“Yo quisiera dejar de fumar”
29 de mayo de 2012En la última década, la OMS ha declarado la guerra a las llamadas “enfermedades ligadas al estilo de vida“: enfermedades cardíacas y respiratorias crónicas, diabetes y cáncer. Ellas son responsables de 36 millones de muertes anuales, más del 60 por ciento de la tasa de mortalidad global. El consumo de tabaco se ubica –junto al consumo excesivo de alcohol, una dieta no saludable y la inactividad física– entre los principales factores de riesgo de contraer tales enfermedades.
Unos seis millones de personas mueren anualmente como consecuencia de lo que la OMS denomina “la epidemia creciente del consumo de tabaco”. De ellos, unos 600.000 son “fumadores pasivos” y más del 80 por ciento provienen de países de medianos y bajos ingresos, se lee en el “Informe de la OMS sobre la Epidemia Mundial de Tabaquismo 2011”.
El tabaquismo es una de las más frecuentes causas de muertes evitables en el mundo. Ello explica que cada vez más países se preocupen, cada vez más activamente, por cumplir sus compromisos con la OMS en la lucha contra el tabaquismo. Y esto, a su vez, ha reforzado los esfuerzos de la industria tabacalera por minar la aplicación de medidas antitabaco. En respuesta, la OMS ha lanzado este año una campaña mundial contra la “intimidación”: “alto a las interferencias de la industria tabacalera”.
OMS, contra la intimidación
Las campañas locales, nacionales e internacionales –que se desarrollan todo el año pero tienen su punto culminante el 31 de mayo– ofrecen ayuda para dejar de fumar. Además, informan al público sobre los peligros que supone el consumo de tabaco, sobre las prácticas comerciales de las empresas tabacaleras y sobre las actividades de la OMS y otras organizaciones e iniciativas de salud contra “la epidemia de tabaquismo”.
En 2005 entró en vigor el Convenio Marco para el Control del Tabaco (FCTC, son sus siglas en inglés). Firmado por 174 países, pero sin ratificar aún por todos, este “tratado mundial jurídicamente vinculante”, sienta las bases para que los países apliquen y gestionen programas para reducir el hábito de fumar y la exposición de no fumadores al humo.
Este abril, unas 135 naciones aprobaron además, en el Órgano de Negociación Intergubernamental del FCTC, un proyecto de protocolo para la eliminación del comercio ilícito de productos de tabaco. De obtener al menos 40 ratificaciones en la reunión de las partes el próximo noviembre, este sería el primer y único tratado global de salud pública negociado bajo el auspicio de la FCTC. El protocolo prevé, por ejemplo, cooperar internacionalmente para controlar la cadena de suministro, el otorgamiento de licencias y garantías, así como compartir información y garantizar asistencia legal mutua.
La OMS quiere aprovechar al máximo el potencial de políticas de prevención y reducir la demanda, con estrategias para enviar advertencias sanitarias como el etiquetado de los paquetes de tabaco y las campañas de promoción de salud en los medios de comunicación. Ello, sin olvidar las medidas para reducir la oferta, garantizando la imposición de regulaciones y más altos impuestos a la comercialización de productos derivados del tabaco; así como la regulación de su publicidad, promoción y patrocinio.
Phillip Morris vs. Uruguay
La industria tabacalera ha emprendido acciones legales contra Estados como los de Australia, Turquía, Noruega y Uruguay, alegando, por ejemplo, que las políticas antitabaco dañan sus derechos de marca y vulneran acuerdos de protección de inversiones. En el caso de Uruguay, por ejemplo, la empresa Philip Morris presiona contra políticas estatales que limitan la venta de productos etiquetados como light o suave y reservan el 80 por ciento del espacio de la cajetilla para alertar de los perjuicios del tabaco.
La prohibición de fumar en oficinas públicas y privadas, hoteles, restaurantes y discotecas, el incremento de los impuestos al tabaco y duras restricciones a la publicidad son algunas de las medidas que se aplican por ley en el país latinoamericano, ejemplo para la OMS de una exitosa implementación del Convenio Marco en el mundo. El primer arbitraje entre Philip Morris y Uruguay tendrá lugar en octubre en París, informa el Gobierno uruguayo.
“¡No te dejes enrollar!”
En Europa, campañas como la alemana “¡No te dejes enrollar! La única que gana con que fumes es la industria tabacalera” –de la coalición alemana de iniciativas contra el tabaquismo “Aktionsbündnis Nichtrauchen” y la asociación alemana de ayuda contra el cáncer “Deutsche Krebshilfe” – esclarecen, además, sobre lo que las personas de todo el mundo pueden hacer para reivindicar su derecho a la salud y a una vida sana.
Un reciente estudio del Instituto de Kiel para la Investigación de Terapias de Salud, revela estadísticas que involucran a medios como el cine en la promoción del hábito de fumar. De entre los 270 filmes más vistos en Alemania entre 2004 y 2010, dos tercios contiene al menos una escena de artistas fumadores. En promedio, los filmes contienen unas 25 escenas de este tipo. Y si son alemanes, más del doble. Los encuestados, con un promedio de 13 años de edad, vieron al menos 1.200 de estas escenas. Y a más escenas vistas, más asciende estadísticamente la probabilidad de haber fumado alguna vez, calcula el estudio.
Unos 24 millones de personas, que equivalen a un tercio de la población adulta, fuman hoy en Alemania. 110.000 mueren anualmente como consecuencia del hábito de fumar en este país, y a ello se suman otras 3.300 muertes de fumadores pasivos, informa la asociación alemana de ayuda contra el cáncer “Deutsche Krebshilfe”.
Por eso, la coalición alemana de iniciativas contra el tabaquismo “Aktionsbündnis Nichtrauchen” trabaja por mejorar la protección legal de fumadores pasivos; sensibilizar a la opinión pública sobre los efectos dañinos del humo de cigarro; promover la completa prohibición de la publicidad y promoción de productos de tabaco; y combatir la influencia de donaciones y patrocinios de la industria tabacalera sobre la política, los medios de comunicación y el deporte. Entre sus estrategias se halla la promoción del tema en medios tradicionales y redes sociales, en eventos públicos, escuelas y centros laborales, así como la cooperación con instituciones de salud e investigación científica.
Autora: Rosa Muñoz Lima
Editor: Emilia Rojas Sasse