EEUU: ¿democracia en entredicho?
26 de octubre de 2004En una entrevista al diario británico The Guardian, el ex-presidente Jimmy Carter criticó duramente al actual inquilino de la Casa Blanca. "Nuestro país sufrió un shock terrible el 11 de septiembre, y Bush capitalizó políticamente la situación a su favor". El premio Nobel de la Paz 2002 señaló que el presidente republicano se erigió en la conciencia de los estadounidenses en héroe y comandante supremo que defendería a Estados Unidos del peligro global. "Bush ha utilizado la amenaza del terrorismo varias veces y con resultados favorables para él", señaló el ex-presidente demócrata.
Carter advirtió que las elecciones del 2 de noviembre no se celebrarían con las garantías de integridad democrática exigibles a un país desarrollado. A la misma conclusión llegó un grupo de 20 observadores extranjeros que denunció graves problemas en el sistema electoral. La lista de irregularidades es larga e incluye tanto fallos de cómputo, registros falsos y medidas de intimidación. Tras una gira por cinco estados; Arizona, Florida, Ohio, Missouri y Georgia, los observadores de 15 países, invitados por la organización pro-derechos humanos Global Exchange, presentaron un informe de 50 páginas.
En él denuncian que el principal problema es el carácter partidista de los órganos y las personas que supervisan los comicios. En estados decisivos como Florida y Ohio, la comisión integrada por profesores universitarios, ex-funcionarios y miembros de Organizaciones No Gubernamentales (ONG) encontró una cerrazón obstinada que obstaculizó sus labores. Los observadores expresan su preocupación ante la privación de voto a ex-delincuentes en ocho estados, lo que marginará a 4,7 millones de personas, la mayoría negros e hispanos.
Atención internacional
Como ningún otro acontecimiento, las elecciones serán seguidas atentamente por observadores internacionales. Después del fiasco electoral en Florida en el 2000, la Organización para la Seguridad y la Cooperación en Europa OSCE, enviará alrededor de 100 supervisores. También será la primera vez, desde el fin de la Segunda Guerra Mundial hace casi 60 años, que habrá ciudadanos alemanes integrando dicha comisión. Las recurrentes denuncias sobre irregularidades ya han provocado una ola de críticas en Alemania, donde incluso se ha pedido al gobierno que aclare su postura.
En un debate parlamentario, Gesine Lötzsch, diputada del Partido del Socialismo Democrático, PDS, preguntó hasta qué punto comparte el gobierno Federal las declaraciones del ex-presidente Jimmy Carter y si ha hecho algo en vista de las innumerables irregularidades denunciadas por observadores internacionales. Rita Süssmuth, quien dirige la comisión de observadores de la OSCE, se apuró a defender las elecciones estadounidenses de la crítica europea y alemana.
“No se puede poner bajo sospecha a un país con una larga tradición democrática”, dijo. El semanario alemán “Der Spiegel”, señala que los políticos alemanes se encuentran entre la espada y la pared. Pese a la crítica con que la población alemana reacciona ante las denuncias de irregularidades, los políticos hacen declaraciones favorables al sistema electoral, para preservar el buen tono de las relaciones bilaterales.
Poco cambiaría Washington con Kerry
Las encuestas indican que la mayoría de los alemanes votaría por Kerry si pudiera. Sin embargo, poco cambiarían las cosas si el candidato demócrata subiera al poder, según el experto socialdemócrata en asuntos del exterior, Karsten Voigt. “También Kerry defendería los intereses de Estados Unidos y desde la perspectiva estadounidense. Pese a todas las afinidades, también él podría tener problemas con Europa”, advirtió. El experto recuerda que el candidato demócrata ha declarado ya que impondría los intereses de Estados Unidos, de ser necesario sin sus aliados. “El senador Kerry apoyó la guerra en Irak y sería un error pensar que con Kerry habría una política más multilateral desde Washington, parecida a la que practica Alemania dado su pasado y su historia”, señala Voigt.
El desenlace electoral tendrá repercusiones en el mundo entero, y a decir por lo que está en juego y la abrumadora participación electoral que se espera, las elecciones se perfilan como históricas. También su costo, de 4.000 millones de dólares, es el más alto de la historia.