la vida sigue siendo menor que en el oeste. Además de los pisos compartidos, la parte nueva de la ciudad ofrece otras posibilidades de alojamiento: más de treinta residencias, la mayoría de ellas ya renovadas. Quienes hayan pautado permanencias relativamente cortas –un semestre o una breve etapa de los estudios– tienen la opción de hospedarse en la residencia internacional de la universidad. Más de 3.000 estudiantes extranjeros se han matriculado en Dresde para el primer semestre del período 2008/2009. El chance de optar por intercambios culturales es garantizado por el Programa Erasmus y el LinkPartnerProgramm (LPP), una iniciativa estudiantil que procura reforzar el contacto entre alumnos alemanes y aquellos que vienen de otros países. Por si eso fuera poco, Dresde se jacta ser la ciudad con el mayor número de clubs de estudiantes – serían más de una docena e incluirían al Bärenzwinger y al Borsi 34, entre otros.
Autor: Sven Näbrich
Editor: Rosa Macías Reyes