El papa y el rey: Francisco visita el Reino de Marruecos
Cuando el papa viaja, a menudo moviliza a miles de creyentes. En otras ocasiones, menos: por ejemplo, cuando visita un país musulmán. Las imágenes serán menos monumentales, pero definitivamente más inusuales.
Cielo gris, ropa colorida
El rey de Marruecos Mohamed VI recibe al papa Francisco en el aeropuerto Rabat-Salé. Las brillantes túnicas y sombrillas contrastan con el gris del día lluvioso. El otro contraste es el religioso: el jefe de la Iglesia Católica Romana visita Marruecos, un país en el que casi el 99 por ciento de la población es musulmana.
Mucha lluvia, pocos espectadores
Esta es la segunda visita del papa Francisco a un país musulmán en un plazo de dos meses. En febrero, estuvo en los Emiratos Árabes Unidos, firmando un documento sobre el diálogo interreligioso. En Rabat, el clima impidió que se tomaran hermosas fotos al aire libre. Para la mayoría de los marroquíes, la visita del papa no fue muy importante.
El jefe de los fieles
El diálogo interreligioso es central para el papa Francisco, al igual que para el rey Mohamed VI, quien se llama a sí mismo el jefe de los fieles. El rey no solo se considera el jefe de los aproximadamente 35 millones de musulmanes en Marruecos, sino también de los aproximadamente 23.000 católicos y los pocos judíos del país.
Visita al mausoleo
Durante su estancia de dos días, el papa Francisco también visitó el mausoleo del Rey Mohamed V, quien fue el primer rey de Marruecos (1957-1961) después de que el país se independizara de Francia. El actual rey Mohammed VI es su nieto. El papa Francisco escribió en el libro de visitas del mausoleo.
Encuentro con los jóvenes…
Francisco se mostró visiblemente complacido en un encuentro con niños en la catedral de Rabat. En su discurso, el papa advirtió contra el proselitismo ofensivo, ya que esto "siempre lleva a un callejón sin salida". En Marruecos, la transmisión del mensaje cristiano a los musulmanes está prohibida.
…y los viejos
Gran homenaje le rindió Francisco a Jean-Pierre Schumacher, el último sobreviviente de la masacre de Tibhirine en Argelia. Durante la guerra civil de 1996, siete monjes del monasterio local fueron secuestrados y posteriormente asesinados. Un grupo terrorista había tratado de liberar a su líder.
Estar cerca al pontífice
Como es habitual durante sus visitas, muchos creyentes buscan acercarse al papa para poderlo tocar, si no de la mano, al menos la manga. Las monjas no pudieron ocultar la alegría de estar cerca de Francisco en el momento en que este abandona la catedral católica de San Pedro en la capital marroquí de Rabat.
"En el corazón de la Iglesia"
Del mismo modo, Francisco mostró estar satisfecho con la visita a la organización católica Cáritas, donde se reunió con unos 60 inmigrantes. El destino de los migrantes en África fue tema central de su viaje. "Ustedes no están marginados. Todo lo contrario: están en el corazón de la Iglesia", dijo.
Gran cierre
Aunque el papa Francisco está acostumbrado a reuniones más grandes, la misa final de su visita ha sido la misa católica más grande que se haya celebrado en Marruecos. Según los organizadores, 10.000 personas de 60 países estuvieron en la ceremonia. Durante la misa, el papa advirtió contra "mentalidades sesgadas y divisivas" y condenó la exclusión de las minorías.