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El letargo de la sociedad engendra dictadores

Bulgarischer Autor Georgi Gospodinov
Georgi Gospodinov
17 de marzo de 2023

Si como sociedad no estamos preparados para despertar, nos destruirán las guerras y las catástrofes, según nuestro columnista, el multipremiado escritor búlgaro Georgi Gospodinov.

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Georgi Gospodinov, escritor búlgaro.
Nuestro columnista, el escritor búlgaro Georgi Gospodinov.Imagen: Italy Photo Press/IMAGO

"La guerra está en Europa y nosotros de camino al búnker. Y la sangre fluye de nuevo en el recipiente, en el que en realidad debería fluir la historia y la literatura".
Estas son las primeras palabras que escribí después del comienzo de la guerra contra Ucrania. Fue un estallido emocional que terminó así: "¿Y qué le voy a decir a mi hija esta noche cuando le he jurado noche tras noche que no habrá guerra? ¿Y cómo podemos siquiera explicar que la habitación infantil de este mundo no esté preparada para la guerra?".

Y esas noches transcurren así desde hace más de un año. No eran preguntas, era más bien desesperación y vergüenza de que se pudiera llegar a esta situación. Y miedo, claro, porque mi hija dormía en la habitación contigua. En un apartamento que estaba a un salto nuclear del escenario bélico. Y, de repente, me sentí abrumado por las normas que teníamos que aprender en las "clases militares" en la escuela hace mucho tiempo. Reglas totalmente insensatas, por supuesto: no debes mirar en dirección al hongo atómico, porque estropea tus ojos, o tienes que alejarte de las ventanas para evitar que los cristales te hieran después de la detonación. 

El miedo nuclear despertó


No sabía si tenían sentido o no, pero lo que sí sabía con certeza era que el botón rojo del miedo nuclear ya había sido presionado. Rápidamente, supe que estas reglas, estúpidas o no, tenía que enseñárselas a mi hija en cuanto despertara.

Luego, la guerra se desarrolló de manera convencional: avance de tanques, fuego de artillería y cuerpos humanos mutilados. Y, de alguna manera, ignoramos el miedo nuclear, pero sin olvidarlo del todo. Putin no logró tomar Kiev en cuestión de días o semanas y los ucranianos tampoco ondearon la bandera blanca, como él esperaba. Pero, de repente, un año después, volvió a despertar el miedo nuclear durante un discurso, Y no solo con insinuaciones y retórica, sino también de manera activa cuando él interrumpió el tratado de desarme nuclear New Start.

El escritor Georgi Gospodinov con su hija.
El escritor Georgi Gospodinov y su hija.Imagen: privat

Mesa de juego destruida


Probablemente, fue una declaración de bancarrota a la guerra convencional. Porque la última forma de salir de una guerra convencional fallida es, probablemente, sacando la carta del triunfo nuclear de la manga y cambiando o destruyendo la mesa de juego.

Y destruir la mesa de juego significa asolar el mundo entero. Puede que algunas ratas e insectos sobrevivan al igual que algunos árboles de ginkgo biloba, que sobrevivieron a la Edad de Hielo y a la bomba de Hiroshima. Esto incluso podría tener un significado simbólico, ya que las hojas de ginkgo biloba ayudan a preservar la memoria, es decir, esos árboles guardarán para siempre nuestra recuerdo del desastre, pero en un mundo desierto, donde no se podrá traspasar dicha información a nadie.

Personas que aúnan la humanidad


Pero bueno, aún seguimos vivos. Sí, Europa se ha vuelto más defensiva y firme en su apoyo a Ucrania. ¿Y mi país de origen, Bulgaria? Por los medios de comunicación alemanes nos enteramos de que nuestro pequeño y pobre país ha entregado grandes cantidades de armas y municiones a Ucrania en un momento muy difícil. 

Y luego hay gente como Manol Peikow. Un hombre que aunó la energía de miles de ciudadanos dispuestos a donar y, en comparación en Europa, entregó quizá la mayor cantidad de generadores de energía a Ucrania. La fuerza de personas como Manol es una señal de que tenemos un enorme potencial humano. ¡Hay que decirlo en voz alta!

Asesinato en masa 


Lamentablemente, también existe lo contrario, no debemos hacer la vista gorda. También hay otros camiones búlgaros repletos de seres humanos vivos, convertidos en sarcófagos móviles a mitad de camino. El fallecimiento de 18 personas asfixiadas en una parte secreta de un camión en Bulgaria fue, en realidad, un asesinato en masa. La opinión pública no reaccionó ante el suceso, ¿quizá porque las víctimas no eran búlgaras?

En el caso búlgaro, los últimos meses en guerra y con catástrofes también se pueden contar a través de los camiones. Los que han entregado ayuda militar, generadores, ropa y alimentos a personas necesitadas a través de varias fronteras. Y los otros que secretamente traficaban personas a través de las fronteras.

La pregunta crucial para nosotros es: ¿estamos listos para detener estos "otros" camiones? ¿Estamos preparados para despertar? ¿Estamos preparados para señalar la corrupción institucional y humana con el dedo? La exterior, pero también la corrupción en nosotros mismos.
Pero, ¿qué tiene eso que ver con la guerra? Mucho más de lo que parece. Porque una sociedad aletargada genera dictadores, guerras y desastres. Ninguna sociedad es inmune. Tampoco la nuestra.

 

Georgi Gospodinov (nacido en 1968) es el escritor búlgaro contemporáneo más traducido de su país.. Recibió el Premio Angelus de Literatura Centroeuropea (2019) y el Premio de Literatura Jan Michalski. Su última novela, Time To Go, fue traducida a 17 idiomas y fue nominada al Premio Booker de este año.

Nota de corrección: en una versión anterior escribimos que Putin "se retiró del tratado de desarme nuclear START II". Sin embargo, se trata de "New Start". Además, Rusia iterrumpió dicho contrato no lo rescindió. Pedimos disculpas por los errores ya corregidos.

 

(rmr/ms)