El rol de Wikileaks en la huida de Snowden
28 de junio de 2013Revelaciones espectaculares y un informante, Julian Assange, que se les escapa de las manos a las autoridades de EE. UU.: los tiempos en los que Wikileaks ocupaba los titulares del mundo ya pertenecen al pasado. Ya casi nadie recuerda tampoco el polémico video en el que se ve a soldados estadounidenses fusilar a civiles iraquíes. Assange, el fundador de Wikileaks, todavía permanece en la embajada ecuatoriana en Londres. Las donaciones a dicha plataforma también disminuyeron aceleradamente luego de que empresas de tarjetas de crédito y servicios de pago online se unieran en un boicot. Hasta la semana pasada, Wikileaks parecía amenazada de extinción, hasta que anunció en su portada que el informante Edward Snowden había solicitado ayuda a Wikileaks y estaba buscando asilo político.
En una entrevista, el exempleado de la CIA, se dirigió a la opinión pública para revelar los métodos utilizados por los servicios secretos de EE. UU. y de Gran Bretaña. Desde ese momento, Snowden, de 30 años, huye de las autoridades estadounidenses. Se le acusa de espionaje. Si es atrapado, le espera una larga condena en prisión. Para Wikileaks, ayudar a Snowden era algo natural, dijo el periodista islandés Kristinn Hrafnsson, portavoz de esa plataforma, a Deutsche Welle: “Somos aliados porque conocemos la importancia de los informantes. Es por eso que se sobreentiende que le ayudaremos”.
Apoyo jurídico
Wikileaks ofrece, sobre todo, asesoría legal, explica Hrafnsson. Los abogados de esa plataforma ya reunieron suficiente experiencia gracias a las solicitudes de asilo de Julian Assange. Wikileaks también ayudó a Snowden derivando sus pedidos de refugio a los diferentes países, como señaló Hrafnsson hace pocos días: “Por supuesto, comuniqué al Gobierno de Islandia la noticia de que Edward Snowden buscaba asilo en ese país. Y cursamos pedidos similares a otros países”. Pero la búsqueda aún no tuvo eco. El domingo, Snowden logró abandonar Hong Kong volando hacia Moscú. Pero el informante no estaba solo en ese vuelo: lo acompañaba personal de Wikileaks, entre ellos, Sarah Harrison, una experiodista y estrecha colaboradora de Julian Assange. Se suponía que su meta era llegar a Ecuador pasando por Cuba y Venezuela. Assange explicó que Wikileaks pagó el vuelo y la estadía. Sin embargo, el asiento de Snowden en el avión de Aeroflot permaneció vacío. Se presume que Snowden tuvo problemas con su pasaporte, que el Gobierno de EE. UU. había declarado inválido.
A eso se suma que EE. UU. amenaza a Ecuador con sanciones económicas si le otorga asilo a Snowden. Ecuador exporta a EE. UU. flores, vegetales y pescado, y goza de ventajas aduaneras. Pero es evidente que Ecuador no está dispuesto a dejarse presionar. El ministro de Información de ese país, Fernando Alvarado, dio a conocer el 27 de junio que su país pensaba renunciar a esas ventajas. Sin embargo, el Ministro del Exterior, Richard Patiño, dejó en claro que podrían pasar hasta dos meses hasta que se estudie el pedido de asilo del exempleado de la CIA. La decisión solo podría tomarse, según informó la secretaria ecuatoriana de Gestión Política, Betty Tola, una vez que Snowden haya pisado suelo ecuatoriano. Eso es lo que prescribe la ley de Ecuador.
Aún no está claro cuándo podrá seguir viaje, ya que sin pasaporte y sin visa Snowden no puede abandonar el área de tránsito del aeropuerto de Moscú, y ni siquiera está en condiciones de llegar a la embajada ecuatoriana en Moscú. Entretanto, EE. UU. presiona a Rusia a entregar a Snowden, pero Vladimir Putin se niega aduciendo que el informante no violó la ley y que, además, en el área de tránsito del aeropuerto Scheremetjevo, no está sometido a las leyes rusas.
De acuerdo con informaciones rusas, Edward Snowden todavía permanece en el aeropuerto moscovita, está en seguridad y se encuentra bien, aseguró el portavoz de Wikileaks a Deutsche Welle. Y agrega que la plataforma no se está beneficiando precisamente del interés de los medios por el nuevo caso. “Todavía estamos luchando contra el bloqueo de los bancos, que no nos permite acceder a las donaciones”.