Economía mexicana: buenas perspectivas
4 de julio de 2012La economía mexicana se destaca por una notable estabilidad. La combinación de sensatas políticas económicas y monetarias hace que para 2012 se pronostique una inflación de entre un 3% y un 4%, luego de un 3,4% en 2011. La deuda pública es de alrededor del 32% del PIB y el nuevo déficit se calcula para este año en un 3%. Es decir, que México cumpliría con los criterios de Maastricht, una situación cómoda y singular en América Latina.
Un riesgo para México es, sin embargo, la crisis financiera mundial. Si bien una agudización de la crisis puede aumentar, a falta de alternativas, el atractivo del país para los inversionistas internacionales, por otro lado también tendría efectos muy negativos, derivados de un deterioro de la situación económica particularmente en Estados Unidos.
Aproximadamente el 80% de las exportaciones mexicanas se dirige a Estados Unidos. Una nueva crisis en ese país sería un golpe para el sector exportador mexicano. Otra consecuencia negativa sería una reducción de las remesas y eventualmente del número de turistas del norte.
No obstante, el actual crecimiento económico de México tiene una buena base. El crédito aumenta, tanto para los empresarios como para el público en general, lo que da importantes impulsos tanto a las inversiones como al consumo. El crecimiento puede alcanzar este año un 3,6% según datos de la OCDE. También a mediano plazo se pronostica para el país un crecimiento relativamente constante del 4% anual.
Pobreza y violencia: dos problemas centrales
Pero no todo es color de rosa. De los 112 millones de mexicanos, se estima que solo la mitad pertenece a la capa media y alta y tiene un poder adquisitivo apreciable. Aproximadamente la otra mitad de la población, 52 millones según el Consejo Nacional de Evaluación de la Política de Desarrollo Social de México (Coneval), es pobre. La recesión económica que comenzó en Estados Unidos a finales de 2007 hizo aumentar en México el número de pobres en 3,2 millones.
También problemas estructurales traban el desarrollo de la economía mexicana. Entre los principales, expertos mencionan una escasa competitividad, déficits educativos, poca investigación y leyes laborales poco flexibles. A pesar de numerosas iniciativas, el gobierno saliente no pudo avanzar en las necesarias reformas, principalmente por la existencia de una mayoría opositora en el Parlamento. Claras mayorías parlamentarias en el nuevo periodo legislativo podrían facilitar ese proceso de reformas.
Otro problema central es la permanente violencia y la crítica situación de seguridad. Luego de alcanzar máximos de asesinatos en 2011, la tasa de muertes se ha reducido algo en lo que va de 2012. No obstante, es necesario recordar que esa tasa de asesinatos, incluso en los años de mayor auge del crimen, fue menor que la de Brasil o Colombia. Una de las tareas centrales del nuevo gobierno será, por lo tanto, reducir por un lado el número de asesinatos, pero por otro también tratar de corregir la imagen de México a nivel internacional, que constituye también un freno al turismo y la inversión extranjera.
Inversiones en la minería y la industria
En cuanto a los sectores más dinámicos de la economía mexicana hay que destacar la minería, la industria --particularmente el sector automotor—y el petróleo.
El alto precio de las materias primas ha atraído a numerosas empresas mineras a México. Más del 60% de la superficie del país está considerada rica en minerales explotables, amén de las áreas ya explotadas. En 2011, México atrajo al sector unos 4.700 millones de dólares, las mayores inversiones en América Latina en el sector minero. Si bien empresas extranjeras también amplían sus inversiones, la mayor parte es realizada por grupos mineros mexicanos.
También las inversiones en la industria tienen buenas perspectivas. Según estudios de asesorías de empresas, México es más atractivo que China como proveedor para el mercado estadounidense y se halla incluso poco detrás de la India. No sorprende entonces que varios fabricantes de autos, tanto asiáticos como europeos, estén construyendo nuevas fábricas en el país. A ello se agregan numerosos fabricantes de autopartes, que se arraciman alrededor de los productores de automóviles. También la industria aeronáutica está en auge. El grupo Bombardier montará dentro de algunos años un jet comercial en Querétaro y Eurocopter fabricará allí también partes de aeronaves a partir de 2013.
En el sector petrolero se anuncia una mayor participación de capital privado. Actualmente la extracción de petróleo disminuye. El grupo estatal Pemex realiza relevantes aportes a las finanzas estatales. De esa forma queda relativamente poco para la inversión y la prospección de nuevos campos petrolíferos. Peña Nieto ha anunciado que permitirá inversiones privadas en el sector, tomando como modelo a la brasileña Petrobras.
Una liberalización en la explotación de petróleo podría llevar también a una apertura en la industria petroquímica. Asimismo en el sector energético se registran desde algunos años crecientes inversiones.
Las perspectivas económicas para México permiten por lo tanto ser optimistas. Los dos desafíos centrales del nuevo gobierno serán la violencia y la pobreza. Las medidas paternalistas anunciadas por Peña Nieto en su campaña electoral, tales como aumentar los salarios, controlar el precio de los alimentos y las tarifas eléctricas, dar becas escolares y repartir vales para medicamentos, solo pueden poner parches en una sociedad con tan grandes disparidades de ingreso y sociales.
Autor: Pablo Kummetz
Editora: Rosa Muñoz Lima