El 2011: un año electoral decisivo en Alemania
12 de febrero de 2011
Los estados federados regidos por los partidos de la gobernante coalición de conservadores y liberales cuentan actualmente con 34 de los 69 asientos del Bundesrat. Cristianodemócratas, socialdemócratas y liberales (CDU-CSU-FDP) necesitarían un asiento más para ganar la mayoría en esta especie de Cámara Alta del Parlamento alemán, pero las elecciones regionales de 2011 podrían colocar al actual Gobierno en una situación aún más desventajosa.
Éste es uno de esos llamados “súper años electorales” en los que se deciden constelaciones de Gobierno en los estados federados alemanes, que traerán consecuencias para el balance de fuerzas en el Bundesrat. El Gobierno de Berlín podría verse en problemas si llegan a constituirse en esta Cámara mayorías inversas a las que reinan en el Bundestag –lo que sería la Cámara Baja del Parlamento.
La ciudad-estado de Hamburgo: hacia rojo-verde…
“Ese pasaje bíblico que afirma que ‘hay un tiempo para todo’ vale también para los políticos”, aseguró Ole von Beust, antiguo alcalde de la hanseática ciudad-estado de Hamburgo antes de su renuncia en agosto de 2010.
La coalición de conservadores (CDU) y verdes reinante en Hamburgo se estrelló con la salida de von Beust. Este 20 de febrero se inicia en la ciudad el maratón electoral que decide además sobre tres asientos en el Bundesrat. Todas las encuestas pronostican la clara victoria de las fuerzas socialdemócratas (SPD) y verdes.
Renania Palatinado: ¿conseguirán alianza socialdemócrata?
Aún más importante que las elecciones en la ciudad-estado de Hamburgo serán las elecciones paralelas en Baden Würtemberg y Renania Palatinado el próximo 27 de marzo.
El jefe del Gobierno renano, el socialdemócrata Kurt Beck, alcanzó la mayoría absoluta en las últimas elecciones, pero esta vez los pronósticos están en su contra. Tendrá que pensar en alternativas de coalición con Los Verdes –que por el momento se mantienen abiertos también a ofertas de los conservadores del CDU.
Baden-Württemberg: consecuencias de Stuttgart 21
En el vecino Estado de Baden-Württemberg los pronósticos parecen más difíciles. El polémico proyecto para la construcción de una estación subterránea de ferrocarril, Stuttgart 21, afectó la imagen del actual ministro-presidente, Stefan Mappus.
Muchos de los pobladores y manifestantes lanzan su ira contra los políticos responsables de atender a la “opinión popular” y evitar lo que consideran una desfiguración de su ciudad.
Los Verdes tienen el 26 por ciento de las encuestas. Junto a un socio menor, los socialdemócratas del SPD, podrían derrotar a la coalición de conservadores y liberales que gobierna el Estado actualmente. Mientras que el CDU –y especialmente el ministro-presidente Stefan Mappus– continúa apoyando la construcción de la nueva estación subterránea en Stuttgart, Los Verdes se fortalecieron a la cabeza de un movimiento de protesta.
El líder verde Winfried Kretschman se hizo con el favor de los electores en esta pelea y parece ahora un serio candidato a encabezar el Gobierno de Baden-Württemberg. Kretschman ha responsabilizado públicamente a Mappus por la violencia de “línea dura” empleada contra quienes se manifestaron pacíficamente en contra de Stuttgart 21.
Una derrota en Baden-Württemberg representaría un escenario de pesadilla para el Gobierno federal. Si ocurre, sería un claro déjà-vu que les recuerde a los alemanes, y especialmente a Angela Merkel, al antiguo canciller Gerhard Schröder.
Tras la catastrófica derrota electoral del entonces ministro-presidente de Renania del Norte-Westfalia, Per Steinbrück, en mayo de 2005, Schröder tuvo que convocar a nuevas elecciones. Seguir gobernando hubiese sido difícil, de cara al desbalance de fuerzas en su contra en el Bundesrat.
Los asientos en juego
En total son 27 los asientos del Bundesrat en juego en las elecciones regionales de este súper año electoral: 27 de 69 asientos. Si todo sale “muy mal”, el actual Gobierno de conservadores y liberales podría perder 16 de estos asientos y se alejaría así ampliamente de una mayoría en el órgano constitucional federativo y legislativo del país.
En tal caso, gobernar a nivel nacional se volvería una tarea aún más difícil en todos y cada uno de los casos en que el Bundesrat deba aprobar o rechazar leyes federales que afecten la competencia de los estados. Y esos son, gracias al profundamente federativo carácter de esta república, realmente muchos.
Autor: Matthias Hellfeld / Rosa Muñoz Lima
Editor: Enrique López Magallón