Cumbre para salvar el euro
19 de octubre de 2011El presidente francés, Nicolás Sarkozy, anunció antes de su inesperada partida a Fráncfort, que los esfuerzos por poner un freno a la crisis se han estancado por las diferencias en torno a los mecanismos para incrementar el llamado Fondo Europeo para la Estabilidad Financiera (FEEF). Francia argumenta que la mejor manera para dotar de efectividad el fondo de rescate es convirtiéndolo en un banco que pueda acceder al financiamiento del Banco Central Europeo (BCE), a lo que se oponen tanto el BCE como el Gobierno alemán.
Agencias señalaban que el fondo de rescate del euro, dotado actualmente con 440.000 millones de euros, podría potenciarse, según un acuerdo franco-alemán, del que no se saben detalles, hasta casi 2 billones de euros. En Alemania hubo desmentidos.
También se espera que la cumbre de la Unión Europea (UE) que tendrá lugar el domingo en Bruselas pondrá en marcha una recapitalización bancaria en Europa, cuyo monto se cifra entre 200.000 y 300.000 millones de euros. El rescate de la entidad franco-belga Dexia, ocurrido hace unas semanas, puso en evidencia la fragilidad de la banca europea. Tras las pruebas de estrés practicadas a bancos europeos en julio pasado, Dexia obtuvo la calificación de sobresaliente.
Además, desde hace días hay negociaciones políticas con bancos acreedores para que acepten de manera voluntaria "condonar" hasta en un 50 por ciento su cartera de deuda soberana griega. Grecia está sumida en una recesión y se espera que su deuda general se eleve a 357.000 millones de euros este año, un 162 por ciento de su PIB anual, lo que, según expertos, difícilmente podrá ser devuelto.
Despedida a Jean Claude Trichet
En Fráncfort del Meno, Merkel subrayó la disposición de Alemania a reaccionar con mayor fuerza política a la crisis de endeudamiento. “Tiene que hacerse todo para salvar el euro y superar la crisis”, dijo Merkel en el marco de una ceremonia que despidió al presidente saliente del Banco Central Europeo (BCE), Jean Claude Trichet. Ese había sido inicialmente el motivo de la reunión. Después de ocho años de gestión, el banquero francés recibió elogios de los líderes europeos, si bien su legado se ve ensombrecido por una crisis que sigue manteniendo en vilo al bloque europeo.
La crisis transformó la ceremonia en una minicumbre antes de la cumbre a la que además de Merkel y Sarkozy y el sucesor de Trichet, Mario Draghi, acudieron figuras clave, entre ellos, el ministro alemán de Finanzas, Wolfgang Schäuble, su homólogo galo, Francois Baroin, la directora del Fondo Monetario Internacional, Christine Lagarde, el jefe del Eurogrupo, Jean Claude Juncker, el presidente de la Comisión Europea, Jose Manuel Barroso, así como el presidente del Consejo Europeo, Hermann van Rompuy.
España, en la cuerda floja
El tiempo apremia. La cumbre del domingo debe aprobar medidas para detener la crisis, como urgió el fin de semana pasado la cumbre de banqueros y ministros de finanzas del G-20, que agrupa a las naciones industrializadas y las emergentes.
El presidente de la comisión, José Manuel Barroso, exhortó a que surja una fuerte señal de la cumbre para que el fondo de rescate otorgue garantías que ayuden a países periféricos, como España. Dos de las principales agencias de calificación, Moody's y Standard & Poors volvieron a golpear rebajando la calificación de la solvencia española, previendo que el país podría entrar en recesión en 2012.
El mismo Trichet instó hace unos días a actuar rápido, pues se trata de una crisis sistémica que se ha trasladado a la banca y podría seguir afectando a otros sectores. En Fráncfort, al hacer un balance de su propia gestión, Trichet dijo que “la principal lección de la crisis es la necesidad de reforzar el gobierno económico”.
Autora: Eva Usi/ Dpa/ Reuters
Editora: Emilia Rojas