EE.UU. conmocionada tras masacre de Newtown, Connecticut
15 de diciembre de 2012El atacante, de 20 años, se suicidó después de perpetrar la masacre de los niños de entre cinco y diez años. Su madre -profesora de la escuela- fue hallada muerta en su vivienda en la ciudad. La policía programó para este sábado una conferencia de prensa para tratar de esclarecer los motivos de la tragedia.
Según explicó el teniente de la policía local Paul Vance, 18 de los pequeños fallecieron en la misma escuela y dos más en el hospital adonde habían sido trasladados con heridas que no pudieron superar. La mayoría de las víctimas estaban en dos salas de clase.
Una tercera persona herida, que Vance identificó como una empleada de la escuela en la que se produjo la tragedia, se estaría recuperando de sus heridas.
Además de los 20 pequeños asesinados otros seis adultos fueron abatidos en la escuela, donde la policía halló posteriormente también el cadáver del asesino.
Con armas de su madre
Éste iba vestido de negro y portaba tres armas: un rifle semiautomático y dos pistolas. Las tres habían sido compradas de manera legal a nombre de la madre con quien vivía el presunto atacante, según los medios locales.
Los medios identificaron al atacante como Adam Lanza, un joven de 20 años con aparentes problemas mentales, aunque las autoridades no han confirmado esta información.
Su identidad fue de hecho motivo de confusión a lo largo de la vertiginosa jornada del viernes: en un principio los medios habían dicho que el autor del tiroteo era Ryan Lanza, de 24 años, que es su hermano mayor y quien reveló detalles sobre el atacante cuando fue interrogado por la policía.
Vance justificó la confusión reinante aún horas después de la masacre afirmando que es un caso de "extrema magnitud" que va a llevar "mucho tiempo" investigar. Según declaraciones de testigos, Lanza habría disparado hasta 100 veces.
"El mal visitó nuestra comunidad. Es un momento terrible", coincidió el gobernador de Connecticut, Dan Malloy.
Piden acción inmediata
También conmocionado se presentó, desde la Casa Blanca, el presidente Obama, quien durante una corta declaración oficial sobre la tragedia tuvo que luchar por contener sus emociones, secándose en varias ocasiones las lágrimas.
"La mayoría de los que murieron hoy eran preciosos niños pequeños de entre 5 y 10 años de edad. Tenían toda su vida por delante (...) nuestros corazones están destrozados", lamentó el mandatario, quien poco antes había ordenado que las banderas de todos los edificios públicos y militares del país ondeen a media asta durante los próximos días "como muestra de respeto a las víctimas del acto de violencia sin sentido".
La nueva tragedia provocó de inmediato demandas de algunos sectores por reabrir el debate sobre el control de armas, un tema muy controvertido en un país donde el derecho a llevarlas está consagrado en su Constitución.
Obama respondió con un tímido intento de reclamar una "acción significativa" para evitar otra nueva tragedia como la de Connecticut que, subrayó, se repite "demasiadas veces" en el país.
"Tenemos que unirnos y realizar una acción significativa para evitar nuevas tragedias, independientemente de la política", sostuvo, sin llegar a especificar si se refería en concreto a algún tipo de control de armas o a otra medida.
Quien no tuvo reparos en sacar a relucir el candente tema del control de armas es uno de sus más arduos defensores, el alcalde de Nueva York, Michael Bloomberg.
En un comunicado, el Bloomberg pidió "más acción". "El país necesita que (Obama) envíe una ley al Congreso para solucionar este problema. No basta con reclamar 'acción significativa'. Necesitamos acción inmediata", reclamó Bloomberg.
"Pese a todas las carnicerías que se producen en nuestro país por la violencia de las armas, es casi imposible creer que se podría producir un tiroteo en una escuela infantil. Pues ha sucedido", insistió.
Fuente: Agencias, rts, dpa, afp
Editora: Claudia Herrera Pahl