El Dalai Lama mueve masas y polémica en Alemania
19 de mayo de 2008“Ninguno de nosotros sabía nada del encuentro. Cuando nos enteramos, esta porquería ya no se podía parar”, declaró al respecto en una entrevista al diario Welt am Sonntag Kurt Beck, secretario general del Partido Socialdemócrata Alemán (SPD), la formación a la que pertenece Steinmeier, y también Wieczorek-Zeul.
El intercambio dialéctico, al que pronto se sumaron democratacristianos, que también forman parte del Gobierno y que tampoco enviaron a ninguno de sus ministros a apretar la mano del Dalai Lama, pero que supieron aprovechar el momento, pudo haber minado la cita si no fuera porque ambos interlocutores guardaron la calma. Muy al estilo budista.
“No necesito aprobación”
“Provoco altercados por todas partes”, dijo irónico el Dalai Lama en referencia a la polémica que su presencia, o mejor dicho sus compañías, ha levantado en Alemania. Heidemarie Wieczorek-Zeul acudió tras el encuentro sola a la rueda de prensa. “En los últimos días se han repetido intentos de mezclar en este encuentro cuestiones que pertenecen a la política de partidos”, declaró la ministra, “en mi opinión, eso no ayuda ni a las gentes en la región afectada ni a la personalidad del Dalai Lama”.
Wieczorek-Zeul y el líder budista hablaron durante tres cuartos de hora sobre la lucha contra la pobreza y a favor de los derechos humanos, y sobre las mejores vías para canalizar la ayuda. La libertad y la justicia, y la solidaridad con las víctimas del terremoto en China estuvieron también entre los temas tratados. “El diálogo con representantes de los grupos religiosos y la sociedad civil es una de las tareas esenciales de la ayuda al desarrollo”, recordó la ministra, que ocupa la cartera de Desarrollo.
La canciller alemana, dijo en su ausencia el viceportavoz del Gobierno, Thomas Steg, no animó a la reunión. La aclaración se había hecho necesaria porque corrían rumores de que las órdenes partían de la cancillería. “Decido por mí misma con quién me encuentro. No necesito la aprobación de la canciller ni de nadie en el SPD”, sentenció Wieczorek-Zeul en la revista Spiegel Online.
Y tampoco para responder a Walter Kolbow, presidente del grupo parlamentario socialdemócrata, se mordió la lengua la ministra. Según Kolbow, Wieczorek-Zeul recibó al Dalai Lama en calidad de persona privada, puesto que la conversación tuvo lugar en el Hotel Adlon de Berlín y no en su despacho oficial. “Soy miembro del Gobierno”, recordó para los olvidadizos.
Como parte del Ejecutivo, Wieczorek-Zeul le transmitió al Dalai Lama la posición de Alemania en el conflicto entre China y el Tíbet. El religioso ha asegurado a la ministra que no busca la independencia de China, sino una autonomía que otorgue mayor margen cultural a los tibetanos.
El siglo del diálogo
El diálogo es la clave. China y el Tíbet deben dialogar para solucionar sus controversias y poner fin a los últimos enfrentamientos. Y en este punto están todos de acuerdo. Diálogo le ha pedido Wieczorek-Zeul al Dalai Lama, y el Dalai Lama quiere hablar, también con Pekín. Y el diálogo se entorpece con actos simbólicos como la recepción del líder religioso por parte de una ministra, opinan en el SPD y justifican así su actitud frente a la reciente entrevista.
Para alivio de más de un político, y más de un empresario temeroso de que algún ministro dificulte con sus ganas de conversar las relaciones con China, el Dalai Lama abandona el país. Su último acto ha sido un baño de masas en la capital alemana. 20.000 personas acudieron a escuchar al líder budista, que les pidió rezar por quienes en el terremoto chino han perdido a sus hijos. “El siglo XXI ha de ser el del diálogo”, les ha dicho.