El difícil camino hacia las estrellas
Enviar satélites y sondas al espacio no es tarea fácil, algo que quedó demostrado una vez más por la explosión de la nave de carga Cygnus. También en el pasado se produjeron accidentes espaciales de este tipo.
Explosión durante el despegue
El 28 de octubre de 2014 explotó el cohete ruso Antaras, que transportaba a la nave de carga estadounidense Cygnus. Esta llevaba 2,2 toneladas de material a la estación espacial internacional ISS, pero, en lugar de despegar, se quedó suspendida en el aire y luego estalló, antes de estrellarse e incendiarse por completo.
Desvío de curso
Un cohete ruso Proton-M debía enviar tres satélites al espacio el 2 de julio de 2013 para el sistema de navegación Glonass. Luego del despegue, desde la estación espacial rusa de Baikonur, el cohete giró sobre sí mismo lentamente, se incendió y se estrelló en medio de las llamas.
¿Sonda espacial o estrella fugaz?
En lugar de estudiar la superficie de una de las lunas de Marte la sonda espacial Phobos Grunt se estrelló el 15 de enero de 2012 sobre el Pacífico, cruzando antes el cielo nocturno de Hungría, como se ve en esta foto. Una estrella fugaz de 120 millones de euros.
Soyuz se estrella sobre Kazajistán
En agosto de 2012, un transbordador no tripulado despegó, pero no pudo llegar a su destino. El cohete Soyuz salió también de la estación espacial de Baikonur, en Kazajistán, pero se produjeron desperfectos y cayó a tierra.
Satélite desaparecido
El 18 de agosto de 2011, un cohete trasbordador Proton-M envió el satélite Express AM-4 al espacio. Poco después se interrumpió la conexión con la Tierra. En marzo de 2012, el satélite cayó al Océano Pacífico.
Accidente que costó vidas humanas
Los accidentes espaciales también se cobran vidas humanas. En febrero de 2003, el trasbordador Columbia fue presa de las llamas y se desintegró al regresar a la Tierra provocando la muerte de sus siete ocupantes, seis estadounidenses, una india y un israelí.