Nicaragua: el desafío es mantener la democracia
28 de octubre de 2013El médico y sociólogo nicaragüense Víctor Hugo Tinoco, líder del Movimiento Renovador Sandinista (MRS), agrupación disidente que emergió del Frente Sandinista de Liberación Nacional (FSLN), ha sido embajador de su país ante Naciones Unidas, vicecanciller y diputado.
Llegó a Berlín para participar en un seminario que analizó las consecuencias políticas, sociales y culturales que provocan las catástrofes naturales como huracanes y terremotos. El „webinario“ abierto a los alumnos de la Universidad Libre de Berlín, analizó varios devastadores terremotos ocurridos en América Latina a lo largo del siglo XX y XXI.
Entre ellos, el sismo que asoló Managua el 23 de diciembre de 1972. Pese a que el movimiento telúrico alcanzó sólo 6.6 grados en la escala de Richter, fue uno de los más destructores de la región.
Era pasada la medianoche y cuando la tierra dejó de temblar después de un primer sismo de 20 segundos y dos réplicas posteriores, dos terceras partes de la ciudad habían quedado reducidas a escombros. Este tipo de fenómenos son un desafío para países como Nicaragua por la gran cantidad de recursos necesarios para la reconstrucción.
Deutsche Welle: ¿Cómo se vivió aquel devastador terremoto de 1972?
Víctor Hugo Tinoco: Para comprender la dimensión del desastre hay que recordar que la falla sísmica pasa por el centro de la capital, por lo que destruyó prácticamente todo el centro de la ciudad y buena parte de los barrios periféricos. Se calcula que hubo entre 10 mil y 20 mil muertos. Los daños materiales ascendieron al equivalente al producto interno bruto (PIB) de Nicaragua durante un año. La destrucción fue de tal magnitud que provocó una inmigración masiva y el abandono de la ciudad durante muchos meses. Eso tuvo implicaciones económicas, pero también políticas. Atizó la ambición del general Anastasio Somoza, que se apropió de la ayuda internacional que llegó por el terremoto. Comenzó una concentración de poder político y económico en relación con las tareas de reconstrucción. La serie de negocios que emprendió Somoza posteriormente le generó críticas de la sociedad y de los sectores empresariales, hasta que se produjo la caída de la dictadura 6 ó 7 años después.
¿Qué lección dejó la catástrofe?
Lo sucedido fue importante en la generación de una cultura de prevención. En mejorar la calidad y los tipos de construcción, pero también es interesante el análisis de cara a los efectos sociales y políticos que siempre este tipo de fenómenos tienen en las poblaciones de la región. El terremoto fue devastador. Yo estuve en el terremoto de México de 1985, fui precisamente con un avión de ayuda y socorro que enviaba Nicaragua y me sorprendió mucho llegar a México y ver que todo estaba aparentemente en la normalidad. Con excepción de la Colonia Roma y el Centro Histórico, que fueron las zonas más afectadas. Yo lo comparaba con nuestro terremoto que demolió la ciudad. Obviamente las construcciones eran de una calidad inferior a las de Ciudad de México.
Zona sísmica es toda Centroamérica, pero además Nicaragua está afectada por los huracanes. ¿Cuál es el riesgo en la construcción del gran canal interoceánico de Nicaragua, el gran proyecto del presidente Daniel Ortega?
Nicaragua, al igual que toda la costa del Pacífico, desde México hasta la Patagonia, incluso desde Alaska, es sumamente sísmica. Se le llama el cinturón de fuego del Pacífico. El problema del canal es de otro tipo. Se trata de una aspiración que ha estado siempre presente en Nicaragua, desde la época de Cristóbal Colón. Cuando Colón descubrió América buscaba el estrecho „dudoso“ para comunicarse con la otra parte del mundo. Encontraron el río San Juan y el Lago de Nicaragua y pensaron que era la conexión natural con el Pacífico, pero después descubrieron que no terminaba de conectarse con el océano. Pero el anhelo por construir el canal ha tenido más aspectos negativos que positivos, y eso ha marcado la historia del país y de las intervenciones de Estados Unidos. En Centroamérica hay cinco países pequeños, con Nicaragua en el centro. Honduras no ha sido invadida nunca por tropas norteamericanas. Costa Rica tampoco. Nicaragua ha sido invadida cuatro veces. ¿Por qué? La única explicación es la posibilidad de la construcción de un canal. Sin embargo construir un canal sería bueno sin destruir la ecología y respetando al pueblo nicaragüense.
Pero la construcción del gran canal es secreto de Estado, nadie sabe siquiera por donde pasará…
El presidente Daniel Ortega firmó un acuerdo con el empresario chino Wang Ying, un acuerdo que es totalmente inconstitucional, inadecuado y atropella los derechos del pueblo de Nicaragua. El acuerdo enfrenta actualmente 35 recursos por inconstitucionalidad ante la Corte Suprema de Nicaragua. Fue aprobado después de cuatro días de negociaciones y en el Parlamento ni se debatió. El acuerdo desconoce la jurisdicción de Nicaragua en lo que sería la zona del canal. Los tribunales de Justicia de Nicaragua no tendrían jurisdicción ni autoridad en todo lo que va a ser esa zona. Los tribunales laborales tampoco. Las alcaldías locales no podrán cobrar impuestos. Y la empresa a la que se le otorgó la concesión para construir ese canal, una concesión por 100 años, puede venderla cuando quiera y a quien quiera y en pedazos, si así quiere.
¿Que es lo que está detrás del proyecto?
Lo más probable es que el canal no se construya. Aunque sea deseable para el pueblo nicaragüense. En primer lugar porque afectaría el lago de Nicaragua, es una de las riquezas más grandes de Centroamérica con unos 10.000 Km.² de agua potable. Esta fuente de agua dulce estaría en riesgo por la contaminación que supone el tránsito fluvial en un lago cerrado. En ese acuerdo el presidente Ortega autoriza a la empresa china a construir cualquier cosa que en teoría tenga relación con el canal sin tener que consultar al Estado nicaragüense, sin tener que licitar nada, pagar impuestos, o respetar las leyes medioambientales. Lo que hay es una especie de autorización para que llegue cualquier persona y haga el negocio que quiera sin pagar impuestos. Desde carreteras, represas y zonas francas, hasta puertos y oleoductos, todo eso sin pagar un centavo.
¿Cuál es el sentir de los nicaragüenses?
Los diputados del gobierno cerraron filas, aunque muchos de ellos no estaban de acuerdo, incluso fueron expulsados dos que se oponían. Toda la oposición votó en contra. Es un proyecto que tiene una oposición absoluta, además, la oposición ha dicho que cuando llegue al gobierno desconocerá este acuerdo, que le sirve al presidente para hacer todo tipo de negocios sin tener que rendir cuentas a nadie.
¿Cuál es el mayor desafío de Nicaragua?
El desafío fundamental que enfrenta el país es el mantener la democracia y a una sociedad con libertad de prensa, de pensamiento, con libertad de organización y de movilización, y sin miedo. Con el gobierno de Daniel Ortega se ha profundizado la represión política, el acoso a los medios de comunicación. Hay un control muy fuerte sobre los canales de televisión, de radio, y de acoso a los medios independientes. Se han prohibido varios partidos políticos. Hay una actitud represiva contra la protesta, y por temas incluso urbanos, de transporte colectivo. En la última protesta ciudadana mandaron civiles en motocicletas, no a la policía que se mantiene escondida, es un estilo fascista de represión y por eso el desafío principal es mantener la vida democrática. En la historia de Nicaragua cuando se ha cerrado la vía democrática con facilidad se ha caído en períodos de violencia armada. Esa es la historia de Nicaragua de las últimas cuatro décadas, sobre todo las guerras durante la década de 1970 y de la de 1980. Fueron guerras originadas por la falta de espacios políticos y de libertades.