El archivo de Dessau dedica una muestra a Walter Gropius
15 de mayo de 2008Para personas como Walter Gropius, el final de los años 20 había convertido a Alemania en un país difícil. Su escuela, la Bauhaus, estaba considerada por los nazis como una “iglesia de marxistas”, el arte que salía de sus aulas como dañino y “poco alemán”.
En 1926, Gropius decidió a trasladar la Bauhaus de Weimar, donde había residido su sede desde 1919, a Dessau. El edificio que a partir de ese momento, y hasta el cierre definitivo del centro en 1933, albergaría los procesos creativos de este nuevo ideal de belleza era obra del propio Gropius y hoy es patrimonio de la humanidad protegido por la UNESCO.
Siete años unieron para siempre el nombre de Dessau con el movimiento de la Bauhaus, y con su director. El archivo de Dessau no podía por tanto dejar pasar sin gloria una fecha como el 125 aniversario del nacimiento de Gropius. Documentos, ideas, artículos de prensa y objetos varios recuerdan en una exposición a quien puso la primera piedra de la arquitectura moderna, e inició una nueva forma de enfrentarse al arte.
Un diseño hasta hoy moderno
Funcionalidad, estética, durabilidad, sencillez, asequibilidad: la Bauhaus exaltaba el trabajo manual, y al mismo tiempo diseñaba para la producción en serie. Menos es más, era una de sus leyes fundamentales. Lo simple es bello, dictaba su principio creador. Lo bello debe ser útil y longevo.
Porque el diseño de la Bauhaus no conocía campos vetados. Desde la pintura a la literatura, desde la arquitectura a los muebles pasando por los utensilios más comunes: pequeños electrodomésticos, objetos de uso cotidiano. Todas las cosas, de las grandes a las mínimas, de las artísticamente elevadas a las más rutinariamente básicas, tenían derecho a que un artista se ocupase de su aspecto.
Lo que lleva el sello de la Bauhaus se reconoce a primera vista. Los edificios de rectas líneas, cristal y piedra, o las sillas que hoy ocupan cualquier despacho con aspiración de modernidad. De principios de siglo hasta hoy, el movimiento impulsado por Gropius y sus colegas no ha perdido un ápice de actualidad ni un milímetro de su áurea vanguardista.
De Dessau para Gropius
La profesión de Gropius era la arquitectura. Bauhaus significa “casa de la construcción”. Como “Neues Bauen” (“Nueva Forma de Construcción”) o “Neue Sachlichkeit” (“Nueva Objetividad”) se definió la tendencia impulsada por este grupo, calificada hoy de fundamento de la arquitectura moderna. Pero la Bauhaus estaba lejos de ser un club exclusivo para diseñadores de planos con inventiva.
Gropius y los suyos entendían la arquitectura como un arte, que debía relacionarse con las restantes ramas artísticas y encuadrarse en un movimiento cultural amplio. Su Bauhaus era claramente multidisciplinar, y eso queda constatado en uno de los planes de estudios originales que la exposición del archivo de Dessau presenta al espectador.
También el libro de inscripción de la escuela, a la que pertenecieron personajes de indiscutible fama como Wassily Kandinsky o Paul Klee, y recortes de la prensa de 1925 en los que se informa sobre el traslado de la Bauhaus a su nuevo hogar en Dessau, forman parte de la muestra.
Y todo ello en honor de Walter Gropius, quien nació hace 125 años y murió en 1969 en Boston, el lugar al que le llevó la huida del régimen nacionalsocialista.