El pasajero es Rey

Supongamos que es usted un pasajero de una línea de bajo costo, ha comprado su boleto y tiene reservado un lugar. En el momento de facturar, el personal de la compañía le comunica que su vuelo está sobrevendido y que tiene que tomar uno más tarde. Esta es una situación corriente que vive alrededor de un cuarto de millón de personas cada año en la Unión Europea. Entre las sorpresas que le depara la línea aérea al momento de embarcar, se encuentra la repentina anulación de vuelos sin previo aviso y los retrasos, que lo obligan a pasar horas en el aeropuerto.

Volar, más barato que viajar en tren

Buena parte del problema se deriva de la pugna creciente entre las líneas aéreas por las tarifas más bajas. Volar en Europa es tan o más barato que viajar en tren, lo que ha dado un impulso inusitado al tráfico aéreo. No es de sorprender que los pasajeros se conviertan con demasiada frecuencia en víctimas de prácticas por las que debieran recibir por lo menos una compensación. Los Ministros del Exterior de la UE, acordaron regular los derechos de los pasajeros de avión a nivel europeo. A partir del próximo año, los pasajeros afectados por la sobreventa de boletos recibirán una indemnización de entre 250 y 600 euros. Las indemnizaciones por sobreventa de boletos tendrán indemnizaciones en función del número de kilómetros y el tipo de vuelo.

También las aerolíneas baratas

En las cancelaciones de vuelos de menos de 250 kilómetros, el afectado recibirá 250 euros, cantidad que se elevará a 400 euros para los trayectos entre 1500 y 3500 kilómetros y a 600 euros para los superiores a esta distancia. Además, la línea aérea está obligada a reembolsar el costo completo del boleto de avión y en caso de retrasos reducir la espera con alimentos y refrescos y hasta con alojamiento en hotel cuando el retraso sea mayor de cinco horas o cuando el pasajero se vea obligado a pernoctar. Este tipo de medidas ya eran practicadas por las líneas aéreas ‘establecidas’, pero ahora también las líneas aéreas ‘baratas’ tendrán que sujetarse a estos lineamientos.

Se prevé que el reglamento entrará en vigor a partir de la primavera del 2005. Las aerolíneas no estarán obligadas a pagar compensaciones en caso de trastornos climatológicos, huelgas de pilotos o trabajadores de la aerolínea y tampoco cuando los trastornos sean provocados por amenazas o atentados terroristas. El nuevo reglamento sustituirá al vigente que data de 1991, que no contempla mecanismos legales para disuadir eficazmente a las compañías a cubrir las anulaciones por razones comerciales o grandes retrasos. Tampoco se aplica a los vuelos no regulares, fletados por operadores turísticos.

Lobby se resiste

El gobierno alemán se opuso inicialmente al nuevo reglamento y en el momento de la votación se abstuvo. En contra del acuerdo votaron Irlanda y el Reino Unido, ambos opuestos a estas compensaciones que no interesan a sus nuevas compañías chárter. En Bruselas, la Asociación de Aerolíneas Europeas, AEA, expresó gran preocupación por la decisión adoptada. El portavoz de la organización, Paul Vandermoere, dijo que la Asociación considera presentar una demanda ante el tribunal europeo en Luxemburgo. La organización es techo de 31 aerolíneas europeas, entre ellas la alemana Lufthansa. La abstención y rechazo de Alemania, Irlanda y el Reino Unido es el principal argumento para rebatir la legitimidad del acuerdo, pues estos tres países representan la mayor parte de la industria de la aviación europea. Además, la organización recrimina falta de claridad en la definición de los términos de ‘retraso’ y cancelación’.