El legado de Shinzo Abe
8 de julio de 2022Para sus críticos, Shinzo Abe personificaba al Japón retrógrado, porque, como primer ministro, quiso dejar atrás el tema de la responsabilidad del país en la II Guerra Mundial. En 2015, en el septuagésimo aniversario del fin de la contienda, reafirmó anteriores muestras de arrepentimiento por acciones de guerra, pero ya no pidió disculpas.
Su promesa de forjar un "Japón fuerte y floreciente" recordaba el lema imperialista de "una nación rica, un Ejército fuerte", que data de la segunda mitad del siglo XIX. Quiso reformar la Constitución pacifista nipona, que a su juicio fue impuesta en 1946 por Estados Unidos, y reforzar el Estado. Pero nunca pudo cumplir ese propósito.
Sus partidarios lo veían como un reformista pragmático que fortaleció la economía y la alianza con Estados Unidos, "para que Japón nunca se convierta en una nación de segunda clase", como dijo una vez. Abe apostó por una laxa política monetaria y altos gastos fiscales, y selló importantes acuerdos comerciales con la Unión Europea y países del Pacífico. Japón abrió sus puertas más que nunca a trabajadores extranjeros, inversionistas y turistas. Y su Gobierno no acometió dolorosas reformas estructurales.
Acercamiento regional
Uno de los principales legados de Abe radica en haber acercado al país a la región asiática, con la que estrechó las relaciones económicas.
India y el Sudeste Asiático aplaudieron la influencia estabilizadora de Tokio, apuntó Yoichi Funabashi, jefe del Instituto del Asia Pacífico, cuando Abe renunció en 2020. La lucha de poder entre China y Estados Unidos, que arreció durante su período, forzó a Abe a un acto de equilibrismo entre ambas potencias. Logró ampliar la alianza de seguridad con Washington y al mismo tiempo evitar que se viera perjudicado el comercio nipón con China.
Pero muchos proyectos en materia de política exterior se empantanaron, sobre todo los relativos a un tratado de paz con Rusia y al esclarecimiento de lo ocurrido con japoneses que fueron secuestrados y llevados a Corea del Norte.
El logro de la estabilidad
El récord de duración de su Gobierno obedeció básicamente a dos factores: la bonanza de la economía nipona y la debilidad de la oposición.
Tras el caótico período marcado por el tsunami de 2011 y la catástrofe atómica de Fukushima, los japoneses buscaban estabilidad y, desde diciembre de 2012 hasta septiembre de 2020, se mantuvieron fieles al primer ministro Shinzo Abe. Diversos escándalos de corrupción no le hicieron mella.
"La estabilidad política puede destacarse como su principal logro", opina el experto alemán en Japón Sebastian Maslow. Y subraya también que Abe rehabilitó a los liberaldemócratas, tras años de luchas internas y múltiples escándalos financieros. Ahora, se encontraba en un acto de campaña electoral cuando un atentado acabó con su vida.
(ers/rml)