El año de Ronaldo

Este 2002 fue el año de la resurrección para Ronaldo, que ha arrasado con cuanto título hay por entregar en el escenario del fútbol mundial. Ahora viene a engrosar su colección de laureles la designación como mejor futbolista de Europa, para mayor gloria del pueblo carioca y del Real Madrid, que vuelve a dejar atrás a su rival alemán, el Bayern de Munich. Como para evitar cualquier conato de réplica o pataleo, también el segundo lugar en la votación -llevada a cabo por 52 periodistas deportivos- lo ocupó un miembro de la escuadra monárquica madrileña: Roberto Carlos, otro fruto de exportación de tierras brasileñas.

La frustración bávara

Más atrás en la lista encontramos al arquero del Bayern y capitán de la selección germana, Oliver Kahn, para quien el año había comenzado bajo constelaciones colmadas de los mejores augurios. Pero la estrella del portero teutón comenzó a eclipsarse en el Mundial y desde entonces no ha vuelto a recuperar el antiguo esplendor. El tercer puesto logrado en la votación es honroso, pero de seguro no servirá de consuelo a esta figura obsesionada por la victoria, aunque él mismo haya declarado que, "como arquero, resulta difícil ser elegido".

Sea como fuere, también este "Balón de Oro" se lo lleva ahora Ronaldo, por segunda vez. La primera ocasión en recibirlo fue en 1997, época en que jugaba en el Inter de Milán. Por ese entonces, el goleador brasileño era festejado a ambos lados del Atlántico como seguro sucesor de Pelé en el Olimpo del fútbol mundial.

La mala racha

Pero los grandes planes que urdían entrenadores y empresarios rodaban un año después por los suelos, en el Mundial de Francia’98. Ronaldo decepcionó y hasta el día de hoy no se ha aclarado del todo el por qué de su débil actuación, ni la índole real de sus dolencias, pese a las cuales salió a la cancha.

Lo cierto es que, desde ese momento, los bonos de Ronaldo comenzaron a bajar. Tanto, que ya nadie se atrevía a apostar por su retorno; el jugador amenazaba con convertirse en un sueño más de los tantos que se han frustrado en la historia del fútbol internacional. Sin embargo, el Mundial de Asia cambió su suerte. Y la promesa volvió a cobrar vigencia, con los goles que marcó para llevar a Brasil al podio de pentacampeón.

Ronaldo aún no recupera, no obstante, el estado de sus primeros tiempos de gloria. Pero su lucida participación mundialista, su logrado debut en las filas del Real Madrid y el tanto anotado en la final de la Copa Intercontinental contra el Olimpia de Paraguay, a todas luces han sido suficientes para que la prensa especializada le concediera el "Balón de oro", como futbolista del año 2002 en Europa; y para resucitar las esperanzas de este goleador y de todos los brasileños, que sueñan con un nuevo Pelé.