“El 11 S catapultó a Rusia a la elite de la política internacional”
4 de septiembre de 2006
Después del 11 de septiembre muchos rusos esperaban, según encuestas, que creciera la comprensión de Occidente y especialmente de Estados Unidos, frente al proceder de Moscú en Chechenia.
Cuando se habla de Occidente, se debe diferenciar por un lado entre los países y por el otro entre políticos, medios y la población en general. Estados Unidos y Gran Bretaña se muestran críticos frente a la problemática chechena, pues analizan el desarrollo en el Norte del Cáucaso según criterios que no responden a la realidad. Las naciones occidentales que tienen lazos más estrechos con Rusia, ya sea por cooperaciones económicas o por intercambio cultural, tienen mayor comprensión por la forma de proceder de Moscú en Chechenia.
¿Cuál es la postura de Alemania?
Alemania pertenece al segundo grupo. Aunque también en su caso se registran opiniones diferenciadas, los medios emiten una imagen muy negativa de Rusia. Se podría decir que tienen una obsesión por comunicar acontecimientos trágicos del país. Hablan poco sobre la normalidad o la estabilidad. Estos temas no reciben mucho espacio en los medios alemanes. Los temas relacionados con ataques terroristas y violación de los derechos humanos son mucho más fáciles de vender.
Aún así, los alemanes no tienen una imagen negativa de Rusia. Los que se interesan saben que el conflicto en Chechenia no puede presentarse de forma extrema, que se trata de un tema complicado y que no tiene una solución fácil.
A nivel político se registran dos fracciones. La que padece una fobia rusa, que teme que Rusia tenga poder y que use a Chechenia como escudo para criticar al actual gobierno. Los otros, por el contrario, saben que necesita una Rusia económicamente y políticamente estable.
¿Cuál es la postura del Gobierno alemán?
Bajo Gerhard Schröder la postura era relativamente clara: Rusia era el futuro socio político y económico de Alemania. De ahí que fueran muy reservados con críticas a la política interna rusa. El resultado fue una serie de proyectos económicos entre los que se encuentra el gasoducto del Mar Báltico.
Angela Merkel, por el contrario, está obligada a llevar un curso doble. Por un lado, debe analizar críticamente los desarrollos políticos internos en Rusia presionada por su propio partido así como la oposición liberal. Por el otro, defiende los intereses económicos alemanes y sabe que el bienestar en Alemania depende en buena media de su sociedad con Rusia. En conclusión se puede decir que Alemania no se maneja de forma neutral frente a la problemática de derechos humanos en Rusia y Chechenia, pero muestra comprensión.
Muchos políticos que defienden los derechos humanos y que se muestran críticos ante la política fomentada por el Kremlin advierten que el presidente ruso Vladimir Putin podría usar la lucha contra el terrorismo internacional como escudo para su propia lucha en Chechenia. ¿Temores fundados?
Estos temores están justificados en parte. Pero en la actualidad el tema Chechenia ha perdido cierta importancia para la población rusa. El principal motivo se encuentra en que Putin logró “chechenizar“ el conflicto. Oficialmente gobiernan políticos locales la república y los enfrentamientos se registran entre diversos clanes. Esto significa que, aunque Moscú tiene la responsabilidad de lo que sucede en Chechenia, se ha distanciado.
Son otros acontecimientos los que concentran en este momento la atención y tienen mayor importancia para el futuro desarrollo de la democracia en Rusia. En primera línea las próximas elecciones parlamentarias así como la pregunta sobre el futuro sucesor de Putin.
Los ataques terroristas más graves se registraron en Rusia después del 9 de septiembre del 2001. ¿Existe una relación?
Existe cierta relación pero no es clara. La llegada de Al Qaeda dio al conflicto checheno otra tendencia ideológica. Antes los rebeldes luchaban por la independencia de Chechenia, ahora factores étnicos y religiosos tienen un papel importante. Esto se debe en buena medida a la creciente influencia de los bajabitas. Se puede decir que el conflicto y el terrorismo ligado se han internacionalizado. Pero quiero subrayar que se trata de una consecuencia tardía y no una consecuencia inmediata al 11 de septiembre. Puede ser que esta internacionalización se hubiera registrado aún sin el 11 de septiembre, antes o después.
Después del 11 de septiembre Rusia se unió a la “Alianza contra el Terrorismo”. ¿Ha cobrado más importancia Rusia en la política internacional?
El 11 de septiembre catapultó a Rusia a la liga de la elite política internacional. Antes Rusia se encontraba al margen, pero desde esa fecha Occidente comprendió que no podría solucionar los conflictos internacionales sin la participación de Rusia.
Después del 11 S hubo pronósticos de que las relaciones ruso-estadounidenses mejorarían con motivo de la lucha conjunta en contra del terrorismo y que las dos grandes potencias dejarían de verse como competidores de la era postsoviética. ¿Se han cumplido estos pronósticos?
Poco después del 11 de septiembre se registró cierto acercamiento entre las dos potencias. Estados Unidos estacionó en Asia Central parte de su aviación militar con la aceptación de Moscú. Los estadounidenses se hicieron cargo así de la tarea de combatir en la región el islamismo, extremismo, terrorismo y tráfico de drogas. Pero Estados Unidos no quería darse por satisfecho con su presencia militar en la región. Intentaron presionar política y económicamente a las repúblicas centro-asiáticas, a Georgia y a Ucrania. Esto no lo podía permitir el Kremlin, por lo que se regresó a una política de competencia.
El factor clave en el empeoramiento de las relaciones entre Estados Unidos y Rusia fue sin embargo el escándalo Jodorkovski. Su encarcelamiento fue interpretado en Estados Unidos como símbolo de opresión de la democracia, de la libertad de opinión y de la propiedad privada. Con esto se esfumó rápidamente la solidaridad entre Washington y Moscú.
No creo que las relaciones bilaterales mejoren en el futuro próximo. Se registran cada vez más problemas como, por ejemplo, las posiciones diferenciadas en el caso de Irán. Aún así, Estados Unidos sabe que necesita a Rusia para solucionar este tipo de conflictos. Por lo mismo se continuará dialogando.