¿El retorno de Berlusconi?
11 de abril de 2008En el exterior, a muchos les cuesta dar crédito a las encuestas que atribuyen un margen de ventaja superior al cinco por ciento a Silvio Berlusconi para los comicios parlamentarios de este domingo y lunes. Al fin y al cabo, en las dos oportunidades en que ocupó la jefatura del gobierno de Roma, el zar de los medios de comunicación italiano dio más que hablar por sus permanentes disputas con la Justicia y sus declaraciones polémicas que por su gestión como estadista. En Alemania, por ejemplo, se recuerda el episodio en que comparó al europarlamentario germano Martin Schultz con un “capo” de campo de concentración nazi. Y no fue ese su único desliz verbal.
El atractivo del éxito
Pero la imagen de Berlusconi en su país parece ser diferente. El éxito económico del político derechista, que pretende retornar al gobierno al frente de la agrupación “Pueblo de la Libertad”, sigue confiriéndole atractivo. A fin de cuentas, se trata de uno de los hombres más ricos de Italia, con una fortuna que la revista Forbes cifró en 12.000 millones de dólares. Y muchos confían en que su capacidad empresarial pueda servir también para labrar un mayor bienestar para Italia, actualmente presa del estancamiento.
Berlusconi no se siente responsable de no haber llevado adelante las reformas necesarias cuando estuvo en el poder. Achaca las falencias a sus antiguos aliados y asegura que esta vez todo será distinto. Lo que no ha cambiado, sin embargo, es su peculiar estilo, que volvió a dejar en evidencia durante la campaña electoral con declaraciones como la de que las mujeres del bando derechista son más hermosas que las del de la izquierda y propuestas como la de que los fiscales deberían ser sometidos a exámenes periódicos de su estado mental.
El Barak Obama italiano
Su contendor en las elecciones, Walter Veltroni, es un hombre mucho más mesurado. Nacido en las filas del comunismo, se alzó como esperanza de la izquierda italiana gracias, entre otras cosas, al buen papel que realizó como alcalde de Roma. No obstante, algunos analistas consideran que el prematuro quiebre la coalición de Romani Prodi lo puso demasiado pronto ante el reto de disputar la jefatura de gobierno. Periodista de profesión y con 52 años de edad, él prefiere ver su candidatura como una oportunidad para el cambio y ofrece construir una nueva Italia, emulando las promesas de Barak Obama en Estados Unidos.
Pero Washington no es Roma y aquí el mensaje renovador no parece impresionar con igual intensidad. En consecuencia, los sondeos dan por ganador a Berlusconi, al menos en la Cámara de Diputados. Diferente es la perspectiva en el Senado, donde la pelea se augura reñida. Incluso hay quienes especulan acerca de una posible cooperación entre Berlusconi y Veltroni tras las elecciones, en vista de que ambos desistieron de combatirse con artillería demasiado pesada en la campaña. Pero eso resulta difícil de imaginar cuando uno de los protagonistas es una figura tan peculiar como Silvio Berlusconi.