“El problema no acaba con el fin del Tour de Francia”
27 de julio de 2007En el año 2003, la Agencia Nacional Antidoping (NADA) pasó a sustituir en Alemania a la Comisión Antidoping: se quería una nueva institución más independiente de los organismos deportivos.
Desde 2003, la NADA investiga, analiza y conciencia. Pero en el despacho de Ulrike Spitz, directora de comunicación de la agencia, nunca había sonado tanto el teléfono como en las últimas semanas. Los escándalos en el ciclismo que precedieron al Tour de Francia, y continúan con cada etapa de la vuelta, han condenado a la carrera a un segundo plano y reservado a los casos de dopaje las primeras páginas de los periódicos.
Y Ulrike Spitz descuelga el teléfono para poder hablar con DW-WORLD.
DW-WORLD: ¿Cómo han evolucionado en estos años los métodos de dopaje?
Ulrike Spitz: Por desgracia, el dopaje se ha ido perfeccionando. Pero, por suerte, se han perfeccionado también los análisis: año tras año se pueden detectar más sustancias prohibidas.
Al principio, el doping sanguíneo se hacía sólo por medio de transfusiones de sangre ajena, lo que es bastante peligroso porque resulta muy fácil contraer infecciones. Cuando la eritropoyetina, la famosa hormona EPO, salió al mercado, era imposible de detectar y se convirtió en la forma moderna de dopaje. Desde 2001, la EPO es detectable. Ahora se vuelve de nuevo a las transfusiones de sangre, no sólo con sangre ajena sino también propia, que se extrae meses antes del cuerpo y vuelve a inyectarse cuando va a comenzar la competición.
DW-WORLD: ¿Qué se consigue con una transfusión de sangre?
U. S.: La transfusión de sangre tiene el mismo efecto que el doping con EPO: hace aumentar los glóbulos rojos, lo que facilita el transporte de oxígeno en la sangre y con ello se mejora el rendimiento.
DW-WORLD: Para poder detectar un dopaje cada vez más refinado se requiere investigación…
U. S.: Sí. Nosotros tenemos dos laboratorios que se encuentran entre los mejores del mundo. Ahora están trabajando en un test para detectar el consumo de anabólicos. Aún no está listo, pero lo estará pronto y habrá algo más para añadir a la lista de lo detectable.
DW-WORLD: ¿Qué alcance tienen los controles antidoping hoy por hoy?
U. S.: Un control al 100% es imposible. Tampoco es ese el objetivo. Es muy importante que los controles se lleven a cabo de forma inteligente, que es lo que intentamos hacer nosotros: vemos cómo se desarrollan las temporadas y dónde se encuentran las fases en las que existe mayor riesgo de dopaje, como por ejemplo cuando el deportista se está preparando para una competición importante. Entonces aparecemos y le hacemos una prueba.
DW-WORLD: ¿Aparecen siempre por sorpresa?
U. S.: Los controles son todos por sorpresa, lo que normalmente funciona pero no siempre, porque antes de poder someter a un atleta a un control antidoping hay que encontrarlo. No se puede evitar que, por ejemplo, los ciclistas se encuentren en ese momento entrenando con sus bicicletas. Si llegamos al hotel y preguntamos por ellos y no están, tenemos que volver al cabo de unas horas. Si en ese momento hay alguien del equipo en el hotel y se entera de que hemos ido, tiene tiempo de avisar a sus corredores.
El ciclismo en el punto de mira. ¡Siga leyendo!
DW-WORLD: El ciclismo se encuentra en estos momentos en el centro de todas las críticas. Pero, ¿qué sucede en otros deportes? ¿Están igualmente afectados por el dopaje?
U. S.: La NADA controla todos los deportes por igual, aunque es cierto que el ciclismo está en este momento en el punto de mira: porque se está desarrollando el Tour y porque el ciclismo ha vivido una oleada de confesiones que no ha alcanzado aún a otros deportes. Pero si se tiene en cuenta el número de resultados positivos en las pruebas antidoping, no hay grandes diferencias entre el ciclismo y otras disciplinas.
DW-WORLD: Hoy hace 10 años, Jan Ullrich ganó su primer y único Tour. Al contrario que algunos de sus colegas, Ullrich no ha querido hablar sobre el doping en el equipo Telekom. Ahora está retirado del ciclismo. ¿Qué importancia tendría una confesión de Ullrich?
U. S.: Las confesiones son muy importantes porque sólo así se puede avanzar. Se necesita información, saber cómo funcionan las redes del dopaje para poder luchar contra ellas. Y, por otro lado, si queremos realmente lograr un deporte limpio, es importante que los deportistas se sinceren. Algunos ya lo han hecho. En el caso de que Ullrich tuviera algo que contar, sería deseable que lo hiciera.
DW-WORLD: Hay quien está a favor de incluir en el código penal sanciones para los ciclistas que se dopen. ¿Qué opina usted?
U. S.: Yo creo que el deportista debe ser sancionado dentro de los límites de su mismo deporte. Para nosotros es más importante desmantelar la red que funciona tras el dopaje, y que el deportista nos ayude a dar con quienes le proporcionan las sustancias prohibidas. Dos años de suspensión es para un deportista una sanción bastante dura. Con eso basta.
DW-WORLD: ¿Existe algún deporte sin doping?
U. S.: No. Muchos países tienen un buen sistema para combatir el crimen, pero no lograrán nunca una sociedad en la que el crimen no exista. Lo mismo sucede con el deporte. Las reglas están ahí, pero siempre habrá alguien dispuesto a romperlas. Aunque yo no pierdo la esperanza.
DW-WORLD: Las próximas olimpiadas están a la vuelta de la esquina, ¿continuará el debate en torno al doping con cada caso que se descubra en Pekín?
U. S.: Sí, tiene que continuar. Y tiene que continuar a nivel internacional. Es un gran problema y el problema no acaba con el fin del Tour de Francia.