Ecuador y el terror que viene del norte
18 de abril de 2018El presidente de Ecuador, Lenín Moreno, ha admitido que su país no está técnicamente preparado para responder solo a los episodios de violencia criminal registrados en su frontera septentrional desde finales de enero de 2018. Los atentados, los homicidios y los secuestros en cuestión han sido atribuidos a Walter Patricio Arizala Vernaza, alias "Guacho”, líder de un grupo de disidentes de la desaparecida organización guerrillera Fuerzas Armadas Revolucionarias de Colombia (FARC) que se autodenomina Frente Oliver Sinesterra.
En la provincia ecuatoriana de Esmeraldas, que colinda con los departamentos colombianos de Nariño y Putumayo, al menos siete ataques explosivos dejaron cuatro militares muertos y una treintena de heridos, la desaparición de dos periodistas del diario El Comercio y de su chófer culminó con el asesinato de los tres secuestrados, y este martes (17.4.2018) se confirmó que dos civiles habían sido tomados como rehenes; el Gobierno hizo público un video en el que éstos aparecen flanqueados por sujetos encapuchados y armados.
En un momento dado, el ministro ecuatoriano del Interior, César Navas, sostuvo que los violentos habían exigido la excarcelación de 43 reclusos vinculados con el Frente Oliver Sinesterra, pero luego se desdijo y alegó que aún no se conocían los términos de la negociación para liberar a ambos rehenes. En todo caso, aparte de convocar con urgencia al máximo organismo de seguridad de Ecuador, el Consejo de Seguridad Pública (COSEPE), el Ejecutivo ha solicitado la ayuda de siete Estados, de los especialistas de Interpol y de la DEA.
Fronteras porosas
La costa donde la frontera ecuatoriana confluye con la colombiana es un área problemática porque desde allí salían cargamentos de droga hacia Estados Unidos y Europa. Todo apunta a que el paso era controlado por los aludidos rebeldes de las FARC. "Cada semana sacaban unas trescientas toneladas de cocaína”, aseguró Navas, subrayando que "los Guachos” están reaccionando a las operaciones emprendidas para frenar el narcotráfico en la zona. También en Colombia y Perú hay inquietud por el repunte de la violencia en ese rincón de Ecuador.
Moreno se ha propuesto capturar a "Guacho” de aquí al 26 de abril con el apoyo de China, España, Estados Unidos, Francia, Gran Bretaña y de sus vecinos: Perú refuerza sus bases militares en las fronteras para vigilarlas mejor, Colombia ofrece 147.000 dólares por pistas sobre el paradero de Arizala, los Ministerios de Exteriores y Defensa de Ecuador y Colombia han creado un mando único para dar con la columna Oliver Sinesterra, y el Consejo Permanente de la OEA sopesa realizar una reunión el 20 de abril con miras a abordar el tema.
Consultados por DW sobre este fenómeno, los investigadores Viviana García y Jonas Wolff comparten la impresión de que Ecuador fue tomado por sorpresa, a pesar de que el conflicto armado interno de Colombia y el apogeo del narcotráfico vienen causando estragos en su región fronteriza desde hace mucho tiempo. Ya en 2007 el Gobierno de Rafael Correa había puesto en marcha el Plan Ecuador –un programa de desarrollo integral y fortalecimiento institucional para las provincias del norte del país– con el propósito de combatir esos males.
Rincones sin ley
A juicio de García, quien estudia la violencia en América Latina desde el Instituto Alemán de Estudios Globales y Regionales (GIGA) y la Universidad de Marburgo, los periodistas de El Comercio fueron secuestrados porque, al contrario de sus colegas colombianos, ellos no estaban familiarizados con los riesgos de reportar desde zonas de conflicto. "En Ecuador llegó a haber una insurgencia revolucionaria en el contexto de la Guerra Fría, pero nunca violencia política como la que practicaron Sendero Luminoso en Perú o las FARC en Colombia”, esgrime.
"Lo único nuevo de este asunto es la dimensión y la frecuencia de los golpes propinados por los grupos armados en el norte de Ecuador”, comenta Wolff, director del departamento Gobernanza y Paz Social del Instituto para la Investigación de la Paz (PRIF), con sede en Fráncfort del Meno. "El hecho de que Moreno pida respaldo internacional para enfrentar esta situación tiene sentido porque casi ningún paraje fronterizo de Sudamérica se deja controlar fácilmente. Y al decir eso no me refiero a los desafíos de la topografía”, dice.
"Ecuador limita al norte con comarcas de Colombia donde el control estatal es disputado activamente por grupos armados, donde el Estado no tiene el monopolio de la violencia. En lo que respecta a la desmovilización de las FARC y a la reducción del nivel de violencia a escala nacional, el proceso de paz colombiano ha sido exitoso. Pero en departamentos del sur, como Nariño y Putumayo, esos cambios no se notan para nada; a veces parece que ciertos problemas se hubieran exacerbado”, observa el experto de Fráncfort.
Las FARC y sus disidentes
"La rebatiña entre los diversos actores armados por los territorios otrora controlados por las FARC se intensifica y eso se siente al otro lado de la frontera, en Ecuador”, acota Wolff. García lo secunda: "Colombia siempre ha sido un vecino problemático para Ecuador. Hace algunos años, Quito demandó a Bogotá por los efectos nocivos que el glifosato ejerció sobre la flora ecuatoriana durante el proceso de erradicación forzada de los cultivos de coca colombianos”, recuerda la politóloga del GIGA.
García y Wolff también coinciden al aclarar que el Frente Oliver Sinesterra no es automáticamente un grupo guerrillero, con fines político-ideológicos, porque sus miembros hayan formado parte de las FARC. "Es necesario analizar cada caso cuidadosamente”, recomienda el especialista del PRIF. "De las FARC se deslindaron varias columnas. En el sur de Colombia está operando el Frente Oliver Sinesterra, pero en el departamento de Guaviare hay otro grupo disidente. Algunos están más ligados al narcotráfico que otros”, explica García.
"Las disidencias que he descrito –como la de ‘Guacho' y la de ‘Gentil Duarte'– pueden estar buscando ser reconocidas como actores políticos. Por contraintuitivo que parezca, se podría decir que, con sus agresiones, el Frente Oliver Sinesterra está buscando formas de negociar su legitimación con el Gobierno de Moreno”, añade García. ¿Cabe esperar que los secuestros se multipliquen a corto plazo? "Si el Gobierno ecuatoriano deja claro que no se dejará extorsionar, no hay razón para que este grupo armado siga recurriendo a esa táctica”, advierte Wolff.
Evan Romero-Castillo (MN)