El parque: equipo de aire acondicionado
17 de diciembre de 2013En Alemania, diariamente es cubierta con hormigón una superficie de 50 canchas de fútbol. Eso tiene grandes consecuencias para el clima en las ciudades. Cuanto más densa es la edificación, mayor es el efecto de “isla de calor”. En el centro de una metrópoli como Hamburgo puede registrarse una temperatura tres grados mayor que la de su periferia. Cuán importante es que en las ciudades continúen existiendo superficies no selladas demuestran los resultados de un proyecto en cuyo marco científicos analizaron la influencia de los suelos de tierra libre sobre el clima en la ciudad.
Todos lo conocemos: cuando en un agobiante día de verano nos trasladamos a un parque, de inmediato nos sentimos mejor. No solo por que se trata de un entorno más verde y calmo que el que reina en las calles, sino también porque la temperatura es menor. La causa: por un lado no hay ni muros de edificios ni calzadas asfaltadas, que absorben y entregan el calor al entorno; por otro, la superficie no sellada permite la evaporación de agua de la tierra, que hace más fresco el parque.
¿Pueden los parques amortiguar incluso los efectos del cambio climático? Para responder a esa pregunta, un equipo de investigación de Hamburgo creó el proyecto HUSCO (Hamburg Urban Soil Climate Observatory). Para determinar cuán fuertemente enfrían los parques el entorno, los investigadores instalaron varias estaciones de medición en la ciudad. Una de ellas, por ejemplo, en terrenos blandos con un alto nivel de aguas freáticas y otra en un área más seca, con bajo nivel de aguas subterráneas.
Sensores en el suelo
Las estaciones miden la temperatura, la velocidad del viento y la humedad ambiental. Sensores miden además la temperatura y la humedad en el suelo, desde inmediatamente debajo de la superficie hasta una profundidad de 1,60 metros, explica la profesora Annette Eschenbach, de la Universidad de Hamburgo, experta en suelos y directora del proyecto.
Las estaciones registran datos desde hace ya tres años. El resultado: “Cuando llueve poco, diversos lugares se secan en forma diferente”, dice Eschenbach. Los suelos húmedos reciben más agua de las capas freáticas y se secan menos rápidamente que suelos con un más bajo nivel de aguas subterráneas.
Los investigadores constataron además que suelos húmedos hacen disminuir la temperatura en su entorno más que suelos secos. En un parque reina en promedio anual una temperatura medio grado más baja que en su entorno. “Eso significa que los parques poseen una gran importancia para el clima local”, resalta Eschenbach.
Cuanto más húmedo, más eficaz
Menos suelos asfaltados en la ciudad podrían ser un importante elemento en la adaptación al cambio climático. “Crear más parques es siempre muy positivo para el clima en la ciudad”, dice Eschenbach. “Pero, de acuerdo con el resultado de nuestras investigaciones, quedó claro que sobre todo tienen sentido en lugares húmedos, porque allí su función de refrigeración es más efectiva”, agrega.
La creación de más parques se contrapone a los planes de construir un mayor número de viviendas en las ciudades en Alemania, para que bajen los alquileres. Por eso es de temer que el efecto de “isla de calor” se siga agudizando, no solo por la creciente densidad de la edificación, sino también por el cambio climático global. Vistos los resultados de las investigaciones, los planificadores urbanos deberían, sin embargo, tener en cuenta que a veces menos es más.