El cambio climático asfixia el Arrecife Mesoamericano
25 de febrero de 2020Aunque es vital para la salud y economía de sus habitantes, el Arrecife Mesoamericano, el segundo más importante después de la Gran Barrera de Coral de Australia, vive sus horas más bajas. El Reporte de Salud 2020 del Arrecife Mesoamericano, que cubre los países de México, Honduras, Guatemala y Belice, indica que el Índice de Salud Arrecifal (ISA) ha disminuido por primera vez en 12 años.
Para la elaboración del informe, a cargo de la Iniciativa Arrecifes Saludables, se han monitoreado 286 sitios. De estos, solo el 1 % tiene "muy buena salud” y un 8% "buena", mientras que el 16 % está en estado crítico y el 46 % tienen una calificación de salud mala.
"Empezamos las mediciones de manera aleatoria, en los lugares más representativos posibles", dijo a DW Mélina Soto, coordinadora para México de la Iniciativa Arrecifes Saludables, que publica estos resultados cada dos años.
El declive es más pronunciado en Honduras, donde los sitios calificados de buenos cayeron del 20% al 4%, y los sitios críticos aumentaron del 6% al 15%, respecto al informe de 2018. De este modo, el ISA pasó de "regular" a "malo". "Hay un retroceso porque hay pocos peces herbívoros y comerciales", apuntó Soto.
"La falta control, la pesca ilegal y la sobrepesca", son los responsables de esta disminución, que también se produce en el resto de países del Arrecife.
Turismo, una actividad de doble filo
"Si quitamos la isla de Cozumel de la base de datos de México, la calificación bajaría", subrayó, indicando que aunque la situación de esta zona es buena, en general es "regular” debido a la disminución de peces comerciales y los altos índices de macroalgas.
"Los arrecifes de toda la costa están en una mala condición debido a los impactos que se generan en la tierra", lamentó. Así, apuntó a actividades como el turismo, la deforestación de manglares y el crecimiento de población, que causan presiones sobre los sistemas costeros.
Por otro lado, la mala gestión de aguas residuales es la causante que los arrecifes de coral de Quintana Roo se encuentren en situación de emergencia ambiental, a pesar de que aquí "el 80 por ciento vive del turismo". "Lo que está en peligro es la salud, la seguridad alimentaria y la actividad económica", alertó, lamentando que las "plantas de tratamiento no aseguran un proceso de limpieza".
Un nuevo enemigo
Ahí también se tiene que lidiar con el síndrome blanco, una enfermedad letal que apareció en julio de 2018 y que "está ligada a la calidad del agua". Según se apunta en el informe, mató a más del 30% de más de 20 especies de coral del país.
El síndrome blanco causa la muerte del coral, a diferencia del blanqueamiento, relacionado con el aumento de la temperatura del mar, al que puede sobrevivir.
Tim Scheufen, doctorando de la Unidad de Sistemas Arrecifales de la Universidad Nacional Autónoma de México, recordó a DW que "cuando se blanquean, se dañan a los simbiontes, que son su fuente de energía".
El experto alemán en fotobiología ha llevado a cabo experimentos de cuatro especies de corales en Puerto Morelos y los resultados mostraron que "si están expuestos a temperaturas muy altas durante mucho tiempo ya experimentan blanqueamiento".
Guatemala, el más bajo a nivel regional
El Índice de Salud Arrecifal (ISA) para Guatemala continúa revelando un "mal” estado, al igual que el último reporte publicado en 2018, debido a la disminución de peces comerciales por prácticas de pesca insostenibles y ausencia de zonas de recuperación. Igualmente, en algunas zonas, la salud de los corales se ve afectada por un manejo deficiente del tratamiento de aguas residuales, hecho que contribuye a la aparición de macroalgas.
Por ello, los responsables del informe recomiendan la extensión de la veda para la pesca de peces loro, así como la creación de zonas de recuperación pesquera. "Se diseñan con las comunidades de pescadores, con la máxima representatividad de hábitat y en zonas de preferencia, reproducción y crianza de los peces. Se prohíbe la pesca en estas zonas, lo que va ayudar a proteger a los peces en sus etapas de vida más vulnerables", explicó Soto.
Más leyes, protección e investigación
Otras recomendaciones son la aplicación de las normas de pesca, así como la ratificación del Protocolo de Fuentes Terrestres de Contaminación Marina de la Convención de Cartagena, paso que México y Guatemala aún no han dado.
"Un problema en todos los países es la falta de vigilancia y sanción a los que infrinjan estas leyes", criticó Soto, que demandó "leyes más afines a nuestras casuísticas nacionales y recursos para aplicarlas".
Por su parte, Scheufen abogó por seguir investigando para "buscar qué especie es más robusta, para hacerla crecer en acuarios protegidos y ponerlos en arrecifes". Se trata de "una medida a corto plazo eficaz para la restauración de corales", mientras el mundo sigue intentando frenar el cambio climático.
(er)
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