"El Otro" cineasta
25 de enero de 2007Entre las películas que postulan al "Oso de Oro" de la Berlinale se encuentran dos latinoamericanas."El Otro" es una de ellas, una película argentina escrita y dirigida por Ariel Rotter, un realizador de sólo 33 años que estudió en la "Universidad del Cine" en Buenos Aires.
"El Otro" trata la historia de un hombre inseguro y descontento con su vida, que en un viaje de negocios decide tomar la identidad de otra persona. Este es su segundo largometraje. "Sólo por hoy" fue el primero, que participó en la Berlinale 2001, no en competencia sino en una de las secciones paralelas.
DW-WORLD: ¿Qué esperas de la Berlinale?
Ariel Rotter: Es una hermosa noticia; que nos hayan seleccionado ya es un premio. Es un modo muy bonito de terminar esta película, porque fue mucho el tiempo y el esfuerzo invertido en concretarla. Mi película es simple y oscura, pero tengo muchas expectativas de que el público la disfrute.
DW-WORLD: ¿Cúantos meses demoraste en hacer "El Otro"?
Ariel Rotter: Entre que empecé a escribirla y la terminé, han pasado ya cuatro años.
DW-WORLD: "El Otro" fue una coproducción con Alemania y Francia. ¿Son las coproducciones internacionales una tendencia en el cine argentino?
Ariel Rotter: Más que una tendencia son una necesidad, porque es muy difícil hacer cine en Argentina, sobre todo el cine que no es tan comercial. De algún modo las coproducciones te dan más proyección internacional. Esta película tuvo apoyo económico de Holanda del "Hubert Bals Fund", del "Instituto Nacional de Cine y Artes Audiovisuales", del "Fondo Vision Sudest" de Suiza y del "World Cinema Fund" del Festival de Berlín.
DW-WORLD: ¿Crees poder llevarte un "Oso" para la casa?
Ariel Rotter: Como lo dije antes, ya es un premio el estar en la competencia. Los premios son algo irrelevante cuando no te los dan, pero lindo cuando te los dan. Uno hace cine para contar una historia. Si viene un premio será una hermosa alegría que durará 24 horas.
DW-WORLD: ¿Qué expectativas tienes con "El Otro"?
Ariel Rotter: Las expectativas en el plano íntimo van más allá del juicio del público. En el plano privado tienen que ver con cuánto de uno está representado en la película. En el plano social de la película, uno tiene la expectativa de saber qué le sucede al otro al verla, cuánto puede resonar adentro de cada espectador lo que uno tenía para decir. Me estimulan las sensaciones que recorren al espectador y ver si esas sensaciones de algún modo tienen que ver con las que tuve yo al hacerla.
DW-WORLD: ¿No es autobiográfica?
Ariel Rotter: No es necesariamente autobiográfica. Es cine que trata sobre algo que crees conocer. En lo que yo hago, me interesa filmar o escribir cosas que conozco o creo conocer y no sobre cualquier cosa.
DW-WORLD: ¿Qué mensaje quieres transmitir con esta película en la que el protagonista tiene una crisis existencial?
Ariel Rotter: No atraviesa una crisis existencial, el personaje experimenta una sensibilidad particular en una época de su vida. El protagonista recorre un camino que tiene que ver con el cuerpo y el paso del tiempo. Así de un modo inocente toma prestada otra identidad.
DW-WORLD: ¿Cuáles son las tendencias narrativas en el cine argentino?
Ariel Rotter: El cine argentino tiene mucha diversidad. Se hacen 50 películas por año. Lo que existe es una tendencia al cine de autor, también cine documental y de alto contenido político. Se conciben las escenas de las películas de un modo valiente y fuertemente ligado con la tradición europea. Argentina como sabes, está construido, por inmigrantes europeos, de ahí viene el lazo y el gusto por lo europeo. Hay una cultura cinematográfica más poderosa si se compara con otros países de Sudamérica.
DW-WORLD: ¿Se puede vivir del cine en Argentina?
Ariel Rotter: No, porque te toma seis años armar una película. No se trabaja con presupuestos que permitan vivir de eso.
DW-WORLD: ¿De qué vives?
Ariel Rotter: Esa es una pregunta que aún me hago.
DW-WORLD: ¿Qué futuro le ves al cine latinoamericano?
Ariel Rotter: Depende del cuidado que el Estado tenga sobre el cine. No hay una suerte de apoyo oficial como en el cine americano, el cine latinoamericano es un camino difícil, pero ha dado buenos resultados.