Arte + Crisis
29 de mayo de 2010Santiago Sierra, artista madrileño residente en México, cuyas obras despiertan todo menos indiferencia fue el encargado de abrir el congreso "Arte y Crisis" y lo hizo no con palabras, sino con una instalación. Su imaginación es rica como se ha visto en obras como "los penetrados", en donde muestra con fotografías todas las combinaciones posibles de penetración entre hombres y mujeres de raza blanca y negra. Llamado artista de la conciencia, intentó llenar en el 2006 de monóxido de carbono una Sinagoga en Pulheim, Alemania. Su polémica instalación fue suspendida ante las duras críticas por parte del Consejo Central de los Judíos de Alemania y la comunidad judía de Colonia.
En las instalaciones de la Academia de las Artes en Berlín, a unos pasos de distancia de la Puerta de Brandenburgo, el público fue tomado por sorpresa ante dos letreros colocados en las puertas de acceso a la ceremonia de inauguración. A través de una puerta atendida por solícitos empleados podían entrar aquellos con ingresos superiores a los mil euros mensuales. Al lado, otra puerta había sido asignada para aquellos con ingresos menores a dicha cantidad. Las distintas entradas, instalación de Santiago Sierra, aluden a un sistema de clases, elitista y discriminatorio.
Mientras que los de mayores ingresos podían sentarse al lado de los invitados especiales y ver a las distintas figuras prominentes encargadas de la inauguración del congreso, los de menores ingresos fueron relegados a un espacio oscuro en el que los que tuvieron suerte pudieron trepar a unas gradas y mirar desde ahí la ceremonia.
Debate de tres días
Los institutos culturales bandera de España y de Alemania como son el Instituto Cervantes y el Instituto Goethe organizaron el congreso de tres días en Berlín en el que especialistas de diversos ámbitos de la cultura investigan y debaten sobre los efectos de la crisis económica en las artes visuales y la manera como las instituciones culturales, ya sean fundaciones, museos, ferias de arte y artistas reaccionan a ella.
"Lo que nos ocupa son las artes visuales pero esta crisis está poniendo en tela de duda una serie de valores, hay quienes hablan de un cambio de era, más que de un cambio de época. Lo que hemos avanzado tecnológicamente en los últimos treinta años no se había alcanzado en siglos, así que estamos ante un reto muy inquietante porque no sabemos hacia dónde nos dirigimos", afirma el director del Instituto Cervantes de Berlín, Gaspar Cano Peral.
Los encargados de la inauguración recordaron el ancestral vínculo entre el arte y situaciones de crisis, una relación antagónica y hegeliana. "Desde los tiempos de los egipcios tanto la arquitectura como las artes se encuentran estrechamente dependientes de la situación económica. Siempre que hubo crisis en la historia, ésta se trasladó a la construcción de obras y hasta de los pedidos que hacían las iglesias para decorar sus recintos", afirma por su parte Margareta Hauschild, Directora del Instituto Goethe de Madrid.
Cuarenta especialistas de distintos ámbitos del mundo de las artes plásticas de ambos países, deliberan sobre los efectos de la crisis en la producción artística, en la percepción sobre el arte en los medios de comunicación y el papel de los intermediarios.
Lo peor está aún por llegar
Klaus Staeck, presidente de la Academia de las Artes de Berlín, defiende su estrategia ofensiva de buscar que el arte tenga acceso a los espacios públicos, lo que se ve obstaculizado al no haber dinero. "Somos un país rico en instituciones de todo tipo y entre más pobres son los municipios y los gobiernos locales menos dinero hay para los teatros, museos y bibliotecas, eso es un problema porque son parte integral de la educación", dice Staeck.
"El arte y el mercado del arte son un reflejo de nuestra sociedad, con unos cuantos cada vez más ricos y muchos cada vez más pobres. Hay artistas extremadamente ricos y muchos otros que se mueren de hambre. Tan sólo en Berlín viven entre 3.000 y 4.000 artistas, una cantidad enorme. Yo me pregunto de qué viven, cómo le hacen para sobrevivir, porque desde luego que no lo hacen con su arte. Tal parece que eso de ser artista es un fatalidad elegida voluntariamente. Por eso es nuestra obligación apoyar la producción artística con medios públicos, ese es uno de los pilares de la democracia, y de la definición y conformación de una sociedad. Y Alemania se define como nación de cultura", destaca el experto.
A la pregunta de si ve señales de que ha comenzado una nueva era en la que las reglas del juego puedan cambiar, Staeck responde que "una nueva era tendrá que llegar". "Todas esas garantías con las que el Estado ha apoyado a bancos casi criminales, tendrán que pagarse y el contribuyente no estará eternamente dispuesto a regalar su dinero para rescatar todo tipo de quiebras", dice. Staeck recuerda que a los alemanes por su historia, si hay algo que les preocupa seriamente es tener que lidiar con ingresos en picada. "La gente tiene miedo a la pobreza, cuando el problema está relacionado con dinero la cuestión es grave y ya veremos que ocurre con la crisis que con seguridad apenas está comenzando, no se ha superado como muchos afirman, no, las consecuencias de la crisis todavía están por llegar", advierte.
Autora: Eva Usi
Editora: Claudia Herrera Pahl