El renacimiento del cómic
Durante mucho tiempo, los cómics solo eran aptos para niños, pero ahora son objeto de culto. En Bonn se presenta una exposición de este género polifacético con ejemplares que van desde el surrealismo al arte underground.
Going mad
“Historias para enloquecer” era el original título de la revista satírica estadounidense “Mad” que se lanzó en 1952. En un principio parodiaba a superhéroes, pero la revista se convirtió pronto en un cómic de culto norteamericano. La publicación sigue vive en la actualidad y sale cada trimestre para parodiar la política, la sociedad y la cultura. Esta imagen es del volumen 11, de 1954.
Surrealismo en el país de los sueños
¿Quién lo hubiera pensado? Los primeros surrealistas del siglo XX no exponían en las galerías más famosas del mundo, sino en tiras de cómics. Entre ellos estaba Winsor McCay. Esta imagen corresponde a su obra “El pequeño Nemo en la tierra de los sueños” (Little Nemo in Slumberland), publicado en 1907. Artistas como él ya experimentaban desde los inicios del siglo XX con elementos de vanguardia.
Los enredos de Goldberg
Las famosas viñetas de Rube Goldberg mostraron que en los cómics también se podía innovar. Goldberg desafió a los espectadores con retratos de complejas reacciones químicas en lugar de la tradicional tira cómica. Hoy en día, el término “Goldbergiano” todavía se emplea para designar algo fantásticamente complicado y una apariencia improvisada.”
Extraño y absurdo
Contextos absurdos y personajes extraños conforman el mundo de “Krazy Kat”, creado por el dibujante dadaísta, George Herriman. Este creador no obedece a las normas clásicas de la tira de cómic. Aquí, la luna estaría representada como una tajada de melón o una montaña. como un semicírculo con una pelota. A partir de 1916, Herriman también creó historias absurdas para diarios.
Esbozando la catastrofe nuclear
En 1982, se publicó en Alemania la obra “Hadashi no Gen” (Barefoot Gen) del artista japonés Keiji Nakazawa. Fue el primer cómic manga en el país germano. Nakazawa representó el ataque nuclear a Hiroshima de 1945 en 10 volúmenes con un total de 2.500 páginas. La obra también contiene detalles autobiográficos. Los dibujos se conservan ahora en el Museo Memorial de la Paz de Hiroshima.
Historias callejeras
En sus inicios, Robert Crumb imprimía sus cómics en el sótano de un amigo y los vendía en un festival callejero local. Hoy, es considerado como uno de los primeros representantes del cómic underground. Al ser independiente de cualquier editorial, no tenía problemas de limitación de contenidos. Algunas de sus obras rebosan violencia y sexo. Esta imagen corresponde a “Girl Commandos", de 1969.