La misión futbolística alemana continúa
8 de julio de 2010El Mundial que unió al país
Desde Amsterdam, pocos días antes de que la selección holandesa se dispute el trofeo en la final, el diario de Volkskrant ve el fútbol como un espejo de la sociedad: “en la percepción colectiva los jugadores de hoy se han liberado del egocentrismo de sus antecesores. Son héroes sin ornamenta. Así nos gusta verlos. Hasta ahora el Mundial ha sido bueno para nuestro país y reforzó el sentimiento de unión. Habrá que ver si este buen ambiente se debe solamente a las altas expectativas depositadas en el juego final el domingo. Porque entonces la euforia podría también fácilmente convertirse en una profunda depresión.”
Pulpo vidente acierta nuevamente
En Francia, luego de la penosa actuación de “les Bleus” durante este torneo, los temas que ocupan a la nación son de otra índole. Sin embargo, los franceses siguen de cerca el desenlace del mundial de fútbol. La Presse de la Manche de París constata: “el pulpo tenía razón (…) había vaticinado un triunfo español (…) y un solo pequeño gol alcanzó para que España se enfrente ahora a los Países Bajos en la final, el domingo. Alemania tenía la esperanza de que en el hermoso estadio de Durban se les diera la revancha de la Copa Europea, de la cual había salido victoriosa España. Pero los españoles reincidieron. Y, efectivamente, ellos y los neerlandeses juegan el fútbol más eficiente.”
“España es una gozada”
Obviamente toda España estalla de alegría y orgullo por su selección nacional. Es la primera vez en la historia del mundial que un equipo español llega a la final. El País de Madrid se deleita con las cualidades de sus jugadores, a nivel emocional y hasta artístico: “Si el fútbol es un depósito de sentimientos, España es una gozada. Si el fútbol es arte y épica, España es el equipo a seguir. En su partido frente a la temible y deslumbrante Alemania lo tuvo todo, fue sublime en el juego y también supo remangarse cuando fue preciso. Gobernó de etiqueta y con jerarquía a una selección que parecía inabordable, por su presente y su heráldico pasado. El conjunto de Del Bosque lo hizo como es él, (…) con ese delicioso punto de descaro que define a este grupo de desacomplejados futbolistas. (…) Hoy España es un equipo, sin banderas ni las ventajistas demagogias de un pasado tenebroso.”
Alemania desprevenida
El rotativo Neue Zürcher Zeitung de Zürich analiza el brillante juego español y lamenta que los alemanes no lograran el dominio demostrado en encuentros anteriores: “(…) en el 4 a 1 contra Inglaterra (octavos de final) y en el 4 a 0 contra Argentina (cuartos de final) el equipo de Löw todavía jugaba perfectamente bien organizado y seguro de sí mismo. Los jugadores rotaban con sorprendente intuición en las posiciones ofensivas y mantenían la pelota en las propias filas. Los alemanes aislaron así a Rooney, Messi, Higuain o Tevez de sus compañeros. Pero contra los españoles no lograron esto ni por asomo. El equipo español practicó una especie de presión extrema: hasta cuatro jugadores intentaban ya en el medio campo contrario impedir que se armara el juego alemán, estando aún muy lejos de la línea central. Esto es increíble – por no decir magistral.”
Equipo joven de gran futuro
En Alemania, si bien se lamenta que la selección nacional no haya alcanzado la final, no se ve el juego perdido ante España como un fracaso. Joachim Löw logró sorprender con su equipo al mundo entero y debería seguir en su función, opina desde Fráncfort del Meno el matutino Frankfurter Allgemeine Zeitung: (…) En Sudáfrica se impuso el instinto de juego de un cuadro multicultural, que combinaba eficiencia con el disfrute del fútbol, dejando muchas veces atónitos a los espectadores. (…) Löw debería ser consecuente y seguir adelante. Él tiene puede llegar a ser uno de los grandes entrenadores en las historia del fútbol alemán. Pero como no ha completado aún su misión, es de esperarse que su ambición personal siga inquebrantable. Al no haber concluido aún su tarea, no debería dimitir antes de tiempo.
Autora: dpa / Valeria Risi
Editor: Pablo Kummetz