Duelo al aire libre en Venezuela
18 de abril de 2017A mediados de marzo llamaba la atención la ausencia de la crisis venezolana en la agenda informativa de la prensa internacional y el letargo en el que la oposición parecía haber caído, malherida tras haber hecho concesiones en vano durante su infructuoso diálogo con el oficialismo, malquistada con muchos de sus seguidores por haber frenado el ímpetu de las manifestaciones antigubernamentales a las que ella misma había convocado, y atomizada tras la suspensión de dos procesos electorales en los que aspiraba a triunfos arrolladores: el referendo en torno a la revocación del presidente, Nicolás Maduro, y los comicios regionales.
Un mes más tarde, Venezuela vuelve a acaparar la atención del mundo, la altivez del antichavismo trae a la memoria la fiereza exhibida en 2002 y las protestas contra el reciente golpe de Estado (29.3.2017) recuerdan a las revueltas de 2014. En la calle desde hace más de una semana, los dirigentes opositores han llamado a sus simpatizantes a participar en "la madre de todas las manifestaciones" este 19 de abril, una fecha que tirios y troyanos intentan monopolizar por su valor histórico: fue en ese día del año 1810 cuando comenzó en Caracas la lucha independentista. Conminados por sus líderes, también los chavistas marcharán este miércoles (19.4.2017).
Miedo y esperanza
¿Qué riesgos y oportunidades les depara este duelo a las facciones en discordia? "Todo apunta a que los ánimos seguirán caldeándose. La brutal represión de las protestas anteriores por parte de la Policía atiza la agresividad de los manifestantes y da pie a un círculo vicioso, empeorado por los elementos que apoyan a ambos bandos desde los márgenes de la ley”, dice Klaus Bodemer, del Instituto Alemán de Estudios Globales y Regionales (GIGA), aludiendo a los "colectivos chavistas” ("que no dudan a la hora de usar armas de fuego”, asegura el investigador) y a los rebeldes encapuchados que levantan barricadas y lanzan bombas molotov.
"¡Ya van cinco muertos!”, recuerda Bodemer. Stefan Peters, de la Universidad de Kassel, secunda parcialmente al experto del GIGA: "La posibilidad de que se registren enfrentamientos serios pende como una espada de Damocles sobre la cita del 19 de abril. No obstante, y sin negar la gravedad de los sucesos ocurridos en 2014, la explosión social con visos de guerra civil que siempre se ha augurado nunca ha tenido lugar. Buena parte de la oposición tiene claro que no puede ganar en un escenario de violencia política extrema y el Gobierno sabe que, si la sangre llegara al río, perdería el respaldo interno y externo del cual depende”, asegura Peters.
Toque de diana
Aunque la mayor alianza de partidos opositores, la Mesa de la Unidad Democrática (MUD), y el gobernante Partido Socialista Unido de Venezuela (PSUV) insisten en el carácter pacífico de sus convocatorias, el contexto las hace lucir como el toque de diana previo a una batalla campal. Pero hasta un Ejército profesional puede desmoralizarse cuando percibe su lucha como un esfuerzo tan prolongado como fútil. ¿No le temen la MUD y el PSUV al desgaste anímico de sus seguidores? "Ese es el problema de la movilización perpetua; ella agota a todos los involucrados”, señala Peters. "En el caso de la oposición no lo creo”, disiente Bodemer.
"No veo el riesgo de extenuación en la oposición porque, de arriba a abajo, todos sufren en carne propia la crisis nacional. ¡Hasta a los parlamentarios! Los diputados no cobran su sueldo desde hace meses”, subraya el analista del GIGA. A sus ojos, las exhibiciones de fuerza de la MUD pueden prolongarse por mucho más tiempo. "En lo que respecta a la espiral de violencia, el único antídoto es un posicionamiento claro de las Fuerzas Armadas y la celebración de elecciones a todo nivel: nacional y regional”, añade el politólogo. Peters coincide con Bodemer: "Estoy convencido de que, más temprano que tarde, Maduro llamará a elecciones”.
Elecciones inminentes
"El Gobierno venezolano le dará luz verde a los comicios para ganar tiempo porque sabe que una parte de la oposición se dará por satisfecha con eso y aceptará participar en ellas”, pronostica el investigador de Kassel, admitiendo desconocer con qué limpieza jugará el establishment: "el PSUV está consciente de que no puede ganar los comicios, pero hará todo lo que pueda para aferrarse al timón”, opina Peters. Abundan los antichavistas descontentos con el empeño de los partidos opositores dominantes en jerarquizar sus ambiciones electorales y sus aspiraciones a espacios de poder por encima de otras reivindicaciones.
Primero Justicia, Acción Democrática y Un Nuevo Tiempo han sido acusados de no defender suficientemente la necesidad de ayuda humanitaria para la población venezolana, de libertad para los presos políticos y de reconocimiento absoluto para los diputados de la Asamblea Nacional, incluidos los tres legisladores opositores cuya elección fue disputada bajo imputaciones de fraude –hasta ahora no probadas– con miras a reducir la hegemonía del antichavismo en el Parlamento de una mayoría calificada de dos tercios –casi todopoderosa– a una de tres quintos. "Es cierto, la oposición haría mal si sólo clamara por elecciones”, sostiene Bodemer.
Negociaciones inexorables
"Por otro lado, es importante destacar que ninguna estrategia de la oposición tendrá éxito si ella se mantiene desunida”, advierte el especialista del GIGA. Cuando las figuras más prominentes de la MUD accedieron a dialogar con el Gobierno bajo el auspicio de la Unasur y del Vaticano, numerosos opositores de a pie reaccionaron como lo harían a un baldazo de agua fría. Las manifestaciones cesaron y costó volver a llevar multitudes a las avenidas de las grandes ciudades venezolanas. Si se dieran nuevas negociaciones, ¿podría la MUD perder el control de sus simpatizantes definitivamente?
"Ese es un riesgo real. Genuino o no, cualquier acercamiento del Gobierno a la oposición genera división en las filas de la MUD por la desconfianza que el régimen despierta. Cuando el Gobierno la agrede, la oposición muestra mayor cohesión, a pesar de sus diferencias internas. No obstante, la mayoría de los antichavistas está consciente de que sus metas no se alcanzarán en las calles porque a la oposición le falta el apoyo con que querría contar”, dice Peters, refiriéndose tácitamente a las Fuerzas Armadas. "De ahí que, en algún momento, la MUD deba aceptar una concesión o apertura del Gobierno”, acota el catedrático de Kassel.