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El Bayern Múnich busca reencontrar su armonía

Jake Speight
5 de noviembre de 2019

El Bayern Múnich va de una crisis menor a otra: el caótico entorno a nivel directivo se traduce en pobre desempeño sobre la cancha. La solución ya está en marcha, pero al parecer la transición no será tersa.

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Deutschland Fußball Bayern München Uli Hoeneß und Karl-Heinz Rummenigge
Imagen: picture-alliance/dpa/S. Hoppe

El cese del entrenador Nico Kovac parecía sellado desde que el croata puso pie por primera vez en el campo de entrenamiento del Bayern Múnich. Kovac llegó en un momento de transición, en el cual el equipo había perdido su posición dentro de la élite del fútbol europeo. Al mismo tiempo, las diferencias entre el presidente Uli Hoeness y el director general Karl-Heinz Rummenigge causaban caos en el entorno.

Este ambiente tóxico prevaleció, y debe ser superado muy pronto si es que el sucesor de Kovac quiere evitar un destino similar.

Ya existe un plan de sucesión para los agitados pisos gerenciales del Bayern. Hoeness se hará a un lado a finales de este mes, y Rummenigge le seguirá en 2021. Pero aun así, falta solucionar algunos aspectos a fin de que dicha transición no resulte en un declive desastroso.

Lucha de poder

El dúo al frente del Bayern ha visto cómo su relación llegó a niveles de incompatibilidad. Desacuerdos sobre el futuro comercial del club, la política de transferencias, la contratación de entrenadores, e incluso las sedes de los entrenamientos previos a la temporada, han impuesto un lastre innecesario al equipo.

Dado que Hoeness permanecerá como miembro del Consejo, no está claro cuánto habrán de cambiar las cosas… si es que cambian. Hoeness, de 67 años, tiene aún muchos aliados dentro del club, y previsiblemente usará esa red para continuar ejerciendo influencia.

Jose Mourinho, uno de los nombres que suenan para dirigir al Bayern Múnich (archivo)
Jose Mourinho, uno de los nombres que suenan para dirigir al Bayern Múnich (archivo)Imagen: picture-alliance/dpa/M. Rickett

El nombre del próximo entrenador del club es uno de los dilemas más misteriosos, dado que Rummenigge querrá tener la última palabra.

La lista de candidatos incluye a Jose Mourinho, Ralf Rangnick, Erik ten Hag, o el actual interino, Hansi Flick. Quien quiera que tome el puesto, requerirá mucho mayor apoyo del que les fue ofrecido a Kovac o Carlo Ancelotti.

Formando equipo

La política de transferencias se ha visto particularmente afectada por los desacuerdos en la directiva. En la ventana veraniega de transferencias el Bayern reflejó indecisión y ésta derivó en soluciones improvisadas.

Durante semanas se buscó sin éxito cerrar la contratación de Leroy Sané, antes de que el atacante se lesionara. Así, se optó por Ivan Perisic, de 30 años, cedido a préstamo.

Del mismo modo, el delantero novato Jann-Fiete Arp fue contratado, en lugar de un jugador que le hiciera competencia interna a Robert Lewandowski, como lo ha pedido el polaco desde hace años.

Mats Hummels fue traspasado al mismo tiempo que Hoeness le decía a su otro defensor central, Jerome Boateng, que debería buscarse otro club. Tal falta de visión podría haber empeorado una delicada crisis en la zona defensiva del Bayern, debido a lesiones.

Los intentos del Bayern de rehacer un equipo que en años recientes ha perdido a Philipp Lahm, Bastian Schweinsteiger, Arjen Robben y Franck Ribery, han fracasado estrepitosamente. El núcleo permanece fuerte, pero el club no puede permitirse otra gran ofensiva de fichajes.

La vieja guardia

Kovac perdió el vestidor, tal y como le había sucedido antes a Ancelotti. El nuevo entrenador del Bayern deberá sortear un panorama complicado, en el cual las aspiraciones de varios jugadores aún están marcadas por el reinado excepcional de Pep Guardiola, muy apegado al detalle.

Mejor que ningún otro, Manuel Neuer demostró que el poder de los jugadores en el club aún es mucho. Tras la derrota 1-5 ante el Frankfurt, el portero dijo que "el resultado era de esperarse, de algún modo. Por eso es que lo que sucedió hoy no es para mí una sorpresa. Definitivamente, algo tiene que cambiar.” Al día siguiente, Kovac hacía sus maletas.

Las estrellas del Bayern habían perdido la fe en Niko Kovac. (archivo)
Las estrellas del Bayern habían perdido la fe en Niko Kovac. (archivo)Imagen: Getty Images/Bongarts/A. Bongarts/

El papel que juega Thomas Müller en el equipo aún es tema de discusión, y un tipo fiero como Mourinho podría sofocar cualquier intento de rebelión. A largo plazo, sin embargo, incluso esta solución podría zozobrar, si no vienen los resultados deseados, y si la directiva continúa siendo fuente de conflictos.

Futuro incierto

Lo cierto es que el Bayern debe cambiar. Se ha permitido que el caos reine durante demasiado tiempo, y no concuerda con un club que se precia de su "ambiente familiar” y su conocido "Mia san Mia” ("nosotros somos nosotros”).

Al final, todo dependerá de cuánto quieran aferrarse al poder los jerarcas del Bayern.

Herbert Hainer remplazará a Hoeness, y cómo abordará el presidente del club su retirada será un factor crucial. Hoeness no es de los que tienen pelos en la lengua, y su estrecha amistad con Hainer podría hacer que su influencia se mantenga.

Rummenigge, a su vez, tendrá como aprendiz a partir de enero a su sucesor, Oliver Kahn. Ambos tienen un año para lograr una transición fluida. El plan de sucesión se ve bien en el papel, pero no parece que será un proceso suave.

En esta fase decisiva para el Bayern Múnich, el club necesita reencontrar su armonía interior. Si no lo hace, alcanzar el éxito será una tarea doblemente difícil para su nuevo entrenador.

(jov)

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Jake Speight Periodista de DW.