El largo camino de Serbia hacia la UE
15 de diciembre de 2015Desde la perspectiva de Belgrado, no hay alternativa a la negociación sobre el posible ingreso de Serbia a la Unión Europea: éste es un objetivo, ha dicho en varias ocasiones el primer ministro Aleksandar Vucic. Serbia solo tiene futuro dentro del bloque comunitario, según él.
También se ha pronunciado a favor de un rápido proceso de reformas. “En cuatro años, hasta finales de 2019, Serbia habrá cumplido su parte”, anunció Vucic hace pocos días, en Belgrado, luego de reunirse con el comisario para la expansión de la UE, Johannes Hahn. Depende del bloque comunitario definir cuándo estará dispuesto a recibir como miembro a Serbia, dijo.
Crisis económica
Serbia necesita inversiones urgentes. La tasa de desempleo es de 22 por ciento, y entre los jóvenes, uno de cada dos está en paro. El crecimiento económico pasó de un nivel negativo en 2014, a un previsible 0,5 por ciento para este año. El ingreso promedio neto es de 380 euros al mes. Como consecuencia, muchos jóvenes serbios altamente cualificados dejan el país y buscan nuevas perspectivas en Europa occidental y América del Norte.
El índice de libertad de prensa 2015, elaborado por Reporteros sin fronteras, coloca a Serbia en el sitio 67 de 180. Otra organización, Freedom House, afirma que Serbia es un país donde existen medios “parcialmente libres”. En una encuesta auspiciada por la Fundación Konrad Adenauer, nueve de cada diez periodistas serbios dijeron que la censura y al autocensura son comunes en su país.
La corrupción como enemigo
Al mismo tiempo, Serbia es un país en el cual la corrupción ha llegado a todos los niveles de la sociedad. En el Índice de Corrupción 2014, elaborado por Transparencia Internacional, Serbia está en el lugar 78 de 174. El periódico serbio “Blic” publicó hace poco un “catálogo de la corrupción”: por 300 euros se consigue una promoción escolar. Un título de doctorado cuesta cerca de 3.000 euros, y una licencia para construir, 1000 euros. Para recibir el tratamiento relacionado con el parto, cada futura mamá debe desembolsar 1000 euros.
Hace cinco años se fundó en Serbia una Agencia Anticorrupción, pero sus éxitos son discretos. “Nuestro gran problema consiste en que no podemos sancionar ni llevar ante la corte los casos que descubrimos”, señala Vladan Joksimovic, subdirector de la agencia. Los funcionarios señalados en casos de corrupción deben pagar multas muy bajas, y luego el caso llega a su fin. De once casos denunciados este año en niveles políticos o administrativos altos, solo uno llegó a tribunales.
La cuestión de Kosovo
Pero quizá la cuestión más difícil de resolver sea la de Kosovo, que hace ocho años se separó de Serbia y se declaró país independiente. Belgrado no lo reconoce como tal. En la constitución serbia, Kosovo es mencionado expresamente como parte de Serbia. Cinco de los 28 Estados de la UE, al igual que Rusia y China, no han reconocido hasta el momento la soberanía de Kosovo.
Dicho reconocimiento no es una condición previa para el posible ingreso de Serbia a la UE. Pero no es un secreto que algunos países, entre ellos Alemania, quisieran consagrar esta causalidad. “Si el reconocimiento de Kosovo es un requisito oficial para el ingreso a la UE, entonces nuestra respuesta será negativa”, dice Ksenija Milenkovic, directora del Buró de integración Serbia-Unión Europea.
Esto lo saben en Bruselas. Por eso, el comisario de expansión de la UE habla de un “proceso de normalización” en la relación bilateral. Johannes Hahn no desea precisar cuándo podrán ser consideradas “normales” las relaciones entre la UE y Serbia.
“No nos hacemos ilusiones. Sabemos que la expansión de la UE no está entre las prioridades de la agenda europea”, afirma Milenkovic, quien agrega: “por lo menos, durante esta comisión”. Al tomar posesión como presidente de la Comisión Europea, Jean-Claude Juncker lo dijo de modo muy claro: durante su gestión, que durará hasta 2019, no habrá una ampliación de la Unión Europea.