El día en que las mujeres marchan sin miedo
25 de noviembre de 2010
“El lugar más peligroso para las mujeres es su propio hogar. Es una circunstancia que se da en todo el mundo, y también en Alemania. La violencia doméstica es la causa más común de traumas en las mujeres: más frecuente que accidentes de tráfico y casos de cáncer juntos. El riesgo para una mujer de experimentar violencia por parte de su pareja es mucho más alto que el de sufrir agresiones de un extraño. Y en ello no juega papel alguno la educación, la edad o la religión.”
Así presenta la organización alemana no gubernamental por los derechos de las mujeres Terre des Femmes (“Tierra de las Mujeres”) la situación actual de la violencia doméstica en el mundo en su página web oficial. Una situación que, aparentemente, no ha cambiado en los últimos años, a juzgar por los estudios realizados desde 2007, que muestran cifras no muy diferentes a las de ahora. “Una de cada cuatro mujeres es víctima de la violencia doméstica en Alemania”, “en el 80-90 por ciento de los casos es el hombre el que agrede a la mujer”, “cada año, alrededor de 40.000 mujeres se retiran con sus hijos a Frauenhäuser (refugios de protección para mujeres)”. Son datos que se han mantenido en la página de actualidad de Terre des Femmes durante los últimos 3 años.
Esta realidad, aunque siempre latente, tiende a camuflarse en un mundo donde la rutina hace de toda situación, por intolerable o insostenible que sea, algo relativamente normal. Pero hoy, día 25 de noviembre, se celebra el día internacional contra la violencia de género, y todos estos datos vuelven a salir a la superficie, como oscuras manchas de aceite negro en un mar de aguas engañosamente tranquilas.
Un trágico aniversario
El día 25 de noviembre conmemora la muerte de las hermanas Mirabal en República Dominicana. Conocidas popularmente como las “inolvidables mariposas”, las tres hermanas Mirabal fueron activistas políticas que se opusieron fervientemente a la dictadura de Rafael Leónidas Trujillo. Su participación en un complot para derrocar el gobierno terminó con sus brutales asesinatos.
Su historia fue reivindicada por asociaciones feministas, y despertó la consciencia social respecto al tema de la violencia de género a principios de los 80. Fue el comienzo de un movimiento cuyos esfuerzos se vieron recompensados en 1993, con la Declaración de la Eliminación de Violencia contra Mujeres adoptada en la Asamblea General de las Naciones Unidas.
Desde entonces, el día 25 de noviembre se ha convertido en un día de concienciación global de la violencia de género y la victimización de las mujeres, que incluye desde palizas domésticas, violaciones y acoso sexual, hasta violencia estatal, torturas y abuso de prisioneras políticas.
Una manifestación con profundo mensaje
Al igual que en muchas otras ciudades alemanas, esta noche tiene lugar en Colonia, como cada año, una manifestación organizada por el conglomerado de organizaciones por los derechos de la mujer Lila-in-Koeln. “Somos un conjunto de 10 proyectos autónomos en la zona de Colonia centrados ya durante varios años en el activismo en contra de la violencia de género, en aumentar la concienciación de la gente sobre el tema y ganar impacto social”, explica la pedagoga social Irmgard Kopetzky, del proyecto de Lila-in-Köeln Notruf Köln.
Este tipo de manifestaciones lleva atrayendo a gente decidida a luchar por la eliminación de la violencia de género desde 1976 en muchos países diversos, con el nombre internacional de Reclaim the Night (“Reivindicando la noche”), aunque a Alemania llegó un año más tarde. “El objetivo de la marcha es unir a las mujeres para exigir alto y claro el derecho a caminar por su ciudad de forma segura tanto de día como de noche, sin necesidad de protección ni temor a sufrir abusos o acoso sexual.” Cada año, la participación en esta manifestación en Colonia es cada año mayor. El año pasado se alcanzó un nuevo récord: 300 mujeres recorrieron el casco antiguo de la ciudad con pancartas reivindicando su derecho a una vida sin miedo.
Una situación contradictoria
Desde la Declaración de la Eliminación de Violencia contra Mujeres adoptada en la Asamblea General de las Naciones Unidas, muchas son las medidas que se han intentado tomar para mejorar esta situación. En Alemania, por ejemplo, se aprobó en 2002 la llamada Gewaltschutzgesetz (Ley de Protección contra la Violencia), que ofrece la posibilidad a mujeres y hombres de pedir protección legal contra actos de violencia.
Pero Irmgard Kopetzky se muestra escéptica: “En mi opinión, cuando se escriben las leyes, no tienen en cuenta todas las posibilidades. Por ejemplo, en mi campo de acción, las violaciones, es muy difícil para las mujeres el probar que han sido violadas, puesto que la acusación debe basarse en detalles y muestras muy específicas. Además, muchas instituciones públicas no tienen el conocimiento o tacto suficiente para tratar este tipo de crímenes.”
La violencia doméstica merma la productividad de las empresas y sube los costes de los tratamientos médicos. En esto se basa el innovador concepto de la Workplace Policy (“Política del Lugar de Trabajo”): las empresas están obligadas a paliar los efectos de la violencia doméstica en el lugar de trabajo con medidas efectivas, dando apoyo e información a la víctima para su mejor protección. Una medida que empezó a implementarse no hace muchos años, y cuyos resultados hablan por sí solos en los resultados del último estudio realizado en Alemania, publicados el mes pasado: 80% de los encuestados conocen el concepto; 85% lo encuentran muy útil, y 80% opinan que, definitivamente, la violencia doméstica no es un problema privado, y por tanto, requiere atención en el puesto de trabajo.
“Está claro que se han dado avances en la sociedad, el tema de la violencia de género está ahora mucho más presente que antes en la conciencia de la gente, y muchos temas han dejado de ser tabú”, afirma Kopetzky, “pero todavía falta un elemento muy importante: el valor para denunciar la violencia, o salir en defensa de las persona agredida.”
Autorin: Lydia Aranda
Editor: José Ospina-Valencia